Las joyas ocultas de Eslovenia
Este pequeño país alpino situado entre los Balcanes y el mar Adriático, os cautivará desde el primer día. Empezando por su encantadora capital hasta los preciosos pueblos de la costa, pasando por sus maravillosos parajes naturales rodeados de montañas y lagos, descubrir Eslovenia os hará vibrar como nunca. ¡Acompañadnos en su descubrimiento!
ESLOVENIA
Eslovenia es un país tan pequeño que resulta casi inexplicable la cantidad de lugares sorprendentes que ofrece al viajero y, a continuación, os vamos a recomendar desde nuestra experiencia los lugares que no os podéis perder. Así que preparaos para alucinar con montañas y ríos alpinos, pueblos costeros de ensueño y parques nacionales que os quitarán el aliento.
1. El encanto de Ljubljana
La capital eslovena es conocida por ser pequeña, bonita y pintoresca, con una arquitectura medieval perfectamente conservada y un ambiente tranquilo y relajado. Se trata de una de las capitales europeas menos pobladas, con cerca de 300.000 habitantes, casi a la par de la vecina Sarajevo, capital de Bosnia-Herzegovina, de la que ya os hemos hablado anteriormente.
Es una ciudad colorida, elegante y bastante accesible, tanto a pie como en bicicleta. Esto fue una de las cosas que más nos gustó de Ljubljana, el centro y toda la parte del casco histórico son peatonales, y resulta muy agradable recorrerla. Además, es muy verde, ya que más de un tercio de la ciudad está cubierto por áreas naturales, que incluyen grandes parques, jardines y bosques. Os recomendamos pasear junto al río Ljubljanica, el cual divide el centro histórico y está bordeado por un precioso paseo lleno bares. Otro imperdible es ver el anochecer desde el Parque Grajski grič, algo que no olvidaréis jamás. Os dejamos por aquí nuestro artículo completo de Ljubljana.
2. Parque Nacional del Triglav: Bled y Bohinj
Este es la única reserva nacional de Eslovenia y debe su nombre al pico más alto del país, el Monte Triglav de 2.864 m de altitud, que se encuentra en el corazón del parque. Es nuestro lugar preferido del país, ya que ofrece paisajes de otro mundo, desde nevados picos alpinos, hasta exuberantes bosques y valles profundos, en los que os sentiréis en plena libertad.
La ciudad de Bled y, especialmente, su lago son el mayor atractivo del parque nacional, y también el destino turístico por excelencia en Eslovenia. Tan pronto como lleguéis allí entenderéis el porqué: es de un lugar de cuento, famoso por su impresionante lago rodeado de montañas espectaculares y preciosos bosques. En el centro, hay una pequeña isla donde se encuentra la Iglesia de la Asunción, que es un icono de la región. Es posible navegar en uno de los barcos tradicionales del lago de Bled, llamados "Pletna", y hacer una breve parada en la islita. Sin embargo, la actividad más habitual es subir al castillo medieval en lo alto del acantilado, el cual ofrece unas vistas panorámicas inigualables de toda la región. Otro plan excelente es darse un chapuzón o ascender a los miradores Ojstrica y Mala Osojnica, como hicimos nosotros. Ambos están situados alrededor del lago de Bled, y permiten sacar las mejores fotos de todo viaje a Eslovenia. ¡Las vistas son insuperables!
En la ciudad de Bled también tendréis la oportunidad de comer un rico burek o degustar la tradicional tarta de crema. Os recomendamos quedaros un par de días y disfrutar al máximo del maravilloso entorno que ofrece, antes de proseguir el camino al cercano lago de Bohinj.
Bohinj es un valle glaciar impresionante y su lago es el más grande de Eslovenia. Lo ideal allí es rodearlo, no importa si a pie o en bicicleta, y acercarse al desfiladero de Mostnica, que ofrece un espectáculo de aguas cristalinas y formaciones rocosas. Para llegar desde Bled, lo más cómodo es ir en coche de alquiler o taxi, pero también existe la opción de ir en un trayecto de 45 minutos en autobús, por menos de 4€. Podéis consultar los horarios aquí.
Nosotros tuvimos la suerte de visitar Ljubljana en el mes de julio, y es precisamente durante el verano cuando los restaurantes y cafés de la ciudad ponen sus mesas al aire libre, creando un ambiente relajado y acogedor en muchas de las plazas y calles peatonales. Esta es una característica común de todos los países balcánicos y una de las razones por las que nos encanta viajar en ellos. Es muy habitual ver a la gente sentada en las terrazas, disfrutando de una taza de café o de una deliciosa comida a cualquier hora del día.
En definitiva, la paz y la armonía de Ljubljana os darán una cálida bienvenida a Eslovenia y os llenarán de ganas por seguir conociendo este precioso país. Nosotros os recomendamos que le dediquéis un par de días enteros a la capital para poder recorrer bien su precioso casco histórico, el castillo de Ljubljana y disfrutar de algunos de sus parques, antes de continuar con vuestra siguiente parada.




3. El Valle de Logar
Otro de los parajes naturales por excelencia de este país es el Valle de Logar, conocido localmente como Logarska Dolina. Conocido por su belleza natural excepcional, cuenta con impresionantes paisajes alpinos, interminables prados, densos bosques y montañas escarpadas. Se encuentra en la región de Styria, al norte de Eslovenia, muy cerca de la frontera con Austria. Al no ser un lugar tan accesible, no muchos turistas llegan, a diferencia de Bled o Bohinj. Está a 1h30 de Ljubljana por carretera y su visita es muy recomendable, sobre todo para los que contéis con un coche de alquiler.
4. Velika Planina
A medio camino entre la capital del país y el Valle de Logar, cerca de la ciudad de Kamnik, se encuentra esta meseta alpina única en Eslovenia, conocida por sus impresionantes pastizales verdes y sus cabañas de pastores auténticas. Este último es, sin duda, su aspecto distintivo; las cabañas de pastores, llamadas "Koča" en esloveno, son parte del patrimonio cultural de la región, y han sido utilizadas por generaciones de pastores que llevan sus rebaños a pastar en la meseta durante los meses más calurosos. Encontraréis algunas de estas cabañas abiertas al público y os ofrecerán comidas tradicionales y productos lácteos locales.
Se recomienda visitarlo en verano, pues es cuando está más accesible y permite disfrutar de rutas de senderismo preciosas por los alrededores. No obstante, también se trata de un importante destino de invierno para practicar esquí de fondo.
Para llegar a Velika Planina, podéis tomar un teleférico desde el valle hasta la meseta durante la temporada de verano, o caminar por los senderos bien marcados desde el pueblo de Kamniška Bistrica. Durante el invierno, el acceso puede estar restringido y depende de las condiciones meteorológicas y de la cantidad de nieve. Os recomendamos consultar todos los detalles en la web de I Feel Slovenia, una de las mejores páginas de turismo del mundo que ha sido galardonada en múltiples ocasiones.


5. Piran, un pueblo de ensueño en el Adriático
Piran es un encantador pueblo costero situado en la Península de Istria, a orillas del mar Adriático. Formó parte del imperio Veneciano y sus calles empedradas y ambiente mediterráneo esconden secretos en cada uno de sus rincones. El casco antiguo de Piran está repleto de edificios históricos bien conservados que reflejan su pasado medieval y sus torcidas calles y plazas adoquinadas están circunvaladas con casas de colores pastel, palacios renacentistas y elegantes iglesias, que crean un ambiente encantador aunque nostálgico.
En el corazón de Piran, se encuentra la Plaza Tartini, nombrada en honor al famoso compositor y violinista Giuseppe Tartini, nacido en la misma ciudad. La plaza es el punto neurálgico de la vida social y cultural de Piran, rodeada de cafeterías, restaurantes y tienditas artesanales y de suvenires. Os recomendamos subir a la Torre del Campanario, ubicada en el centro de la ciudad, para disfrutar de unas vistas panorámicas impresionantes del mar Adriático y sus alrededores. ¡Subir los escalones hasta la cima de la torre es una toda una experiencia!
Para terminar con Piran, nosotros aprovechamos para darnos un chapuzón en su mar turquesa y degustar el famoso plato de pescado a la parrilla y sardinas frescas, acompañados de vinos eslovenos bastante decentes. A esta zona de la Península de Istria, se puede llegar desde Ljubljana en un autobús con destino Portoroz, aunque el trayecto más corto dura más de 2h. Encontraréis toda la información necesaria para visitar Piran en este artículo.


6. El Castillo de Predjama y las Cuevas de Postojna
Este lugar de película es uno de nuestros preferidos en Eslovenia. El Castillo de Predjama se encuentra en lo alto de un acantilado, cerca del pueblo de Predjama, al suroeste del país. Se trata de una hazaña de la ingeniería del siglo XIII, ya que fue construido incrustado en la montaña, en la boca de una cueva. Se puede explorar el interior del castillo, que incluye habitaciones decoradas como si no hubiera pasado el tiempo, pasadizos secretos y una serie de exposiciones históricas que nos cautivaron. Es muy fácil de visitar por vuestra cuenta, se llega directamente en autobús desde Ljubljana al pueblo del mismo nombre en unos 50 minutos.
En las inmediaciones del castillo, se encuentran las Cuevas de Postojna, unas de las formaciones cársticas más grandes y famosas del mundo, con más de 24 kilómetros de túneles y pasajes subterráneos accesibles. Es una experiencia inolvidable hacer parte del recorrido en tren por el interior de las cuevas y terminarlo a pie, acompañados por un guía que aporte conocimiento del lugar. Lo más impactante es un salón llamado "La Gran Sala" que impresiona por su tamaño y majestuosidad. Os dejamos por aquí el enlace para poder consultar precios y cómo visitarlo por vuestra cuenta.


7. Kranjska Gora
Kranjska Gora es una hermosa localidad situada en los Alpes Julianos, en el noroeste de Eslovenia, cerca de la frontera con Austria e Italia. Es conocido como un destino popular tanto en invierno como en verano, debido a su asombroso entorno natural y una amplia abanico de actividades al aire libre. Actualmente, en este lugar se disputa una de las etapas de la Copa del Mundo de esquí, y cada vez tiene mayor renombre por sus excelentes instalaciones de esquí y snowboard. Por otro lado, aunque nosotros no tuvimos la suerte de visitarlo, creemos que es uno de los mejores destinos en verano para realizar senderismo en Europa.


En definitiva, Eslovenia es uno de los países más bonitos y fáciles de visitar en nuestro continente, si disponéis de una o dos semanas. Con la combinación de impresionantes paisajes naturales, encantadores pueblos y ciudades, una rica historia y una cultura vibrante, os brindará una experiencia única. Además, su infraestructura turística correctamente desarrollada y el compromiso con la sostenibilidad hacen que sea fácil explorar y disfrutar de todo lo que el país tiene por ofrecer. Ya sea haciendo senderismo en los Alpes Julianos, nadando en los lagos cristalinos, degustando la deliciosa gastronomía local o simplemente disfrutando de la hospitalidad eslovena, hay algo para todos los gustos en este pequeño pero extraordinario país.

