Las mejores islas locales para visitar en Maldivas
Es normal que a la hora de elegir qué islas visitar en Maldivas surjan dudas entre las 1200 que existen, 200 de las cuales están habitadas. Existe muy poca información escrita acerca de cómo es cada una, y a menudo, lo que se puede encontrar en internet no corresponde con la realidad. Sin embargo, no es necesario preocuparse en exceso, ya que independientemente de cuáles sean las islas a las que vayáis, en todas tendréis casi garantizado un sol brillante, aguas cristalinas y playas de lo más paradisíacas.
MALDIVAS


Antes de simplemente dejar una lista de cuáles nos parecen las mejores islas para hospedarse en el país, queremos recalcar que estar un mínimo de 3 o 4 noches en cada una de ellas es buena opción. Esto os permitirá captar bien la esencia tanto de cada isla que visitéis, como también de otras cercanas que formen parte del mismo atolón. En general, aunque no haya diferencias muy marcadas entre las islas principales, cada una tiene su propia personalidad y características singulares. Asimismo, como ya hemos expuesto en la guía de cómo organizar un viaje a maldivas, no resulta sencillo trasladarse de una isla a otra, a menos que no importe gastar una fortuna yendo en barco privado. Aquí os dejamos nuestro artículo sobre cómo moverse por libre en Maldivas.
Tras esta breve introducción, queremos dejar claro que solamente escribiremos acerca de las islas que hemos visitado durante nuestro viaje a Maldivas de 12 días, las cuales se encuentran en tres atolones diferentes: el Atolón Malé (también llamada Kaafu) Norte, el Atolón Malé o Kaafu Sur y el Atolón Ari.
1. Isla Dhiffushi
Esta preciosa isla forma parte del Atolón Malé Norte, junto a otras entre las que destacan Thulusdhoo (la principal y la más habitada), Huraa, Himmafushi y otros islotes más pequeños. Dhiffushi está ubicada 30 kilómetros de la capital, y es muy fácil llegar a ella utilizando el ferry público 308; aunque también hay varios speedboats cada día, tanto desde Malé como desde el mismo aeropuerto. Os adjuntamos el mapa del Atolón Malé Norte y una foto panorámica para que os hagáis una idea del tamaño de la isla.
Al este de Dhiffushi hay otra bikini beach más pequeña junto al puerto, que es perfecta para estar por las mañanas. Es la playa más tranquila de las tres, y cuenta con una brisa excelente y muy buena sombra bajo las enormes palmeras. Para nadar es mejor que la del oeste, ya que cubre lo suficiente y alberga más vida marina. Es difícil decantarse por una de las maravillosas playas de Dhiffushi, pero probablemente esta sea nuestra preferida.
Por último, en el extremo norte hay una última bikini beach, pero en la que estuvimos bastante menos tiempo. Es la que tiene mayor cantidad de turistas, quizá por su proximidad a la zona principal de restaurantes y hoteles de la isla. Lo más destacable de esta playa es que ofrece la oportunidad de hacer esnórquel bastante cerca de la orilla, aunque se debe tener cuidado ya que se encuentra en una zona de tránsito de barcos. Además, su ubicación justo al frente del lujoso Meeru Resort es muy fotogénica; da la impresión de que casi se podría llegar andando.
Por otro lado, un aspecto negativo de Dhiffushi en comparación con las otras islas en las que nos alojamos, es que ofrece menos opciones para hacer excursiones organizadas de esnórquel, pesca o buceo, y las pocas que se pueden encontrar tienen precios excesivamente altos (de hecho, nosotros no contratamos ninguna excursión). Además, el entorno marino no es el mejor para hacer esnórquel, ya que a su alrededor no hay arrecife de coral; sin embargo, la belleza de la isla y sus tres maravillosas playas pueden compensarlo con creces. En definitiva, Dhiffushi es más un lugar para disfrutar de la sensación de estar en el paraíso, que para realizar actividades acuáticas.
Una buena alternativa a contratar excursiones, es visitar otras islas del Atolón Malé Norte a vuestro aire: recomendamos ir a la pequeña Huraa, que es más auténtica y se puede hacer un esnórquel algo mejor que Dhiffushi, aunque solo cuenta con una bikini beach. Para llegar podéis utilizar el ferry público 308, que cuesta poco más de un euro. El trayecto se cubre cinco días por semana, y sale desde Dhiffushi temprano por la mañana y regresa el mismo día por la tarde.
Uno de los puntos fuertes de esta isla es que cuenta con una oferta gastronómica amplia, sobre todo teniendo en cuenta el limitado número de turistas que la visitan. Y no solo eso, en Dhiffushi está previsto que abran muchos restaurantes nuevos durante los próximos meses. Actualmente, es una isla relativamente tranquila y poco masificada, pero al igual que en el resto del archipiélago, casi todo está en plena construcción o en proceso de ampliación. Todas las islas que visitamos estaban llenas de obras, con edificios altos a medio construir y material de obra tirado en la calle. No nos extrañaría que en muy pocos años se multiplique de manera excesiva la cantidad de visitantes en Maldivas; así que, cuanto antes vayáis a conocer este paraíso mucho mejor.
Volviendo al tema de la hostelería, la mayoría de restaurantes en Dhiffushi son tan nuevos, que de momento no podemos opinar acerca de cuál es el mejor (algunos todavía no tienen nombre, ni aparecen en los mapas). Durante los cinco días que estuvimos en esta isla, probamos casi una decena de ellos y ninguno fue una decepción. Además, los platos casi siempre tienen un coste similar, y en general, la relación calidad-precio es sorprendentemente buena. Tenemos pendiente escribir un artículo sobre la gastronomía en Maldivas.
Un último aspecto que queremos mencionar es qué lugar recomendaríamos para alojarse en Dhiffushi. Aquí nos gustaría aclarar que la isla tiene un tamaño tan reducido, que realmente la ubicación no tiene tanta importancia. Depende más del servicio que se espera recibir y de si se quiere un hotel de mayor o menor categoría. Aunque de momento, en esta y la mayoría de otras islas locales, el estilo de alojamiento está bastante estandarizado y no se suelen encontrar hoteles lujosos, ni tampoco hoteles baratos como hostales. En general, una habitación cuesta más de 100 euros la noche, y se ofrece un servicio básico, sin incluir desayuno, ni vistas al mar, ni normalmente una piscina. (Aunque de primeras os pueda parecer caro, los míticos resorts en las islas privadas de Maldivas suelen costar más de 1.000 euros).
2. Isla Guraidhoo
Esta es la segunda isla en la que estuvimos alojados durante otras cuatro noches. Ubicada casi en el Atolón Malé Sur, Guraidhoo tiene un tamaño similar al de Dhiffushi, aunque su población es de aproximadamente el doble, alrededor de 3.000 habitantes. Para llegar las opciones son muy similares a las de Dhiffushi; se puede ir en el ferry público 309, partiendo del puerto de Malé, y también en speedboat, si se necesita ir en horarios diferentes o se prefiere ir directamente desde el aeropuerto. Os dejamos también un mapa del Atolón Malé Sur.














Dhiffushi mide aproximadamente un kilómetro en su mayor diámetro; sin embargo, para su tamaño y sus escasos 1.500 habitantes, Dhiffushi tiene una gran vitalidad. Tampoco se trata de un lugar agobiante o bullicioso, no nos referimos a eso. Pero sí que se pueden encontrar la mayoría de servicios básicos necesarios como un colegio, centro de salud con varias camas de ingreso, farmacia, centro administrativo y bastantes tiendas de comestibles adecuadamente abastecidas. Además, al igual que en el resto de las principales islas habitadas del país, cuenta con su generador de energía propio y una planta desalinizadora y potabilizadora de agua de mar.
En lo que respecta al turismo, indudablemente uno de los puntos fuertes de Dhiffushi es que tiene tres bikini beach maravillosas. Como ya hemos mencionado en artículos anteriores, en estas playas está permitido tomar el sol o bañarse sin la necesidad de ir con camiseta y pantalón corto. En el resto de playas de Maldivas (que son la gran mayoría), tanto hombres como mujeres deben cumplir con las normas de vestimenta establecidas.
En el extremo oeste de Dhiffushi, se encuentra la playa más extensa de la isla, que es perfecta para disfrutar de las increíbles puestas de sol. Es sin duda la playa más fotogénica y la más bonita de Dhiffushi, y cuando baja la marea da la sensación de que nunca llega a cubrir del todo, y el reflejo del cielo en el mar es realmente el sueño de Maldivas hecho realidad. No obstante, si lo que buscáis es daros un buen baño, esta playa no es la más adecuada, ya que no tiene la suficiente profundidad y a penas alberga vida marina. Otra desventaja de esta preciosa playa es que en el lado oeste, habitualmente corre menos brisa que en las otras partes de la isla. Aunque suele ser posible encontrar una sombra adecuada debajo las escasas sombrillas o de algunos arbustos.










Ciertamente, Guraidhoo no tiene tan buenas playas como las de Dhiffushi, y solamente cuenta con una bikini beach artificial. Sin embargo, da la sensación de que es bastante más auténtica que Dhiffushi o Thoddoo, debido a que hay una mayor proporción de población local y menos infraestructura turística. Por las tardes, los habitantes de Guraidhoo salen a dar una vuelta por el puerto, y es habitual ver a los hombres jugar a las damas y tomar café, acompañado a menudo de la "droga" más extendida del sur de Asia; el Betel o nuez de areca.
Además, da la impresión de que está menos en obras, y en general, las calles se encuentran en mejor estado que en las otras dos islas. Aunque no podemos obviar que la mitad de la actual Guraidhoo es una ampliación artificial y parece que todavía está sin terminar, lo cual hace que visualmente no sea una isla tan bonita.
3. Isla Thoddoo
La tercera y última isla en la que estuvimos alojados durante nuestro viaje a Maldivas, fue la exuberante Thoddoo, en la cual se cultivan muchísimas de las frutas y verduras de todo el país. Está ubicada a 65 kilómetros al oeste de la capital, concretamente en la parte norte del Atolón Ari.
Además de ser mucho más verde, Thoddoo es bastante más extensa que Dhiffushi y Guraidhoo, aunque sigue siendo apropiada para recorrerla completamente a pie; se tarda una hora en dar toda la vuelta a la isla. Como acabamos de mencionar, es conocida por la gran cantidad de plantaciones de frutas y verduras que abastecen a una gran parte del país, y algo muy bueno en Thoddoo, es que todos los días se puede comer papaya o piña recién cogidas del árbol, a diferencia del resto de Maldivas donde la fruta puede llegar a ser más cara que en Europa.
Para llegar a Thoddoo, situada a más distancia de Malé que las dos islas anteriores, está el ferry público 303, que funciona solo un par de días de la semana y tarda casi seis horas. Nosotros optamos por trasladarnos en speedboat, cuyo trayecto solo fue de una hora; además, en nuestro caso no podíamos coger el ferry al ir desde Guraidhoo a Thoddoo en el mismo día, ya que no da tiempo a coger dos barcos públicos. Para asegurar el speedboat, lo más fácil es preguntar en el alojamiento que tengáis reservado en Thoddoo, mediante el chat de Booking,com, y ellos os lo organizarán sin problema. Otra forma es ir directamente al puerto de Malé desde donde parten los speedboats (actualmente todos salen de las embarcaciones llamadas "jetty"), situado al norte de la ciudad, junto a la estación de ferrys ATCC.
Thoddoo es una isla que nos gustó mucho, porque indudablemente es estéticamente muy bonita, y la más verde y salvaje de las tres en las que estuvimos. Además, cuenta con una bikini beach preciosa, y es con diferencia, la que tiene mejor opción para hacer esnórquel; sin apenas esfuerzo se pueden ver miles de peces tropicales y, lo más característico, decenas de tortugas marinas. Nunca antes habíamos nadado con tantas tortugas sin la necesidad de tener que contratar una excursión. ¡La verdad que es muy alucinante!
Sin embargo, no todo en esta isla es mejor que en las demás, ya que el ambiente y la infraestructura no son tan buenos como en Dhiffushi o Guraidhoo, al menos por el momento. A pesar del tamaño de Thoddoo, es una isla en la que se aprecia bastante menos la vida local; hay mayor proporción de turistas respecto a sus habitantes. Como dato curioso para añadir, casi el 100% de los extranjeros son de origen ruso y hay relativamente menos restaurantes y comercios que en las otras dos islas (al parecer los turistas rusos tienen costumbre de quedarse en su alojamiento una vez se mete el sol).












Guraidhoo tampoco tiene un arrecife de coral accesible, ni se ven muchos peces tropicales cerca de la orilla; para conseguir ver más vida marina es necesario nadar bastante desde la bikini beach. Afortunadamente, las excursiones que ofrecen las pocas agencias turísticas que hay en la isla son bastante más económicas que en Dhiffushi y Thoddoo. Nosotros hicimos una de esnórquel durante toda la mañana, con una empresa local llamada Bubble Excursions, por 40$ por persona.
Al igual que en otros atolones del país, en Guraidhoo también existe la opción de visitar por libre otra de las islas del Atolón Malé Sur. Madrugando un poco, es fácil utilizar el ferry público 309, que pasa por Gulhi y Maafushi, de camino a la capital. Entre estas dos islas, sin duda os recomendamos pasar un día en la bikini beach de Gulhi, porqué allí se puede hacer uno de los mejores esnórqueles de Maldivas, sin la necesidad de contratar ninguna excursión.
Ciertamente, cuando estuvimos en Gulhi dudamos de si hubiera sido mejor opción alojarnos allí en vez de en Guraidhoo, ya que es bastante más bonita, y su bikini beach no tiene ni punto de comparación. Sin embargo, Gulhi es más cara, no es tan autentica y tiene mucho menos ambiente local que Guraidhoo. En definitiva, cualquiera de las dos opciones es buena.




En realidad, Thoddoo cuenta con dos bikini beach: una al oeste de la isla (a la que nos hemos referido hasta ahora), en la cual se puede nadar con tortugas y ver una puesta de sol espectacular; y la otra justo en el lado opuesto, que es mejor para ir por la mañana. Esta playa orientada hacia el este, es bastante más pequeña y no cuenta con tan buena opción de hacer esnórquel, pero suele estar muchísimo menos concurrida. Se puede ir andando de una playa a la otra por la orilla, aunque no todo es zona de bikini beach (lo bueno es que a penas hay gente local y suele haber algún turista en bañador).
Aparte del magnífico esnórquel que se puede hacer en la propia playa oeste de Thoddoo, hay posibilidad de hacer muy buenas excursiones, mejores que en Dhiffushi o Guraidhoo. Cerca de esta isla del Atolón Ari, se puede nadar con tiburones nodriza o manta-rayas gigantes, incluso con los impresionantes tiburones ballena según la época. Nosotros contratamos una con la agencia local Thoddoo Astro Dive Club And Excursions, ¡y fue una experiencia inolvidable!




Uno de los problemas más importantes del país es la cantidad de basura que se acumula en las islas y se arroja al mar. El ejemplo más evidente lo vimos en Guraidhoo, en la que había una zona de la isla que parecía un auténtico vertedero, con todo tipo de desechos, metales, cristales, incluso electrodomésticos y muebles. Para colmo, cada noche tiran toda la basura que se ha generado durante ese día al mar, y sirve de alimento para los tiburones nodriza y demás animales. Y os aseguramos que no todo lo que echan es orgánico... Parece que es una costumbre muy arraigada ,y desgraciadamente, los maldivos no lo ven como algo negativo.


Por otro lado, no recomendaríamos ir a pasar el día a Maafushi, la más turística del Atolón Malé Sur y probablemente de todo el país. Solamente con verla de lejos desde el ferry público, queda claro que la isla está completamente afectada por un turismo en masa, sin ningún tipo de control. Maafushi está llena de enormes edificios de hormigón y antenas de comunicación que le quitan todo el encanto. Además, no tiene una buena playa en la que se pueda disfrutar, ni tampoco arrecife de coral. Las únicas razones que hay para querer alojarse en Dhiffushi, es que cuenta con algunos hostales baratos (suelen costar entorno a los 50$), y una oferta de excursiones mucho más amplia y competitiva. También es posiblemente la única isla local en la que se puede encontrar algo de fiesta y quizá bebidas alcohólicas (en Maldivas están completamente prohibidas).



