Recorriendo Ljubljana, una capital que merece mucho la pena
Ljubljana es una ciudad que enamora desde el primer momento: tiene el tamaño perfecto para recorrerla a pie y combina historia, cultura y un ambiente vibrante que la convierte en un destino ideal para una escapada. En este artículo os presentamos todo lo que no podéis dejar de conocer si la visitáis.
ESLOVENIA
El casco antiguo de Ljubljana es un laberinto de calles con encanto, el castillo domina la ciudad desde lo alto y sus terrazas junto al río Ljubljanica son el lugar perfecto para disfrutar del ritmo pausado de la vida eslovena. De hecho, lo que más nos sorprendió fue la calma que se respiraba, lo peatonal y tranquilo que era el centro y la buena energía que desprendía. Aquí va nuestra pequeña guía con todo lo que no os podéis perder en la ciudad:
Plaza Prešeren y el Puente Triple
El corazón de la capital es la Plaza Prešeren, presidida por la estatua del poeta nacional France Prešeren. Rodeada de edificios históricos, destaca la Iglesia Franciscana de la Anunciación, con su característico color rosado. Desde aquí se accede al famoso Puente Triple, diseñado por el arquitecto Jože Plečnik, que conecta el casco antiguo con la parte moderna de la ciudad, y que se ha convertido en el icono indiscutible. Este es el mejor punto para empezar vuestra visita y sentir la atmósfera de Ljubljana. También os recomendamos que hagáis un Free Tour si es la primera vez que visitáis Eslovenia para empaparos un poco de la historia y arquitectura de Ljubljana. Por cierto, ya os vamos adelantando que os hablarán bastante del ya mencionado Plečnik, cuyas principales obras se encuentran en Ljubljana.
El Castillo de Ljubljana: vistas inolvidables
Subir al Castillo de Ljubljana es una experiencia imprescindible. Se puede llegar caminando, en coche o en un funicular panorámico, aunque recomendamos ir andando por el parque circundante. El precio de la entrada ha subido hasta los casi 20€ pero es una de esas atracciones que, si visitáis Ljubljana, hay que visitar. En su interior encontraréis exposiciones sobre la historia de Eslovenia y, desde su torre, disfrutaréis de una vista espectacular de la ciudad con los Alpes al fondo. Además, en verano se organizan eventos y conciertos en su patio, una oportunidad única para disfrutar del ambiente medieval que sigue manteniendo la ciudad.
Paseo por el río Ljubljanica y sus puentes
El río Ljubljanica es el alma de la ciudad, y pasear por sus orillas es una de las mejores experiencias. Y es que si algo tiene Ljubljana son puentes preciosos. A lo largo del recorrido podréis cruzar algunos emblemáticos como el Puente de los Dragones, símbolo de la ciudad, o el Puente de los Zapateros, con un diseño super elegante. También es recomendable hacer un recorrido en barco para ver Ljubljana desde otra perspectiva y disfrutar del reflejo de sus edificios en el agua. En las orillas del río encontraréis numerosas empresas que ofrecen recorridos que varían tanto en precio como en duración y tipo de barco, por lo que podréis elegir el que más se ajuste a vuestro presupuesto.
Metelkova y la Biblioteca Nacional
Como ya sabréis, además de la parte histórica y más tradicional de las ciudades, nos encanta conocer de primera mano lugares un poco más alternativos y modernos. Para ello la zona de Metelkova es una visita obligada. Esta antigua base militar ha sido reconvertida en un espacio cultural con murales coloridos, esculturas extravagantes y una intensa vida nocturna. Es un lugar perfecto para tomar algo y conocer el lado bohemio de la Ljubljana más joven y actual.
Otro de los edificios más impresionantes de la ciudad es la Biblioteca Nacional y Universitaria, otra obra maestra del ya mencionado Jože Plečnik. Su diseño combina elementos clásicos con detalles innovadores, y su interior es una joya arquitectónica. Aunque no se puede visitar libremente, hay tours guiados que permiten conocer su historia y estructura.


Miradores y últimos consejos
Además del castillo, hay otros puntos con vistas espectaculares de la ciudad. Uno de los más recomendables es el mirador del Nebotičnik, un rascacielos con una terraza panorámica donde podéis tomar un café o un cóctel mientras disfrutáis de la vista de los tejados de Ljubljana. Nosotros subimos y fue una de las mejores panorámicas de todo el viaje que hicimos ese verano por los Balcanes. Os dejamos alguna foto de la vista a continuación. Lo que está claro es que si visitáis la capital eslovena en seguida os daréis cuenta de que cada rincón, plaza, puente y parque es tremendamente fotogénico en esta ciudad, sobre todo al caer la tarde en los largos días de verano.
El Mercado Central y la gastronomía eslovena
Para sumergiros en la cultura gastronómica del país, no podéis dejar de visitar el Mercado Central, otro de los diseños de Plečnik. Aquí encontraréis productos frescos, embutidos locales y dulces tradicionales como el potica, un pastel relleno de nueces. Además, algunos de estos manjares los podréis ir probando allí mismo. Si queréis sumergiros en la cocina eslovena, el restaurante Strelec dentro del castillo ofrece una experiencia gastronómica única con vistas panorámicas; eso sí, tened en cuenta que los precios son muy altos. Para opciones más informales y ajustadas al bolsillo os podemos recomendar dos lugares: Julija y Gostilna Sokol. Comida casera y típica de la zona en pleno centro de Ljubljana y en un ambiente de lo más tradicional. Os encantará.
Parque Tivoli: el pulmón verde de Ljubljana
El Parque Tivoli es el lugar perfecto para desconectar y disfrutar de la naturaleza en plena ciudad. Con amplios jardines, senderos y estanques, es ideal para un paseo relajante o un picnic, incluso para huir un poco del calor en pleno verano. Aquí también se encuentra el Centro Internacional de Artes Gráficas, donde podréis descubrir exposiciones de arte contemporáneo.


Ljubljana no es una ciudad muy grande y además es muy accesible, por lo que nuestro consejo es que la recorráis a pie o en bicicleta. Su centro es prácticamente peatonal, y os aseguramos que su ambiente relajado hará que explorarla sea una experiencia muy agradable. Además, os daréis cuenta en seguida de que es una de las capitales más verdes de Europa, con muchas iniciativas ecológicas y transporte público muy eficiente. En definitiva, un destino ideal para 1 o 2 días y que sorprende por su belleza, su ambiente acogedor y su equilibrio entre historia y modernidad, además de la tranquilidad que transmite.