Mejores consejos para viajar a Madeira

Madeira es un abrupto archipiélago que pertenece a Portugal y está formado por cuatro islas, que no deja indiferente a ningún viajero. En este post encontraréis consejos muy útiles que hemos preparado después de haber recorrido gran parte de los senderos de la isla principal.

MADEIRA

Alquilar un coche para disfrutar al máximo

Otro aspecto que nos parece imprescindible para el viaje por Madeira es disponer de un coche para poder moveros tanto como queráis. Es cierto que hay servicio de transporte público que conecta la mayoría de pueblos y recorre los puntos principales de la isla, pero a menudo las rutas senderistas tienen su punto de partida en medio de la nada y están muy alejadas de las poblaciones en las que os dejará el autobús. Además, las frecuencias no os ayudarán a controlar los horarios si queréis abarcar muchos lugares en un mismo día.

Para la elección del coche os recomendamos que alquiléis uno pequeño. La isla cuenta con carreteras muy estrechas en muchas zonas y con unas cuestas de infarto; son las más empinadas que hemos visto nunca, tanto que en un par de bajadas pensamos que nuestro Fiat Panda iba a volcar. Es toda una experiencia subir y bajar puertos de mil metros de desnivel varias veces al día, como si nada. Dicho esto, si lográis conducir con soltura por Madeira, seréis capaces de llegar en coche a cualquier parte y descubrir paisajes inolvidables a los que resulta imposible no sacar un millón de fotos.

Probar la comida local 

Y para experimentar la isla al máximo, ¡probad la comida local! No os podéis perder los deliciosos “Bolos do caco”, un pan relleno de mantequilla con ajo que se toma solo o con jamón y queso. También debéis probar el típico pez espada que está delicioso. La gastronomía en Madeira es bastante buena, aunque es cierto que no hay tanta variedad ni es tan barato como esperábamos. La mayoría de los platos provienen del mar: cuentan con una gran variedad de pescados, pulpo, mariscos y las características lapas (sí, lapas) que estaban sorprendentemente ricas. Sinceramente, Madeira no es un destino en el que se pase hambre.

Elegir bien la época

A riesgo de resultar algo repetitivos, lo primero que queremos mencionar sobre este precioso conjunto de islas del Océano Atlántico es la época en la que es más aconsejable visitarlo. En Madeira, al igual que en la mayoría de lugares en el mundo, el clima varía mucho según la época del año. Primavera y otoño son las mejores estaciones para recorrer esta cálida y húmeda isla, que en ocasiones puede llegar a parecer tropical. En invierno, las altas montañas suelen estar cubiertas por una densa nube que no permite disfrutar de las vistas; mientras que en verano, las temperaturas pueden volverse demasiado elevadas. Además, teniendo en cuenta que la actividad principal que ofrece Madeira es el senderismo (si estáis buscando playa, mejor buscad otro destino), es fundamental ir en la época adecuada.

Planificar bien vuestra base de operaciones

Existen diversas formas de organizar el viaje: a nosotros nos surgió la duda de planificar un recorrido alojándonos en diferentes puntos de la isla o quedarnos en Funchal (ciudad principal) todas las noches, y desde allí conocer los diferentes lugares de la isla. Optamos por la segunda opción, ya que el tamaño de Madeira es bastante reducido y el clima es muy cambiante durante el mismo día y, a su vez, muy diferenciado entre el norte y el sur de la isla. Os podéis encontrar con un diluvio intenso pero breve, y a 30 kilómetros de allí, el sol continúe brillando con fuerza. Sin olvidarnos de las fuertes rachas de viento y oleaje casi constante al noreste, mientras que en Funchal, el mar permanezca como un plato.

Esta fue la razón principal por la que decidimos quedarnos las 6 noches en un hostal de Funchal (FX Pena) y así desponer de libertad para planificar las rutas día a día según el pronóstico meteorológico. También, es importante mencionar que desde Funchal, los puntos más alejados de la isla están a 1 hora de distancia en coche, por lo que la isla principal es bastante pequeña y se hace muy fácil de recorrer.

Además, al tener un tamaño tan reducido, no se llega a estar realmente alejado, y la zona rural no cuenta con una gran oferta de alojamiento. Tampoco es habitual encontrarse con mochileros con tienda de campaña y saco de dormir, a diferencia de otros destinos de senderismo y montaña.

Planificar vuestras rutas de antemano

Cuando comencéis a buscar qué rutas y senderos son los que más merecen la pena, es normal que os surjan muchas dudas, ya que hay una infinidad de ellos y normalmente la cantidad de días no es suficiente para cubrir todos los recomendados. Para intentar facilitar vuestra visita, hemos escrito un artículo con nuestra recomendación sobre los mejores trekkings de Madeira.

Darse un baño en las piscinas naturales

En Madeira las playas son de piedra volcánica, y el mar es bastante oscuro y muy movido, sobre todo en la zona norte. Es muy típico que los pueblos de la costa tengan su piscina natural que se llena con agua salada traída por el fuerte oleaje. Es buena idea llevar siempre un bañador en el coche por si en algún momento os apetece un chapuzón. Las piscinas naturales más famosas se encuentran en Seixal (uno de nuestros pueblos favoritos) y Porto Moniz.