Riga y Vilnius, las joyas del Báltico
A menudo cuando escuchamos hablar de las capitales de los países que bañan el mar Báltico, la única imagen que nos viene a la mente es el medieval casco histórico de Tallin y nos olvidamos por completo de las preciosas Riga, capital de Letonia, y Vilnius, capital de Lituania.
PAÍSES BÁLTICOS


Nos cuesta entender la razón por la que el turismo en estas dos sorprendentes capitales bálticas, a diferencia de su vecina, la coqueta Tallín, es desproporcionadamente escaso. Tanto Riga como Vilnius son ciudades preciosas y están llenas de lugares interesantes para visitar; sin lugar a dudas, os encontraréis con una historia apasionante por descubrir. A través de este artículo, intentaremos reflejar de una forma práctica, cuanto de recomendable nos parece visitar ambas ciudades.
Ciertamente, Riga es la más grandiosa de las tres capitales bálticas, la más extensa y la que más se asemeja a una gran ciudad al puro estilo austro-húngaro, lo cual os transportará de inmediato a otras capitales europeas más visitadas como Praga, Viena o Budapest. Pese a todo esto, la capital letona es diferente, y cuenta con un carácter completamente propio. Riga es muy especial. Tiene ese yo que sé, que qué sé yo. Su casco histórico, repleto de iglesias y enormes campanarios de color azul turquesa, esta ciudad es realmente impresionante. Por suerte, aún a día de hoy, se puede disfrutar de su autenticidad prácticamente intacta de Riga, en absoluto abarrotada de turistas, y acoge a los viajeros de la mejor forma posible.
Una de las festividades más importantes en Letonia es el Jani, equiparable a nuestra celebración de San Juan. Esta festividad tiene orígenes paganos, cuando se celebraba el solsticio de verano entorno al 21 de junio. Con la llegada del cristianismo, la festividad del Jani se trasladó al 23 de junio, para asociarlo con el nacimiento de San Juan Bautista. Curiosamente, esta festividad sigue manteniendo sus raíces, y si tenéis la oportunidad de visitar Riga en esas fechas, os la encontraréis repleta de actividades al aire libre, conciertos e innumerables puestos de comida callejera. Pero sobre todo, veréis flores. Muchísimas flores. Durante el Jani, se preparan las típicas coronas florales de margaritas, claveles y otras flores silvestres para las mujeres; mientras que para los hombres, se construyen de ramas y hojas verdes, principalmente de roble. Veréis a todos los habitantes de la ciudad portando estas enormes coronas, en un ambiente festivo y lleno de vitalidad. Es una celebración colorida e indudablemente curiosa a la que os recomendamos asistir.
Por otro lado, tampoco podéis perderos el mercado central de Riga, situado en varios antiguos hangares de zepelines utilizados durante la Segunda Guerra Mundial. Además del interés histórico, este mercado es uno de los más grandes de Europa y se pueden encontrar numerosos puestos de comida, frutas y verduras frescas, ropa y demás productos a muy buen precio. Y lo más importante, no está abarrotado de tiendas de suvenires, ni otras “turistadas”.
Para terminar con esta bella e indudablemente infravalorada ciudad, os recomendamos que guardéis un hueco en el estómago y energía para la cena y post-cena en el club Ala Pagrabs, el mejor restaurante con ambiente que hemos visitado en nuestro viaje por los países Bálticos. La música en directo es algo imperdible en Riga y, seguramente, este animado ambiente os invitará a quedaros por más días.
Antes de concluir, nos gustaría aclarar que no queremos dejar a Tallín de lado, sobre todo a su encantador casco histórico, en el que os sentiréis como en medio de un relato del siglo XVI y del que seguramente sacaréis un millón de fotos. Sin embargo, consideramos que carece de la autenticidad que hemos percibido en las otras dos capitales bálticas, probablemente debido a la gran cantidad de turistas que desembarcan de los cruceros en Tallín, cada día. Pese a ello, creemos merece la pena visitar esta pintoresca ciudad del Báltico. Conjuntamente con la preciosa parte vieja, el moderno barrio Rotermann, construido en una antigua zona industrial, fue lo que más nos gustó de Tallín. Nos dio la impresión de que se está reactivando el espíritu joven de la capital, al mismo tiempo que se crean nuevos espacios para las futuras generaciones. Os dejamos toda la información necesaria sobre qué visitar en Tallin en este artículo.








Cogiendo un autobús desde la estación central de Riga (cerca del mercado que acabamos de mencionar) llegaréis en menos de 4 horas a Vilnius, la preciosa capital de Lituania. Tal y como la hemos vivido, nos parece una ciudad más para "estar" que para "visitar". Con esto queremos decir que Vilnius es una ciudad tranquila, que goza de una calidad de vida excelente, pese a su tamaño de 500.00 habitantes, aproximadamente. El ambiente en verano se siente luminoso y alegre; encontraréis las calles repletas de gente joven, una gran cantidad de restaurantes y bares, tanto típicos como los modernos que se hallan en el bohemio barrio Uzupis (considerada República independiente dentro de la propia ciudad). Vilnius es indudablemente la capital báltica que más nos ha sorprendido.
En el siguiente artículo os contamos los 10 imperdibles de Vilnius
Cabe destacar que la ciudad está rodeada de grandes parques y naturaleza. A menos de 40 minutos en tren se encuentra el precioso castillo de Trakai que bien se merece una visita. Tampoco os podéis perder las mejores vistas de Vilnius desde la Torre Gediminas, durante el atardecer.











