Nos encanta contar nuestros viajes, recomendar los lugares que más nos han cautivado y compartir con vosotros los mejores itinerarios. Pero qué sería de esos viajes sin los problemas con los que nos hemos ido encontrando, sin las anécdotas, todas esas aventuras inesperadas y situaciones límite de las que no sabíamos si íbamos a poder salir sanos y salvos.
Sin ese punto de riesgo y esos momentos en los que “casi morimos". Sin timadores profesionales, sin errores de planificación; aviones y trenes que (casi) perdimos y esos trayectos que salieron rematadamente mal. Sin esos momentos tensos y desagradables que, inevitablemente, se dan y que con el paso del tiempo, recordamos con una sonrisa, incluso con alguna que otra carcajada.
En esta sección llamada Consejos viajeros os contamos algunas de nuestras experiencias agradables y desagradables, y momentos curiosos, aunque inolvidables, que hemos vivido viajando. Os intentaremos dar las mejores recomendaciones para convertiros en viajeros expertos, minimizar riesgos y disfrutar plenamente del viaje, desafiando al azar y a la mala suerte… O simplemente, para que podáis reíros con y de nosotros. ¡Allá vamos!
Lo que nos ha enseñado viajar
No sé a donde viajar
A veces, se sueña con visitar un lugar y no se puede parar hasta conseguirlo. Dejando estos casos un poco extremos de lado, muchos otros preferimos ir conociendo el mundo poco a poco, disfrutándolo, y realmente no nos importa por dónde empezar a hacerlo. A nosotros nos gustaría conocer la mayoría de países o territorios, y visitar muchas de las culturas que hacen de este planeta un lugar increíblemente diverso. ¡Y es que el mundo no tiene fin! Con esta mentalidad abierta, es considerablemente más fácil encontrar (y acertar) el mejor destino para un momento del año, o de la vida, preciso.
Uno de los factores clave a la hora de elegir, es el cuándo se dispone de los días libres que, a menudo, no se pueden elegir. Dependiendo de la época del año en la que se planifique un viaje, es buena idea hacer una lista con varios destinos a los que se recomiende ir durante esa temporada. Es la mejor forma de aumentar notablemente la probabilidad de acertar con el viaje; además, es más sencillo concretar los precios de vuelos y ver la disponibilidad de alojamiento, teniendo en cuenta fiestas nacionales u otras fechas en las que pueda haber un exceso de turistas. Os recomendamos encarecidamente indagar si ese mes en el que vais a viajar es adecuado para visitar el destino. Tenemos pendiente escribir un articulo de cuándo ir y a dónde, en el que especificaremos la mejor época para viajar a los lugares más populares del mundo.
Para haceros una idea del clima que os podréis encontrar según la época del año, podéis consultar en https://www.adonde-y-cuando.es/, aunque a veces no es suficiente, y es mejor leer y comparar varios blogs diferentes.
Por otro lado, una de las mejores páginas para mirar el pronostico meteorológico es Meteoblue, la cual es muy útil no solo en Europa, sino también en muchos países de otros continentes.
¿Es mejor maleta o mochila?
Personalmente, no solemos utilizar maletas con ruedas; ni grandes, ni trolleys más pequeñas, ya que nos parecen incómodas para recorrer un país, especialmente, si se considera del mal llamado "Tercer Mundo" o es un viaje a una zona rural.
En cuanto a las mochilas, nos surge la duda de si es mejor utilizar una de 50-60L (las típicas "de mochilero") u otra más pequeña de 40L. Estas últimas suelen ser suficientes para la mayoría de viajes (nosotros hemos estado más de un mes viajando con una mochila de 40L, sin problemas). La gran ventaja es que NO se considera equipaje de mano añadido como las mochilas grandes o las trolleys, lo cual es importante para aerolíneas lowcost como Ryanair, Wizzair, Easyjet o Vueling. De momento, las mochilas de hasta 40 litros siempre están incluidas en las tarifas aérea más básicas, ya que se consideran como bolso o equipaje de mano pequeño que entra debajo del asiento delantero (aunque realmente no entra...). Hay muchísimos tipos de mochilas de este tamaño, pero una de las que más nos gustan es la Duffle bag de Forclaz en Decathlon; es lo sorprendente la cantidad de cosas que caben en su interior.
Sin embargo, dependiendo del destino, del clima o del viajero, puede que sea necesario tener más espacio en el equipaje. En ese caso, recomendamos utilizar una mochila de hasta 60 litros que, en algunas ocasiones, se puede llevar como equipaje de mano grande (misma categoría que una trolley). Solo tened en cuenta que las aerolíneas lowcost no suelen incluirla en sus tarifas básicas y en aviones muy pequeños puede ser obligatorio facturarlas. En conclusión, hay que fijarse bien en las condiciones de vuestra aerolínea, porque cada vez es más frecuente tener que pagar un suplemento por las mochilas grandes como equipaje de mano (aunque vaya dentro de la cabina del avión).
Asimismo, un motivo importante para no facturar una maleta es que al llegar a un aeropuerto no hay que esperar a recogerla y se reduce considerablemente el riesgo de pérdida. Si bien es cierto que la mayoría de maletas extraviadas vuelven a aparecer, es habitual que tarden tres o más días en devolverlas, lo cual impide comenzar el itinerario como estaba previsto (seguramente si se pierde al final del viaje tenga menos trascendencia). Sin embargo, no facturar tiene varias desventajas; una de las más significativas es que hay ciertos objetos que no se pueden llevar (navajas, tijeras, etc), y tampoco se van a poder comprar algunos suvenires en el viaje (cosas puntiagudas, cuchillos o bebidas alcohólicas).
Con todo lo mencionado, para nosotros compensa llevar una mochila como equipaje, ya sea grande de hasta 60L o pequeña de hasta 40L, siempre y cuando vaya dentro de la cabina del avión. Además, así evitamos llevar ropa y productos en exceso, que luego no vamos a utilizar.
Qué llevar en el equipaje
En primer lugar, queremos recalcar que el objeto más importante es siempre el PASAPORTE.
Evidentemente, lo necesario para un viaje varía dependiendo del plan que se vaya a realizar, aunque hay ciertas cosas que casi siempre resultan muy útiles, como un ladrón de enchufes (en muchos alojamientos solo hay un entrada y a menudo hace falta cargar más de un dispositivo simultáneamente), un adaptador adecuado para el país y una batería externa (los móviles no suelen durar un largo día de viaje). Otros objetos que pueden venir bien son pinzas para tender o cerrar, papel albal, varias bolsas de plástico (para la ropa sucia son mucho mejor que las de tela), una linterna frontal, un lápiz o boli, un cuaderno y un kit básico de primeros auxilios (antiinflamatorios, Fortasec, repelente de mosquitos, tiritas, etc). Recordad que en la mayoría de destinos habrá farmacias, de hecho, en algunos países es ser más fácil conseguir antibióticos y otros fármacos sin receta que en Europa. También solemos llevar varios paquetes de kleenex (en países musulmanes es habitual que el inodoro sea un agujero en el suelo y haya solo una manguerita para limpiarse); y para la menstruación, lo más sencillo es llevar desde casa lo que se utilice habitualmente, en el caso de los tampones, es complicado encontrarlos en muchos lugares.
En cuanto al neceser, recomendamos llevar solo lo básico: cepillo y pasta de dientes, champú y acondicionador, una pastilla de jabón (que sirve para todo), desodorante y crema solar, todo siempre en un botes de menos de 100 mililitros si no vais a facturar equipaje. La mayoría de veces, todas esto se pueden comprar sin problemas en el destino, así que si se os olvida algo, ¡no pasa nada! Además, el maquillaje y ese tipo de artículos, no suelen ser necesarios en viajes por turismo.
Con respecto a la ropa, generalmente decimos que NO hace falta llevar como para más de una semana o diez días, porque suele existir la opción de ir lavando y reutilizándola. Aunque también depende del sitio: en destinos calurosos no suele haber problema porque la ropa de verano apenas abulta, mientras que en los de frío puede resultar más complicado (un truco es cambiarse las capas interiores y repetir jersey, pantalón y el abrigo). Como calzado, solemos llevar unos zapatos cerrados que sirvan tanto para hacer alguna caminata, como para recorrer una ciudad (las botas de monte solo las llevamos en caso de que el viaje esté enfocado en hacer senderismo), y un par de sandalias todoterreno como las Birkenstock. También vienen bien unas chancletas (sobre todo para ducharse en hostales), una toalla fina, pareo por si hay playa, rio, lago o similar, y nunca nos olvidamos del bañador.
Cómo viajar barato
Se puede enfocar este apartado de muchas formas diferentes. En nuestra opinión, lo más importante al empezar a organizar un viaje es saber utilizar los mejores buscadores: para alquilar coche casi siempre Discovercars.com, para los vuelos Skyscanner y Trip.com (es un buscador relativamente reciente en el que se pueden encontrar vuelos a precios inferiores y a destinos menos típicos como Rusia, China, Oriente Próximo, vuelos regionales pequeños, etc.); y para los alojamientos Booking.com sigue siendo el rey. Sin embargo, en países poco turísticos algunos hospedajes solo se encuentran en GoogleMaps directamente, en otros buscadores como Trip.com o Agoda, incluso, ni siquiera aparecer en internet.
En cuanto al tema de aviones y aeropuertos, hay que fijarse bien en no pagar por servicios que no se vayan a necesitar; por ejemplo, elegir el asiento en vuelos cortos, seguros adicionales de la compañía o productos que venden en el avión. Una idea muy práctica es meter una botella de agua vacía para rellenarla una vez pasado el control de seguridad, y es mejor evitar comprar comida y bebida en el aeropuerto y en el avión.
Otra cuestión recurrente es cuándo es el mejor momento para reservar un viaje y si hacerlo con antelación es una forma de ahorrar. En general, entorno a 5 meses antes es el momento idóneo para hacer las reserva, ya que la mayoría de alojamientos están disponibles y los vuelos suelen mantener el precio inicial. El principal inconveniente es no poder modificar la ruta sobre la marcha. Por otro lado, las reservas que se realizan demasiado pronto tampoco tienen el precio ideal, ya que puede haber vuelos aún sin planificar.
*Con los cruceros suele pasar al revés; cuanto menos tiempo queda para la salida más baratos suelen ser.
Cómo orientarse durante el viaje
Lo fundamental de este apartado es recordar que Maps.Me hace tiempo que ha superado al famoso GoogleMaps, aunque todavía haya muchos viajeros que no lo utilizan. Gracias a este buscador ruso se pueden encontrar la mayoría de carreteras, calles, senderos y atajos que existen en casi cualquier rincón del mundo. Es cierto que se debe tener cierta precaución con algunos caminos que ya no son transitables, particularmente en la montaña; sin embargo, estos mapas suelen estar muy actualizados por lo general. Indudablemente, los mapas de esta aplicación son muchísimo más completos y exactos que los de GoogleMaps.
Por desgracia, hasta hace pocos meses Maps.Me era completamente gratuito, pero ahora para disfrutar de la versión completa hay que pagar una suscripción. Sin embargo, sí que se pueden tener descargados hasta un total de 10 mapas de regiones o países simultáneamente, y luego ir sustituyéndolos por otros.
Bien utilicéis GoogleMaps o bien Maps.Me, siempre recomendamos tener el mapa del país descargado en el móvil para poder utilizarlo en lugares donde no haya conexión a internet. También es útil para poder llegar desde el aeropuerto al centro o al alojamiento, hasta comprar una SIM local o encontrar un punto con wifi.
Con respecto a las rutas de senderismo, una de las paginas para encontrar los mejores y más recientes tracks es Wikiloc, la cual nosotros usamos mucho. Al igual que MapsMe, para tener la versión completa es necesario estar suscrito, aunque no es muy caro. Wikiloc es especialmente útil para seguir rutas por Europa, tanto de la parte Occidental (hay miles de rutas en España, Francia, Italia...), como en Europa del Este y el Cáucaso.
¿Dinero en efectivo o sacar con tarjeta?
Una de las grandes dudas al planificar un viaje es cómo manejar el tema del dinero; si llevar todo en efectivo o sacar en cajeros automáticos a la llegada. No siempre está claro qué opción es mejor, ya que depende mucho del destino y suele ser necesario indagar bastante más antes de ir.
De forma general, en los países de Europa en los que no se utilizan euros, no hay ningún problema para encontrar cajeros automáticos que, además, suelen hacer un cambio similar al oficial. Para ello, existen varias tarjetas muy prácticas (aunque no milagrosas): una de ellas es la N26, que evita pagar comisiones al retirar dinero, pero tiene un límite en el número de extracciones mensuales, y la otra es Revolut que funciona de una forma similar. Sin embargo, algunos bancos españoles y otros como el ING también ofrecen este tipo de servicios, por lo que antes de sacaros estas tarjetas (que además hay que pagar por pedirla de forma física), os recomendamos buscar toda la información en vuestro banco.
Por otro lado, en países de fuera de Europa, obtener dinero en efectivo no siempre resulta tan sencillo como parece. Es muy habitual que en países subdesarrollados o en zonas rurales no abunden los cajeros automáticos, y además, aunque la tarjeta o el banco no cobre una comisión de retirada (como bien anuncian las N26 y Revolut), el cambio que aplican NO es el oficial y se pierde un porcentaje considerable de dinero. Asimismo, muchos cajeros automáticos tienen una comisión propia, independientemente de la tarjeta que se utilice. Es por estos motivos que las famosas "tarjetas sin comisión " no siempre son la solución para un viaje,
En consecuencia, aún hoy en día, es recomendable llevar dinero en efectivo y cambiarlo a la llegada al destino, ya que es muy probable que se consiga una tasa de cambio mejor y se pierda menos dinero que sacando del cajero. Además, en muchos países fuera de Europa, las casas de cambio siguen siendo frecuentes y fáciles de encontrar, incluso más que los cajeros. Pero, sin duda, el mayor inconveniente de e dinero esto es tener que llevar encima grandes cantidades de efectivo, sobre todo, si el viaje es relativamente largo. Para minimizar riesgos, es buena idea llevar el dinero repartido en varios sitios diferentes y, a poder ser, entre varias personas.
Otro aspecto a tener en cuenta es que hay países que no cuentan con una divisa fuerte y es posible que se acepten euros o dólares directamente, sin tener la necesidad de cambiar a la moneda local.
Conexión a Internet
Estar conectado se ha convertido en una parte fundamental, y la mayoría de veces imprescindible, de los viajes de hoy en día. Y encontrar la mejor forma de hacerlo no siempre es tan sencillo. Últimamente, se habla mucho de las tarjetas SIM electrónicas y son frecuentes los anuncios de empresas como Holafly, Airalo o Zadarma; sin embargo, en nuestra opinión, no creemos que son la mejor opción para tener internet en la mayoría de viajes. Evidentemente, la ventaja principal que ofrecen es poder conectarse desde el momento en el que se aterriza en el país extranjero y no necesitar una tienda donde comprar la tarjeta local. Pero, con estas eSIM no se logra una conexión tan estable ni fuerte, la cantidad de datos está limitada y no todos los móviles son compatibles. Además, son mucho más caras que una tarjeta SIM local (cuestan el triple o más).
Es por ello que preferimos las tarjetas SIM locales, de momento. En cada país, suele haber más de una compañía de móvil importante y la mayoría cuentan con una pagina web en la que se puede encontrar información acerca de los puntos de venta, las ofertas y tarifas. Estas tarjetas se suelen poder comprar a la llegada en el mismo aeropuerto, aunque económicamente sale mucho mejor comprarlas en el centro de la ciudad. No suele ser complicado encontrar lugares donde vendan SIM locales, incluso en zonas rurales, es habitual que tengan en tiendas de comestibles, quiscos o tiendas de chinos. Sin duda, esta es la forma más barata de conseguir internet para vuestro viaje.
¿Es necesario un seguro de viaje?
En este punto, no queremos dar la visión equivocada, pero vamos a ser muy sinceros al respecto. Para empezar, aunque parezca algo evidente, hay que tener claro lo que se está buscando: si un seguro de cancelación de viaje o un seguro para cubrir posibles gastos médicos. Con respecto a los seguros de cancelación, habitualmente están sujetos a muchas condiciones y, en caso de querer contratar uno "a todo riesgo", es decir, que sin ningún motivo aparente se quiera poder solicitar el reembolso completo del viaje, los precios son muy elevados. Conviene ser muy cautos con la letra pequeña de estos seguros de anulación.
Por otro lado, los seguros médicos de viaje se están generalizando y es bastante frecuente ver anuncios con descuentos en muchas páginas y blogs de viajes. De forma general, nosotros recomendamos que antes de contratar uno de estos se indague bien acerca de lo que cubre y si realmente merece la pena. Es cierto que no suelen ser muy caros (por menos de 30-50 euros se puede contratar uno que cubra lo más básico); sin embargo, con estos seguros también hay que leer detenidamente la letra pequeña. Puede que incluyan "la repatriación" y situaciones que suenen bastante tremendistas, pero que no cubran los problemas de salud más habituales y los que con más probabilidad os pudieran suceder. Asimismo, antes de contratar uno, os recomendamos que consultéis con vuestro banco y también con los seguros de vida de familiares cercanos, ya que algunos incluyen un seguro médico de viaje sencillo.
¿Cuándo hay que vacunarse?
El tema de la vacunación a la hora de viajar es una preocupación bastante común en quienes se van a iniciar con países más "exóticos". No os queremos dar la impresión de que no sea importante, pero tampoco creemos que haya que volverse loco. Probablemente, debido al desconocimiento, existe la creencia de que las vacunas protegen frente a todo; pero no es así, en absoluto. Lamentablemente, no hay vacunas para cada enfermedad adquirible durante un viaje y, de hecho, las existentes son bastante limitadas.
En resumen, las principales vacunas disponibles para viajeros a algunos países subdesarrollados o tropicales son las de la fiebre tifoidea, fiebre amarilla y hepatitis A. Otras menos habituales y enfocadas a visitantes de alto riesgo, sanitarios en zonas endémicas, agricultores o veterinarios, son las de la encefalitis japonesa y centroeuropea, cólera y rabia. De momento no hay más vacunas y, evidentemente, con esas no estamos protegidos frente a todas las enfermedades infecciosas que se podemos coger en un viaje. Decimos esto para quitarle un poco de hierro al asunto de tener que viajar vacunado. No obstante, sí es cierto que para viajes con estancias más prolongadas, convivencias en poblados indígenas o voluntariados en zonas muy endémicas, es totalmente recomendable estar vacunado.
En cuanto a la prevención de la malaria, una de las enfermedades infecciosas por picadura de mosquito más frecuente del mundo, no hay una práctica unificada entre los viajeros. De momento, para esta enfermedad no existe ninguna vacuna como tal, sino una medicación que se debe tomar antes, durante y después del viaje. De primeras, parece que es lógico tomarla y disminuir la probabilidad de contraer malaria; sin embargo este fármaco puede sentar bastante mal, incluso llegar a arruinar el viaje. Además, no es efectivo al 100% (probablemente porque muchos viajeros no cumplen la pauta adecuadamente) y son bastante caras. Todas esas razones hacen que la prevención farmacológica de la malaria no sea algo tan generalizado, sobre todo en los viajes de poca duración. Por supuesto, sí se suele recomendar en estancias prolongadas (como de más de un mes), en regiones donde la tasa de infección es bastante elevada, aunque este no suele ser el caso más habitual. Para los viajes cortos por turismo "normales", la mayoría de veces es suficiente con tener precaución y evitar las picaduras de los mosquitos usando un buen repelente y cubriéndose brazos y piernas, especialmente al atardecer y cerca de lagos o ríos.
El dengue es otra de las enfermedades transmitidas por mosquitos más frecuentes en los países tropicales, aunque ya se sabe que hay riesgo de contraerlo en 129 países diferentes del mundo. Recientemente han desarrollado una vacuna que protege frente a esta entidad, pero de momento no está generalizada como las anteriormente mencionadas. Esperemos que en los próximos años mejore la accesibilidad a esta vacuna y se creen otras nuevas para algunas de las tantas enfermedades infecciosas que existen en estos lugares.