TOP 10: lo mejor de Bolivia
Bolivia es un destino lleno de aventuras y paisajes únicos que sorprende a cada paso. Desde el desierto blanco del Salar de Uyuni hasta las alturas de La Paz y los valles tropicales, cada rincón tiene su propia magia y os invita a explorar la diversidad y el encanto de este país que tanto nos sorprendió.
BOLIVIA
Este es un país único en el mundo y tremendamente diverso. Nosotros lo recorrimos accediendo desde el norte de Argentina y visitando tanto Uyuni y sus maravillosos parajes naturales como las preciosas ciudades de Potosí, Sucre y La Paz y llegando hasta el Lago Titicaca. En este artículo os dejamos lo mejor que ofrece el país andino para que podáis empezar a organizar un viaje que os robará el corazón:
1. Salar de Uyuni
El Salar de Uyuni es el salar más grande del mundo, y visitar este inmenso desierto de sal es una experiencia inigualable. Su extensión blanca y brillante se convierte en un espejo perfecto durante la temporada de lluvias (de diciembre a marzo), creando un paisaje surrealista que se funde con el cielo. En temporada seca (mayo a noviembre), el suelo resquebrajado forma un mosaico natural que parece infinito. Os recomendamos visitarlo durante al menos 3 días contratando una excursión en el propio pueblo de Uyuni; nosotros lo hicimos con Tito Tours en un grupo reducido de 6 personas y fue una de las mejores experiencias de nuestras vidas. Durante vuestro recorrido, no os perdáis la Isla Incahuasi, una isla elevada cubierta de cactus gigantes, el Cementerio de Trenes en Colchani, un lugar con antiguas locomotoras oxidadas que contrasta con la blancura del salar, o las numerosas lagunas alpinas llenas de flamencos y que atraviesas estos parajes bolivianos. Podéis conocer más si leéis nuestro artículo de todo lo que hay que saber para visitar Uyuni.
3. Sucre, la Ciudad Blanca
Considerada por muchos como la ciudad más bonita de Bolivia, Sucre es conocida por su arquitectura colonial y su atmósfera tranquila que nos conquistó desde el primer momento. Esta Ciudad Blanca, como la denominan los locales, es Patrimonio de la Humanidad y cuenta con preciosas calles de piedra, edificios históricos y un clima templado que invita a pasear y mezclarse con la gente local en sus mercados y plazas. Y precisamente una de ellas, la Plaza 25 de Mayo, es el corazón de la ciudad, rodeada de iglesias y edificios coloniales, mientras que el Museo de la Casa de la Libertad os permitirá conocer más sobre la historia de Bolivia. Sucre ha sido y es una ciudad vital para el pueblo boliviano, pues aquí se firmó su Acta de Independencia en 1825. También es conocida por su rica tradición gastronómica y por ser un lugar excelente para aprender sobre la cultura local a través de sus museos y sus ferias artesanales.
2. La Paz y su teleférico hasta El Alto
La Paz está situada a unos 3,600 metros de altitud, y es, oficialmente, la capital más alta del mundo. Se trata de una bonita ciudad de contrastes, con un toque caótico y a la vez fascinante. Además, la red de teleféricos de La Paz es la más extensa del mundo y es también una forma única de transporte, que conecta la ciudad con la vecina El Alto a través de varias líneas que cruzan las colinas y barrios de la capital andina. Desde el teleférico, podréis disfrutar de vistas panorámicas que muestran tanto la grandeza de las montañas de alrededor como la enorme extensión urbana de La Paz. Una vez en El Alto, podéis explorar el Mercado de El Alto, uno de los mercados callejeros más grandes de Latinoamérica, donde encontraréis de todo, desde ropa hasta arte popular. Además, La Paz está rodeada de paisajes naturales impresionantes, como el Valle de la Luna y el Nevado Illimani, que aportan al escenario urbano un contraste natural espectacular. Os dejamos más información para poder visitar La Paz por vuestra cuenta y no perderos nada.
4. Potosí y la Mina de Cerro Rico
Si La Paz es la capital más alta del mundo, imaginaos lo que sentiréis cuando visitéis Potosí: a más de 4,000 metros sobre el nivel del mar, es una de las ciudades más altas del mundo y es famosa por sus antiguas minas de plata en el Cerro Rico, una montaña que durante siglos fue la mayor fuente de riqueza del Imperio Español. De hecho, la expresión de “vale un Potosí” se originó en esta ciudad ya que en la época colonial se convirtió en una de las más ricas del mundo. La visita a las minas es una experiencia que os permitirá conocer la dura vida de los mineros, que aún hoy en día trabajan en condiciones extremadamente difíciles en la zona. La ciudad es preciosa, por lo que os aconsejamos que paseéis tranquilamente por sus calles, admiréis la arquitectura colonial, y lleguéis hasta la mítica Casa de la Moneda, que funcionaba como una de las principales fábricas de moneda en tiempos coloniales. Hoy en día es un museo que muestra la historia de la ciudad y uno de los que más nos han gustado. Potosí es también un excelente lugar para apreciar la gastronomía andina y el folclore local, una ciudad que recordaréis con mucho cariño después de haberla visitado.
6. Coroico y los Yungas: la ruta de la muerte
La famosa Carretera de la Muerte que conecta La Paz con los Yungas, es un desafío para los ciclistas más aventureros. Con curvas cerradas y precipicios vertiginosos, esta ruta os llevará a través de un cambio de paisaje espectacular, pasando de las cimas andinas a la selva tropical de los Yungas. Al llegar a Coroico, os espera un clima cálido y una atmósfera relajada, ideal para disfrutar de la naturaleza y los paisajes del trópico boliviano. Esta carretera se ha puesto muy de moda en los últimos años y se ha convertido en una experiencia muy popular entre los viajeros que visitan Bolivia.
5. Copacabana y el Lago Titicaca
Hablando de alturas, ¿sabéis que el Lago Titicaca es el lago navegable más alto del mundo? Aunque una parte del lago se encuentra en Perú, en Bolivia encontraréis la famosa localidad de Copacabana, un pueblo tranquilo y colorido que sirve de entrada para explorar el Titicaca y sus islas. La Isla del Sol es uno de los puntos más especiales del lago, con ruinas incas y caminos con vistas panorámicas del agua y las montañas que lo rodean. Desde este pueblo también salen algunos barcos hacia las islas del lago, y podréis disfrutar de la serenidad del Titicaca mientras aprendéis más sobre las leyendas incas que rodean a esta zona sagrada. Nosotros visitamos el lago desde la ciudad peruana de Puno, así que si queréis saber más acerca de lo imprescindible, os dejamos por aquí más información al respecto.
7. Parque Nacional Madidi
Este parque en la Amazonía boliviana es una de las áreas con mayor biodiversidad en el mundo. En el Parque Nacional Madidi podéis adentraros en la selva, avistar animales exóticos como jaguares, tapires, y una gran variedad de aves. A través de caminatas guiadas y tours en bote, tendréis la oportunidad de descubrir un ecosistema sorprendentemente diverso y experimentar la conexión con la naturaleza.
8. Parque Nacional Eduardo Avaroa y las lagunas de colores
El Parque Nacional Eduardo Avaroa, en el suroeste de Bolivia, es famoso por sus lagunas de colores, en particular la Laguna Colorada, que tiene un tono rojizo debido a los minerales en sus aguas, y la Laguna Verde, que brilla en tonos esmeralda gracias al alto contenido de cobre. El parque también alberga flamencos andinos y paisajes desérticos únicos, como el Desierto de Dalí, que realmente parece sacado de una pintura surrealista.
9. Oruro y su carnaval
El Carnaval de Oruro es uno de los festivales más grandes y famosos de Bolivia, y uno de los eventos más importantes de toda América Latina. Fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO; una mezcla de tradiciones indígenas, folklore andino y expresiones culturales de la zona. Se celebra durante la festividad religiosa previa al inicio de la Cuaresma. Es por eso que os recomendamos visitar Oruro en febrero durante el carnaval: os toparéis con desfiles donde miles de bailarines se visten con trajes brillantes y máscaras coloridas mientras muestran danzas tradicionales como la Diablada, que representa la lucha entre el bien y el mal, y la Morenada, que simboliza la historia de los esclavos africanos. Además de la fiesta, la ciudad en sí también tiene encanto, con su arquitectura colonial y su ambiente tranquilo, así que se puede seguir visitando fuera de la temporada de carnaval.
10. Samaipata y sus alrededores
Este es un pequeño pueblo ubicado en el centro del país, cerca de Santa Cruz de la Sierra. Es conocido por su ambiente relajado y la naturaleza que lo rodea. El principal atractivo es el Fuerte de Samaipata, un sitio arqueológico precolombino que data de los tiempos de las culturas indígenas y más tarde de los incas y que forma parte del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sus alrededores cuentan con montañas, valles y bosques tropicales de ensueño: la Reserva Biológica de Tucavaca, un área protegida llena de flora y fauna local; las Cataratas de la Pusilla, un conjunto de cascadas rodeadas por un exuberante paisaje selvático.













