Las mejores medinas de Túnez

Túnez es uno de los países del Magreb con mayor patrimonio histórico, y entre todos sus puntos de interés, destacan las trajinadas medinas del centro de las ciudades. Blanquiazules, normalmente amuralladas, con tiendas o zocos con encanto y cientos de laberínticas callejuelas, son uno de los platos fuertes de un viaje a este sorprendente país.

TÚNEZ

Ciudad de Túnez

La relativamente amplia medina de la capital es de las que luce más descuidada y desgraciadamente parece que ha sufrido varios bombardeos. Alberga el zoco más grande de Túnez y es sin duda el mejor sitio para hacer compras de todo tipo, en especial suvenires, probablemente fabricados en China, y objetos aparentemente más antiguos. Al tratarse de la primera medina que visitamos en el país, nos dimos cuenta de esto al final del viaje. También es la medina ideal para los amantes de gatos, y tiene varias plazas pintorescas y mezquitas, a las que es posible acceder como turista. Algunas de las callejuelas son muy fotogénicas y se pueden encontrar casas de té habitualmente llenas de gente local.

A pesar de ser el núcleo de la capital tunecina, es una medina bastante tranquila y no es habitual tener que lidiar con vendedores insistentes, a diferencia de otros países del Magreb en los que resulta agotador ir de compras. Quizá fue de las medinas que menos actividad y movimiento tenía de todas las que visitamos durante nuestro viaje a Túnez; muchísimas tienditas permanecían cerradas o directamente abandonadas. Además, a partir de las siete de la tarde parece como si fuera noche cerrada, y aunque realmente la tasa de criminalidad no sea muy elevada en el pais, si que transmite cierta sensación de inseguridad. Esto también pasa en otras medinas de Túnez, pero en la capital se acentúa más y no es para nada agradable pasear una vez ha oscurecido.

Para más información, por aquí os dejamos nuestro artículo sobre la ciudad de Túnez.

Hammamet

La pequeña y amurallada medina de Hammamet es una de las más bonitas y cuidadas de todo el país. Está mucho mejor reconstruida que las demás, lo cual hace que sea muy fotogénica, aunque es cierto que resulta de las menos auténticas. Esto último probablemente sea también debido a su espacio tan reducido, y a que está llena de arte callejero y tienditas dirigidas a los turistas (aunque realmente cuando estuvimos nos cruzamos con muy pocos). Sin embargo, la medina de Hammamet sigue estando habitada por tunecinos, los cuales se suelen dedicar a pintar cuadros y hacer artesanías en medio de las estrechas calles o en los patios de sus hogares. En general, y para nuestra sorpresa, la ciudad de Hammamet transmite una clara impresión de ser un lugar que hace no muchos años fue muy turístico, mientras que actualmente (noviembre 2023), está totalmente tranquilo. Tenemos pendiente publicar un artículo más extenso sobre qué ha pasado con el turismo en Túnez. 

Monastir

Probablemente sea la medina más pequeña y con menos encanto de todas las que visitamos durante el viaje. Apenas cuenta con un par de calles bonitas y unas pocas tiendas exclusivamente dirigidas a los escasos turistas que visitan la preciosa ciudad costera de Monastir. Solamente pasamos una mañana, y no tardamos mucho en recorrer la medina. No nos cabe duda de que a partir del atardecer todos los comercios cierran y de que no tiene nada de actividad local. Sinceramente, no creemos que merezca la pena ir a Monastir concretamente por su medina, sino por el resto de monumentos históricos: la fortaleza o Ribat, el mausoleo de Habib Mourguiba y la preciosa mezquita Bourguiba.

Susa

De todas las medinas ubicadas en las ciudades de la costa del país (Hamammet, Susa, Monastir y Houmt Souk), esta es sin duda la más grande, autentica e interesante para visitar. Una diferencia significativa  con respecto a las demás medinas, es que a partir de la puesta de sol sigue habiendo movimiento y actividad de gente local, y es posible recorrerla por la noche y tomarse un té con una shisha, sin ningún tipo de problema. Además, está relativamente bien cuidada, mucho menos en ruinas que la de la capital o la de Tozeur, a la vez que conserva su autenticidad y su encanto. Al igual que ocurre en el resto de ciudades de Túnez, probablemente seréis los únicos turistas en esta increíble medina, la cual es Patrimonio de la Unesco desde 1998. Se encuentra rodeada por unas enormes murallas y en su interior alberga la preciosa mezquita de Susa y el Ribat o fortaleza más impresionante del país.

Houmt Souk - Isla de Djerba

Es la ciudad más poblada de la isla más grande del país, ubicada en el sur, cerca de la frontera con Libia. Habitualmente la medina está bastante ajetreada, aunque quizá sea algo relativo, ya que no nos esperábamos que la bohemia y supuestamente tranquila isla de Djerba tuviera una urbe de más 80.000 habitantes. En la actualidad, Houmt Souk es visitada por una mayor proporción de turistas en comparación con el resto país (al igual que toda la isla en general). La extensión de la medina no es muy grande y se puede recorrer en un par de horas. En definitiva, no nos pareció que fuese tan autentica ni bonita como otras que visitamos en el viaje por Túnez. Más información para visitar Djerba en este artículo.

Tozeur

Esta agitada y poco higiénica medina va en consonancia con una de las ciudades más caóticas del desierto de Túnez. Con un tráfico intenso y bastante bullicio, en Tozeur se evidencia la pobreza del sur del país y se siente más  inseguridad, sobre todo tras caer la noche. De hecho, esta ciudad fue de todas las que visitamos, la que peor sensación nos transmitió en ese aspecto, junto con Tataouine (por la que solamente pasamos de largo con el coche y probablemente era aún peor). En Tozeur se puede callejear mientras haya luz y observar el día a día de los tunecinos; sin para de hacer compras, rezando en una de las muchas mezquitas, tomando té o mugando a las damas. 

Ciertamente, la medina de Tozeur es muy autentica y tendréis la oportunidad de sentiros los únicos turistas. En cuanto a las compras, hay tiendas de todo tipo (de cachimbas, alfombras, chilabas, etc.) y cientos de puestos de dátiles recién cogidos de los miles y miles de oasis de palmeras datileras que hay por la zona (compramos más de un kilo de dátiles por un euro).

Nefta

Se trata de una ciudad cercana a Tozeur, pero bastante más pequeña y tranquila, que no resultó tener especial interés. Dimos un pequeño paseo por la medina, pero estaba prácticamente vacía, quizá porque era fin de semana o porque estas medinas del sur de Túnez están constituidas más por casas y que por zocos o tiendas.

Lo mejor de Nefta es la preciosa plantación de palmeras datileras a la que se puede llegar andando en unos minutos desde la medina. También se puede recorrer la plantación en coche, y llegar a la Zaouia Sidi Bou Ali, una especie de madraza con hospedería típica de África Occidental.

Kairuán

Es la cuarta ciudad sagrada del islam y en nuestra opinión la más infravalorada del país. No nos esperábamos gran cosa de Kairuán; sin embargo, ¡nos sorprendió gratamente!. Además del importante contraste con respecto a las humildes y descuidadas ciudades del sur, Kairuán está ordenada, bien cuidada y rebosante de estudiantes y ambiente joven. Parece mucho más segura que Tozeur, incluso que ciudades de la costa como Susa. Esta ciudad tiene un especial interés por su inmensa mezquita situada en el centro de una medina que probablemente sea la más grande y mejor conservada de Túnez. Indudablemente, recomendamos hacer una parada en Kairuán, aunque sea por unas horas.

La medina cuenta con innumerables calles laberínticas y muchísimas tiendas de todo tipo (casi tantas como la de la capital). El momento más espectacular es al atardecer, y disfrutar la puesta de sol desde una azotea con vistas a la mezquita. Nosotros subimos a la terraza de Tapis Okba y tuvimos uno de los momentos más emocionantes del viaje. Ya que se trataba de una tienda y era el último día del viaje, aprovechamos para comprar todos los regalos que habíamos ido posponiendo.