10 imperdibles de Vilnius, capital de Lituania

Puede que la bonita Vilnius sea una de las capitales europeas más infravaloradas. La ciudad se encuentra en un constante crecimiento y modernización, lo cual atrae a una gran cantidad de emprendedores y jóvenes que le aportan una mayor vitalidad, comparándola con sus capitales bálticas vecinas.

PAÍSES BÁLTICOS

Además, Vilnius alberga una multitud de lugares de interés y su historia es tan dura y sombría como interesante. Os dejamos algunos de los lugares que no os podéis perder en vuestra visita a la capital lituana.

Lukiškių kalėjimas 2.0

Se trata de una antigua prisión (aunque no tan antigua, ya que dejó de funcionar en 2019) que ha sido reconvertida en centro cultural de arte y de música. En el mismo patio de la cárcel, hay varios food-trucks y terrazas donde se puede disfrutar de un concierto al aire libre en un ambiente de lo más alternativo.

Museo de las ocupaciones y de las luchas por la libertad

Probablemente sea uno de los museos más espeluznantes sobre la época de la URSS en Lituania. Se pueden visitar las celdas, los calabozos y otros espacios comunes donde permanecieron detenidos cientos de detractores y demás presos políticos a lo largo del siglo XX. El museo está perfectamente documentado, aunque podría resultar polémico por su omisión sistemática a la época Nazi en Lituania. Pese a esto, alberga una gran cantidad de información, documentos, fotografías e, incluso, objetos y ropa de la época soviética que lo hacen realmente interesante y una visita obligada en la capital.r

Ver el anochecer desde la torre Gediminas, o la colina de las tres cruces

Un punto a favor de Vilnius con respecto a Riga es que cuenta con varias colinas desde las que se puede contemplar la ciudad. El antiguo bastión donde se encuentra la torre de Gediminas es ideal para tener una vista próxima del centro de Vilnius. Aún así, os recomendamos subir a la colina de las tres cruces si queréis conseguir la mejor foto. Pese a todo, la belleza de Riga es incuestionable. Os hablamos de ambas joyas en este artículo.

Callejear por el antiguo gueto judío

No es el típico plan de turismo por Vilnius, pero a nosotros nos encanta callejear y conocer el pasado más oscuro de este tipo de ciudades. Lituania ha sido un país con una historia complicada, múltiples invasiones y masacres, incluyendo el Holocausto del pasado siglo. Este barrio tos teletransportará en el tiempo y os ampliará la visión de una época atroz en Europa.

Probar comida lituana tradicional

Sinceramente, no es fácil encontrar restaurantes lituanos o representativos de las gastronomías bálticas, ya que es mucho más habitual que la gente cocine y coma en casa. Lo más auténtico sería encontrar una de las tascas del centro, o si preferís tener una amplia carta de todo tipo de recetas lituanas recomendamos ir a Etno Dvaras en cualquiera de sus 2 ubicaciones en el centro de Vilnius. Los platos son abundantes y sabrosos, la atención es perfecta y podréis descubrir una amplísima variedad de preparaciones muy pero que muy lituanas.

Visitar el bohemio barrio de Uzupis

Es cierto que suena más “cool” de lo que luego se ve en la realidad, pero lo añadimos a nuestra lista porque no deja de ser algo original y rodeado de un entorno natural precioso. La república de Uzupis se declaró independiente en el año 1997 y consta hasta de una constitución propia en un total de 23 idiomas diferentes.

Recorrer todos los rincones del casco histórico

La zona bonita de Vilnius es más extensa de lo que pensábamos. No cuenta únicamente con un puñado de calles sino que se extiende por un amplísimo complejo de edificios históricos, numerosas iglesias y catedrales, una de las universidades más antiguas de Europa, plazas- preciosas y colinas verdes que hacen de su descubrimiento una sorpresa muy agradable.

Entrar en algunas de las decenas de iglesias de la ciudad

Pocas ciudades hemos visitado con un número tan elevado de iglesias por kilómetro cuadrado. No exageramos; en Vilnius hay muchísimas iglesias, grandes y pequeñas, más o menos antiguas y espectaculares, de épocas y estilos muy diferentes. Merece la pena entrar en varias de ellas para poder vivir el sentimiento católico que este país ha tenido durante la historia y que, incluso hoy en día, sigue manteniendo en comparación con sus vecinas Letonia y Estonia.

Ir a pasear por el lago del castillo de Trakai

A poco más de 30 minutos en tren o autobús, se encuentra rodeado de agua este fuerte del siglo XIV. Además de fotogénico, es tranquilo y un lugar idílico por el que caminar y relajarse rodeado de naturaleza, especialmente si se evita ir en fin de semana. Nosotros no pagamos por entrar, ya que basta con asomarse al interior para disfrutar del castillo y lo más bonito es rodearlo y contemplarlo desde fuera.

Sentirse como un lituano más tomando una de las cervezas nacionales

Como dato curioso, Lituania tiene una de las tasas de consumo de alcohol per cápita más altas del mundo. Evidentemente, no estamos a favor de esto, pero si estáis recorriendo el país os puede ayudar a degustar buena cerveza local. Existen muchísimas marcas y tipos de cerveza diferentes y el maridaje es perfecto para la época estival. El terraceo se hace muy habitual y las ciudades se llenan de gente tomando algo aprovechando los larguísimos días. ¡El ambiente es fantástico!