Visitando Malé: todo lo que hay que saber
La capital de Maldivas es una de las más pequeñas y densamente pobladas del mundo; sin embargo, no es tan caótica como la mayoría de ciudades del Sudeste Asiático o la India. A pesar de que Malé no sea conocida por ser la ciudad más interesante, ni la más bonita, merece la pena dedicarle al menos medio día.
MALDIVAS


Una de las razones por las que más nos ha sorprendido Malé es lo cosmopolita y relativamente moderna que se ha convertido, a pesar de ser la capital de un país muy arraigado a sus costumbres y bastante apartado del resto del mundo. En la actualidad, Malé se encuentra en pleno desarrollo y crecimiento con la construcción de nuevos edificios, hoteles de cadenas conocidas, puentes que conectan islas y demás infraestructuras; eso sí, con capital chino y gracias a la mano de obra barata de inmigrantes provenientes de India, Bangladesh y Pakistán. Los contrastes son increíblemente llamativos, más teniendo en cuenta que la religión es el pilar fundamental del país y que están prohibidas todas las creencias diferentes al islam. En Maldivas, la mayoría de mujeres visten un Niqab; van completamente cubiertas de negro e incluso llevan guantes.




Qué ver en la capital
A pesar de su tamaño limitado, Malé tiene algunos lugares interesantes que merece la pena visitar en un recorrido a pie de 2-3 horas. Lo más destacable de la ciudad es:
En el centro de la ciudad, dar un paseo por el agradable Parque del Sultán, la única zona verde de Malé. Situada a escasos metros se encuentra la Mezquita A-Sultan Muhammad, inaugurada en 1984, que se puede visitar fuera de las horas de oración.
Atravesando un par de calles hacia el paseo marítimo, se llega a la Plaza de la República, la cual está presidida por una enorme bandera nacional. Desde allí, lo mejor es hacer todo el paseo por la costa de Malé, una de las avenidas más ajetreadas de la ciudad y de donde salen los barcos al aeropuerto y a diferentes islas por todo el país (ferrys públicos, speedboats y lanchas privadas).
En esta misma zona, recomendamos visitar los auténticos mercados de productos locales y fruta, pero en especial, la frenética lonja de pescado; una de las más grandes, ordenadas y limpias que hemos visto nunca.
Para conocer el interior de la ciudad, se puede caminar por la avenida Majeedhee Magu que se trata de la principal calle comercial y donde suele haber mucho trasiego de gente y tráfico, especialmente de motos. Hay que tener cuidado al meterse por una de las calles estrechas que cruzan la isla y le proporcionan a Malé esa organización cuadriculada tan característica.
En uno de los extremos de la pequeña capital se encuentra el costoso Puente de la Amistad China-Maldivas que funciona desde 2018 y une esta isla con la cercana Hulhumalé, en la que está situado el aeropuerto internacional.
Por último, justo en el lado opuesto podéis encontrar la pequeña playa artificial de Malé, ideal si queréis escapar del hormigón y daros un baño. Sin embargo, de momento no se trata de una bikini beach, por lo que es necesario llevar la vestimenta apropiada para poder disfrutarla.


Consejos para visitar Malé
Para ir desde el aeropuerto internacional (en la isla Hulhumalé) a la capital, hay un barco que sale cada 10 minutos (cuesta solo 1$), delante de la puerta de salidas. Sin embargo, desde el año 2018 existe la opción de cruzar a Malé en coche, a través del Puente de la Amistad China-Maldivas.
Aunque ya lo mencionamos en el artículo de cómo moverse por libre en Maldivas, actualmente, no es necesario pernoctar en la capital debido al aumento en el número de speedboats que conectan las islas locales principales con el aeropuerto internacional. No obstante, si preferís dormir más cerca al llegar o la víspera de la vuelta, hay una oferta hotelera bastante amplia tanto en Malé como Hulhumalé (isla artificial en la que está el aeropuerto), aunque los precios en ambas son bastante elevados (es difícil encontrar una habitación por menos de 100 euros la noche).
Una duda que puede surgir si se visita Malé durante el tiempo de espera entre un ferry y otro (como fue nuestro caso), es qué hacer con el equipaje. De momento, la única solución es pedir a un restaurante u hotel cercano a la terminal de barcos que lo guarden, ya que NO hay consignas en la ciudad, a diferencia del aeropuerto donde sí hay. Nosotros dejamos el equipaje en el Restaurante City Garden y aprovechamos para comer después. Se trata de un establecimiento con una terraza frente al mar al que acude, principalmente, gente local. Además, todo está exquisito y a muy buen precio. ¡Resultó ser una idea muy práctica!
Otro aspecto es que Malé es, sin duda, el mejor lugar para sacar dinero de cajeros automáticos y encontrar casas de cambio, ya que en muchas islas locales no existe esa posibilidad. Para más información acerca del dinero en Maldivas, os recomendamos leer cómo organizar un viaje a Maldivas por libre.
La capital es también uno de los mejores sitios para comer en restaurantes de todo tipo e internacionales. Aunque afortunadamente, y para nuestra sorpresa, en las islas locales la oferta gastronómica es bastante buena y variada.



