Descubriendo Uzbekistán: historia, cultura y curiosidades
Este peculiar país no carece de una truculenta historia de invasiones e imperios que han dominado sus tierras durante siglos. Antiguo cruce de caminos, Uzbekistán fue una parada esencial en la Ruta de la Seda que vinculaba Oriente y Occidente, cuyo legado llega hasta la actualidad. Un país que mantiene tradiciones y costumbres muy diversas, una gastronomía singular y ciudades grandiosas como Samarcanda o Bukhara que no dejan indiferente a ningún viajero.
UZBEKISTÁN
Con este post os queremos introducir brevemente en la historia de esta región de Asia Central y explicaros algunas curiosidades y tradiciones que perduran hoy en día. Esta zona del mundo no tiene nada que ver con otras que hayáis podido conocer la mayoría de vosotros, y es que viajar por primera vez a Asia Central es toda una experiencia, tanto en lo bueno como en lo malo. Así que ¡vamos allá!


Una historia milenaria: imperio del conocimiento y el comercio
Uzbekistán ha sido testigo de ascensos y caídas de varios grandes imperios. En la antigüedad, fueron tierras de civilizaciones muy avanzadas para la época, pero no fue hasta el dominio de Tamerlán o Amir Timur que Samarcanda se convirtió en un centro de poder y cultura a escala mundial. Este famoso conquistador del siglo XIV dejó un impresionante legado con monumentos majestuosos como la Plaza del Registán, uno de los complejos arquitectónicos más deslumbrantes del planeta. Si queréis saber más sobre Samarcanda, aquí os dejamos nuestro artículo.
En el transcurso de los siglos, varias metrópolis de Uzbekistán fueron epicentros del comercio, la ciencia y la religión del mundo islámico. Eruditos como Avicena y Al-Biruni nacieron en estas tierras e influyeron en el desarrollo de la medicina y la astronomía mundial. Además, el país aún mantiene una amplia tradición de arte y artesanía, especialmente en la producción de textiles, cerámica y mosaicos que siguen siendo clave en la industria hoy en día.
De hecho, cultivo del algodón fue el más importante de Asia Central, pero hoy en día la primera fuente de ingreso es el gas natural (aunque sigue siendo el tercer exportador mundial de algodón), así como un importante exportador de uranio y oro. Curiosamente, su principal socio económico es Corea del Sur.
Cultura y tradiciones: la hospitalidad uzbeca y festividades
Al igual que otros lugares islámicos del mundo, Uzbekistán es conocido desde hace muchos siglos por su hospitalidad. Los viajeros son bien recibidos y es común ser invitado a disfrutar de un té, frutos secos o un suculento plato de plov, sin pedir nada a cambio. El plov u Osh es el plato nacional por excelencia; un guiso de arroz, verduras, carne de cordero y especias, que se cocina a fuego lento en grandes recipientes. En realidad, se trata de la comida más importante de todos los países de Asia Central, incluso en países de Oriente Próximo se preara a menudo. Nosotros lo probamos en varias ocasiones y nos gustó bastante, pero es cierto que es un plato muy pesado y no está hecho al gusto de todos los paladares. Si queréis saber más sobre la curiosa gastronomía uzbeca, lo podéis leer aquí.
Por otro lado, la música tradicional y las danzas son otro de los puntos fuertes de la cultura uzbeca. Típicamente tocan un instrumento de cuerda llamado dutar, muy popular en toda la región, que suele acompañar la mayoría de las celebraciones, al mismo tiempo que las expresivas danzas tradicionales con trajes coloridos.
Uzbekistán también celebra festividades importantes, aunque desconocidas para nosotros, como el Navruz, el Año Nuevo persa, que marca el inicio de la primavera. Durante esta celebración, las calles se llenan de alegría, puestos de comida y espectáculos tradicionales que reflejan la diversidad cultural de la nación.
Datos curiosos de Uzbekistán que seguramente desconocíais:
Uzbekistán formó parte de la Unión Soviética, y esto es muy visible en las ciudades de todo el país debido al urbanismo y a la arquitectura brutalista del siglo XX. Gran parte del patrimonio ha permanecido en muy buenas condiciones, a pesar de su independencia de la URSS en 1991, y la influencia de la cultura rusa, incluso del idioma, sigue siendo evidente en muchos aspectos de la sociedad.
Asombrosamente, son de religión musulmana (la mayoría suní), pero bastante laxos y tolerantes, en comparación con muchos países. Uzbekistán se define como un país laico en su Constitución por lo que se garantiza la libertad de religión y establece la separación entre la religión y el Estado. No es habitual escuchar la llamada a la oración en cada esquina las cinco veces (o más) al día, y no toda la población acude a rezar ni se paraliza el país continuamente. Tampoco el Ramadán ni otras festividades islámicas se celebra de la misma manera. Para los extranjeros, no hay problema en entrar a las mezquitas y las personas de religiones diferentes son siempre bienvenidas. Pronto podréis leer nuestro articulo de qué saber antes de ir a una mezquita.
Otro buen ejemplo es el de las mujeres uzbecas que llevan el pelo cubierto más por motivos culturales que por religiosos, y es raro ver alguien con burca o vestida con un traje completamente negro. Además, se ven muchas mujeres paseando en grupo o con niños, sin la presencia de un hombre, y también suelen estar en puestos de trabajo de cara al publico, conduciendo un coche o tomándose un refresco en una terraza.
Es un país tan "poco" musulmán que en muchos establecimientos sirven bebidas alcohólicas; de hecho, en 2023 fue el país más barato del mundo para tomarse una cerveza, con una media de 76 céntimos de euro por una pinta. Probablemente, su pasado soviético tenga algo que ver...
Otra de las cosas que más nos sorprendió (y no de forma positiva) fue darnos cuenta de la escasa conciencia política que existe en Uzbekistán. Nadie nos habló de problemas del país y cuando preguntábamos todos rehuían el tema. Es bien sabido que, tratándose de dictadura, el gobierno tiene un gran impacto en el pensamiento y el modo de actuar de sus habitantes, pero lamentablemente no parece que estén a disgusto con esto ni que tengan espíritu crítico. Como dato curioso, hay algunas páginas web que están censuradas, como por ejemplo Twitter o Tik Tok (Facebook, Instagram o Google funcionan sin problemas).
Islam Karimov gobernó Uzbekistán desde la independencia de la URSS, en 1991, hasta su muerte en 2016. El actual presidente parece que va por un camino similar, aunque los últimos años ha habido un intento de diversificación y de apertura al exterior que hasta el año 2016 no existió.
Es muy chocante que hasta 2019, casi no se podía entrar al país, muy parecido a como hoy en día está Turkmenistán. Apenas concedían visados, era ilegal viajar por libre y ni siquiera se podía sacar dinero con tarjetas extranjeras. Es increíble que en cosa de cinco años el panorama haya cambiado radicalmente y que Uzbekistán se haya convertido en todo un referente en cuanto a tours organizados. Está claro que esto supone un gran shock para los habitantes, pues han pasado de 0 a 100 en un tiempo récord.
Si queréis descubrir estas y otras muchas curiosidades, os recomendamos que viajéis al país de la Ruta de la Seda. Os adelantamos que no os dejará indiferentes y que os parecerá un tanto delirante. Pero también disfrutaréis de su ambiente local que se mantiene auténtico y de un patrimonio histórico, cultural y arquitectónico únicos en el mundo.
Uzbekistán es un país multiétnico. A lo largo de su historia, ha sido hogar de diversas comunidades étnicas que han contribuido a la riqueza y complejidad de su identidad cultural. La mayoría étnica en Uzbekistán son los uzbekos, que constituyen aproximadamente el 80% de la población, su lengua principal es el uzbeko y son principalmente de origen turco. Aunque también hay tayikos (5%), kazajos (2,5%), rusos (2,5%), karakalpaks, tártaros, kirguises, turkmenos, ucranianos y coreanos. ¿Coreanos? Sí, en 1937 Stalin desterró a unos 200.000 coreanos que habían escapado de Corea para vivir en Rusia y los envió a Uzbekistán y a Kazajistán, ya que creía que eran espías que colaboraban con los japoneses.
El idioma oficial es el uzbeko, una lengua de origen turco que se pude encontrar escrita en tres alfabetos diferentes; cirílico, latino y, algunas veces, en árabe. La mayoría de la población habla ruso como segunda lengua, pero desafortunadamente, casi nadie habla inglés, excepto en algunos lugares turísticos. Conviene familiarizarse con el alfabeto cirílico, especialmente para entender señales o nombres de sitios.
Uno de los detalles más curiosos tiene que ver con su geografía. Si estáis buscando un país con litoral, Uzbekistán no es la opción más acertada, ya que se trata (junto a Liechtenstein) del único país del mundo sin salida al mar por partida doble. Sí, habéis leído bien, por partida doble. Es decir que está rodeado por otros países que tampoco tienen acceso al océano. Evidentemente, esto dificulta mucho el comercio marítimo con muchos países hoy en día.
El Mar de Aral llegó a ser uno de los lagos más grandes del mundo, sin embargo a lo largo de décadas ha ido reduciendo su tamaño hasta menos de un 10% del original. El cultivo masivo de algodón en la época de la Unión Soviética obligó a desviar demasiada agua de los ríos que confluyen en el lago. Después de la caída de la URSS y por diversos motivos, su tamaño ha seguido reduciéndose hasta desecarse casi por completo.
Por último, y como toque humorístico, uno de los detalles más fascinantes de Uzbekistán es su relación con los melones, una fruta tan apreciada que incluso existen leyendas y mitos sobre ellos. Los melones uzbekos son conocidos por su sabor extremadamente dulce y su diversidad de variedades, y han sido cultivados durante más de 2.000 años. Son los primeros melones de los que existen registros y los locales aseguran que son los mejores del mundo.