Herzegovina, una región histórica que brilla en los Balcanes
Situada en los Alpes Dináricos, esta región tiene mucho que ofrecer al viajero. Herzegovina conforma el país junto con Bosnia; sin embargo, las fronteras entre ambos no quedan claras y son motivo de disputa recurrente. Con una población de mayoría croata, merece la pena dedicarle varios días a la preciosa ciudad de Mostar y a otros muchos parajes que ofrece la región.
BOSNIA-HERZEGOVINA
Bosnia-Herzgovina es un Estado bastante complejo de entender. La disolución progresiva de Yugoslavia provocó la creación de los distintos países que conocemos hoy en día: Croacia, Eslovenia, Serbia y Montenegro (antes como estado único, ahora por separado), Macedonia y Bosnia-Herzegovina. Éste último fue creado en 1992, tras haberse convocado un referéndum acerca de la independencia del país, en el que participó solo el 67% de la población, del cual el 99% votó a su favor. Los bosniacos, en su mayoría musulmanes, fueron los que votaron a favor, mientras los de origen serbio del país boicotearon el referéndum.
Han pasado más de 30 años desde la creación del nuevo estado de Bosnia-Herzegovina, pero la división interna, los conflictos entre etnias y los intentos de reorganización y secesión hacen difícil pronosticar si las fronteras actuales se mantendrán en un futuro próximo. Si os interesa este tema, os recomendamos el análisis de la especialista en Ciencias Políticas Aleksandra Zdeb, para poder aprender un poco más acerca de la situación.
2. Počitelj
Este es el pueblo más bonito que visitamos en Herzegovina. Lo encontraréis yendo hacia el sur de la región, cerca de la frontera con Croacia. Se trata de un antiguo asentamiento otomano a orillas del río Neretva, y es un auténtico museo al aire libre. Se debe tener en cuenta que durante la Guerra de los Balcanes, se destruyeron numerosos puntos de interés por todo el país, algo que incluyó numerosas muestras de arte y pueblos enteros. Sin embargo, Počitelj se consiguió preservar relativamente bien, y hoy en día, mantiene la esencia de siglos atrás.
Os recomendamos subir hasta la Fortaleza de Počitelj a través de los caminos empedrados y disfrutar con las vistas del inmenso valle, salpicado por imponentes torreones medievales y antiguas mezquitas. Rodeados de bosques y parajes naturales, la panorámica desde allí es insuperable.
3. Monasterio de Blagaj y nacimiento del río Buna
Otro de los enclaves naturales de ensueño en Herzegovina, y uno de nuestros favoritos, es el Monasterio de Blagaj. Se encuentra a unos 14km al sur de Mostar, antes de llegar a Počitelj. También conocido como Blagaj Tekija, se trata de un monasterio derviche construido en el siglo XVI, en la desembocadura de un río que emerge de una cueva natural. Los derviches son miembros de una fraternidad religiosa musulmana sufí de carácter místico. Esta cueva es una fuente natural de agua que conforma el nacimiento del río Buna, junto a la cual se encuentra el monasterio que conserva la belleza y espiritualidad del entorno.
Como puede que ya sepáis, la comunidad musulmana tiene un enorme peso en Bosnia-Herzegovina, y Blagaj es un sitio clave para dicha comunidad. La entrada al monasterio cuesta 5€ y nos parece casi de visita obligada.
En definitiva, el entorno de este lugar es precioso y podréis disfrutar de su magia mientras tomáis algo en uno de los establecimientos que dan al río Buna.
4. Cascadas de Kravica
Estas impresionantes cascadas se encuentran a unos 40 kilómetros al sur de Mostar y son un lugar perfecto para disfrutar de la belleza natural de Herzegovina. Están formadas por el río Trebižat y alcanzan los 25 metros de altura. Conforman un hermoso paisaje rodeado de un entorno boscoso verde intenso, y en verano, el baño está permitido, por lo que si os coincide en un día caluroso, podréis daros un chapuzón en sus aguas cristalinas.
La entrada cuesta entorno a 10€ (20 marcos bosnios), pero es valida para todo el día e incluye la posibilidad de visitar la cercana cascada de Koćuša y el museo del Monasterio de Humac, ubicado en el pueblo de Ljubuški a unos 10 kilómetros. Para llegar a Kravica podéis utilizar el transporte público desde Mostar, aunque os tomará bastante tiempo y la regularidad de los autobuses no es demasiado buena. Si no contáis con la opción de ir coche, otra forma es coger un taxi que cuesta entre 25€-30€ en total.


5. Međugorje y la aparición de la Virgen
Este es uno de los lugares más importantes de la peregrinación católica, donde se cree que la Virgen María apareció ante un grupo de niños en 1981. Encontraréis muchísimas agencias y tours que ofrecen diferentes tipos de paquetes turísticos para visitar el lugar desde cualquier punto de Bosnia y Herzegovina. Cada año, millones de peregrinos cristianos católicos visitan Medjugorje para rezar, reflexionar y experimentar la espiritualidad del lugar.
6. Neum, reducto de costa en Herzegovina
Neum es la única localidad costera de todo el país. Se encuentra en la costa del mar Adriático, separando dos territorios Croatas entre sí. En esta área encontraréis hermosos paisajes costeros, playas y turismo casi exclusivamente local. Lo más curioso de este lugar es el poder que mantiene a nivel geoestratégico: para un país como Bosnia-Herzegovina es de vital importancia continuar manteniendo una salida al mar, con lo que eso representa.
En época estival, el pueblo se llena de actividades, eventos y animados festivales. Si disponéis del tiempo suficiente, os recomendamos visitar Neum para vivir en primera persona esta otra cara de Bosnia-Herzegovina.


Además de lo que os comentamos, Mostar sigue siendo conocida por su rica historia y su diversidad cultural. Durante siglos, la ciudad ha adoptado una mezcla de tradiciones, donde las influencias otomanas, europeas y balcánicas se siguen entrelazando de manera singular. Alucinaréis con su casco antiguo, con estrechas calles empedradas y repleta de coloridos bazares, donde se pueden encontrar suvenires, productos artesanales y deliciosas especialidades culinarias. Otro aspecto muy destacable de esta región de Europa, es su ambiente llamativamente acogedor; notaréis que los locales son muy amables y os recibirán con los brazos abiertos. En nuestro caso, los dueños del alojamiento se prestaron a enseñarnos la región y nos llevaron en coche a los distintos puntos de interés. Sin duda alguna, visitar Mostar y sus alrededores os dará la oportunidad de sumergiros en la vida cotidiana de sus habitantes.
Por supuesto, no os podéis olvidar de tomar un buen café bosnio (similar al turco), probar los deliciosos burek y ćevapčići en el buenísimo Restaurante Tima Irma, o disfrutar de un maravilloso atardecer con vistas al Stari Most, cerveza en mano, desde el Café Bella Vista. Esta es una de las experiencias que jamás olvidaréis de vuestra visita por los Balcanes.
Para finalizar, os recomendamos otros dos enclaves para fotografiar el famoso puente: uno, desde la playa a orillas del río Neretva; y el otro, subiendo al minarete de la Mezquita Koski Mehmed Pasha. Desde esta última se obtiene nuestra vista favorita de la ciudad de Mostar, así que si contáis con el tiempo suficiente, no lo dejéis pasar.
Dicho esto, y pese a los tiras y aflojas de la región, Herzegovina es muy segura, además de sencilla para viajar, tanto si vais en coche de alquiler como en transporte público. Nosotros recomendamos que os toméis por lo menos 3 o 4 días para recorrerla, aprender un poco más de su cultura e historia, y visitar los mejores lugares que os mostramos a continuación:
1. Mostar, una ciudad de cuento
Mostar es la principal ciudad de Herzegovina, que situada en el corazón de la región, es una verdadera joya, tanto históricamente como por su apariencia. Es conocida, sobre todo, por el famoso Puente Stari Most, que se eleva majestuosamente sobre el río Neretva. La vista de este puente y los alrededores del Bazar de Mostar, se ha convertido en una de las fotografías más icónicas de los Balcanes y de toda Europa.
Stari Most fue construido en el siglo XVI durante el dominio otomano, y es todo un símbolo, no solo por su antigüedad, sino porque tras 427 años en pie, fue destruido en 1993 durante la Guerra de los Balcanes. Hoy en día, tras su reconstrucción en el año 2004, se ha vuelto la atracción más importante de la ciudad, sin olvidar su pasado reciente tan oscuro extensible a todo el país, del cual hablamos más en nuestro artículo sobre Sarajevo, la capital.
Sin duda os recomendamos que visitéis Mostar en verano, y si vais en julio, podríais coincidir con el Red Bull Cliff Diving World Series, una impresionante competición de saltos al agua de gran altura (las fechas exactas varían cada año, por lo que sugerimos informaros antes). Lo que sí veréis será a saltadores locales en cualquier momento del día, intentando desafiar las leyes de la física zambulléndose al río Neretva desde una altura de 24 metros.



