De Bodrum a Datça, una navegación inmejorable

La costa que se extiende desde Bodrum hasta Datça es un rincón que parece sacado de un sueño. Al recorrer esta franja en la Riviera Turca os encontraréis con playas escondidas, paisajes de montaña, aguas turquesas y una mezcla encantadora de historia y cultura. Mayo fue el mes perfecto ya que las temperaturas son agradables y el turismo no ha alcanzado su pico. Aquí os dejamos los imperdibles de esta ruta mágica, que termina en un lugar tan apacible y auténtico como Datça.

RIVIERA TURCA

Viajar desde Bodrum hasta Datça y explorar los alrededores de ambos es una experiencia que combina historia, paisajes y una atmósfera más relajada. Como decíamos, mayo y septiembre suelen ser los meses ideales para este recorrido, cuando el clima es ya templado y la naturaleza está en su máximo esplendor pero aún no está tan lleno de turistas. A continuación os mostramos algunos de nuestros lugares preferidos para que podáis disfrutar tanto como nosotros:

Bodrum, el encanto bohemio de la Riviera

Bodrum es mucho más que una ciudad; es una experiencia que combina historia, paisajes de ensueño en sus alrededores y una de las ciudades más cosmopolitas de toda la costa turca. Todo esto la convierten en el punto de partida perfecto para un recorrido por la costa turca. Nosotros nos alojamos en el maravilloso Oya Butik Hotel, cerca de la estación de autobuses, en una zona un poco más tranquila de la ciudad pero no muy alejada del centro. Os lo recomendamos muchísimo si planeáis pasar alguna noche en Bodrum. Uno de los iconos de la ciudad son sus molinos de viento, ubicados en lo alto de una colina entre Bodrum y Gümbet. Aunque algunos están en ruinas, otros han sido restaurados y ofrecen unas vistas espectaculares del puerto y de la bahía. Es un lugar ideal para disfrutar del atardecer, con el cielo teñido de tonos dorados y el mar reflejando la luz.

Otro de los imprescindibles es el paseo marítimo de Bodrum, donde encontraréis una mezcla de lo tradicional y lo moderno. Aquí podréis explorar boutiques locales, mercados de artesanías y cafés encantadores. Es un lugar perfecto para relajarse al atardecer o para disfrutar de una cena frente al mar. También hay numerosos locales de ambiente por toda la costa, aunque los precios han aumentado una barbaridad y son bastante elevados en 2024 (como en todos los lugares turísticos del país). No os podéis perder un plato de meze acompañado por pescado fresco o mariscos, una especialidad local que no decepciona. Os recomendamos probar los restaurantes más locales que os mencionamos en nuestro recorrido de 15 días por la costa turca.

Para los amantes de la historia, el Castillo de San Pedro es una parada obligatoria. Esta fortaleza medieval alberga el fascinante Museo de Arqueología Subacuática, donde podréis admirar tesoros recuperados de antiguos naufragios en la zona, incluyendo la reconstrucción de un barco del siglo XIV a.C. Finalmente, no olvidéis que relativamente cerca del centro también podéis visitar el antiguo Teatro de Halicarnaso, una joya arqueológica al lado del Mausoleo que formaba parte de las 7 maravillas del Mundo Antiguo y que sigue en pie desde el siglo IV a.C. Además, ofrece una panorámica preciosa de la ciudad.

Bitez y las playas de Ortakent, Yahşi y Akyarlar: relax y naturaleza

A pocos kilómetros al oeste de Bodrum, la costa os regala rincones de tranquilidad y belleza. Bitez es una playa ideal para quienes buscan un ambiente relajado. Su bahía resguardada está rodeada de huertos de mandarinas y buganvillas, las famosas flores rosas de esta costa, lo que le da un aire auténtico y pintoresco. Aquí podéis practicar deportes acuáticos como el paddle surf o simplemente disfrutar de un día de descanso en una tumbona con vistas al azul intenso del mar. Además, nos pareció que esta zona tiene un ambiente mucho más auténtico y local que la turística Bodrum, y es el lugar perfecto para unas mini-vacaciones.

Continuando hacia el oeste, llegaréis a Ortakent, una de las playas más amplias de la región. Su arena dorada y aguas cristalinas hacen que sea perfecta para nadar o para pasar un día en familia. En los alrededores, encontraréis pequeños restaurantes donde se sirven especialidades locales como los gözleme, una especie de crepe turco relleno de queso o espinacas, ideal para picar algo.

A unos kilómetros más adelante están las playas de Yahşi, Deve y Akyarlar, el paraíso para los amantes del windsurf, el kitesurf y la tranquilidad. Estas son las playas que más nos gustaron, pues no son tan turísticas y son conocidas por sus vientos constantes, sus arenas finas y su entorno privilegiado. También ofrece unas vistas espectaculares de la isla griega de Kos, visible en el horizonte. Además, si os gusta explorar, los alrededores de Akyarlar están llenos de pequeñas calas y rincones menos conocidos que merecen una visita. Os dejamos por aquí nuestro ranking con las mejores playas de la Riviera Turca por si le queréis echar un vistazo.

Datça: naturaleza, historia y playas vírgenes

Después de hablar largo y tendido con el dueño de nuestro hostal en Çeşme, el maravilloso Hotel Yalcin, y tras comentarnos que la de Datça era una de las zonas que más le gustaban a él para navegar,  decidimos que sí o sí debíamos visitar la península. ¡Y qué gran decisión! Comprobamos que península de Datça es uno de los destinos más encantadores y menos masificados de Turquía. Su ritmo de vida pausado y su mezcla de historia, naturaleza y tradiciones mediterráneas la convierten en un lugar inolvidable.

El casco antiguo de Datça y las playas urbanas

Comenzad vuestro recorrido por el casco antiguo, conocido como Eski Datça. Sus callejuelas empedradas, casas de piedra adornadas con buganvillas y pequeñas plazas crean un ambiente mágico. Aquí encontraréis talleres de artesanía local, galerías de arte y cafeterías que sirven delicias como el helado casero de almendra, una especialidad de la región. Pero lo que más nos gustó fue disfrutar de sus preciosas y poco frecuentadas playas urbanas como la de Taşlık o la de Hastane Altı, y también de su encantador y tranquilo paseo marítimo en un entorno inmejorable. Desde el primer momento nos sentimos como en casa.

Las ruinas de Knidos

Datça es una península que ofrece multitud de lugares espectaculares, y es recomendable alquilar una moto o un coche para poder explorarlas todas. Al extremo de la península, por ejemplo, os esperan las famososa ruinas de Knidos, una antigua ciudad griega conocida por su puerto doble y su templo dedicado a Afrodita. Este lugar es un verdadero viaje al pasado, con su teatro, ágora y restos de otros templos que ofrecen una visión de la grandeza de la civilización antigua y que se conservan en un estado más que óptimo. Además, las vistas desde aquí son simplemente espectaculares, especialmente al atardecer. Si tenéis tiempo, es uno de los lugares más especiales para hacer esnórquel. Knidos y su bahía son un lugar muy popular para visitar en barquito y pasar un día de ensueño en alta mar.

Playas de ensueño en la península

Entre las playas de Datça, Kargı Koyu destaca como un rincón de tranquilidad absoluta. Situada a pocos kilómetros del centro y accesible andando (que es como la visitamos nosotros), esta pequeña bahía está rodeada de colinas cubiertas de vegetación y cuenta con aguas cristalinas de tonos turquesa. Es perfecta para pasar un día relajado nadando o descansando en la playa con el sonido de las olas como única compañía. Además, encontraréis un par de restaurantes sencillos donde disfrutar de pescado fresco y especialidades locales y lo más importante: casi ningún turista.

Para los amantes del senderismo, os recomendamos la caminata que hicimos desde Kargı Koyu hasta Akvaryum Koyu. Este camino costero atraviesa un bosque de pinos con vistas espectaculares del mar Egeo, y en el camino os acompañará el aroma a resina y el canto de los pájaros. Al llegar a Akvaryum Koyu os podréis bañar solos en una cala escondida de aguas cristalinas y tranquilas, ideal para nadar o hacer un poco de esnórquel. A este pequeño paraíso se puede llegar solo en barco o a pie, y es una recompensa perfecta tras la caminata.

Por último, la última recomendación es Palamutbükü, considerada una de las playas más hermosas de toda la región. Sus aguas profundas y su larga extensión de guijarros la convierten en un lugar ideal para nadar y también bucear. Es una playa relativamente salvaje, pero cuenta con algunos restaurantes y cafés a lo largo de la playa que ofrecen una experiencia gastronómica muy local. Tened en cuenta que esta playa se encuentra a unos 25kms del pueblo de Datça, por lo que lo ideal es alquilar una bicicleta, una moto o un coche para llegar hasta allí.

Un viaje por el mar

En lugar de recorrer la península por carretera, os sugerimos tomar un barco desde el puerto de Bodrum hasta Datça. Os dejamos por aquí la ubicación exacta para poder comprar los billetes. Sobre todo en temporada alta, recomendamos comprarlos al menos la víspera. Lo podéis hacer en este enlace. Este trayecto es una experiencia en sí misma, con la brisa marina y unas vistas que os dejarán sin palabras. Durante el viaje, es posible avistar delfines o disfrutar del paisaje de islas e islotes que salpican el mar Egeo, empezando por el mismísimo Castillo de San Pedro en la bahía de Bodum. La llegada a Datça, con las montañas envolviendo la península, es uno de los momentos más recordados de nuestro viaje. En definitiva, creemos que hacer el trayecto en barco la mejor manera de comenzar vuestra aventura en la península de Datça.