Caminata de Mestia a Ushguli en 3 días

Esta mítica ruta en la región de Svanetia es uno de los motivos principales para visitar Georgia y un sueño de hace muchos años que hemos podido cumplir. Son sesenta kilómetros que transcurren por el Cáucaso, a través de impresionantes montañas de hasta 5.000 metros, glaciares permanentes, ríos bravos y prados de color verde intenso.

GEORGIA

En esta región caucásica que hace frontera con Rusia, se encuentran los pueblos a mayor altitud del continente europeo, cuya cultura se preserva de una forma casi intacta debido al aislamiento y a las duras condiciones que ha tenido hasta hace pocos años. Es un lugar precioso y muy auténtico que, si tenéis la oportunidad de visitar, seguro que tampoco os dejará indiferentes.

La mejor forma de visitar la región Svanetia y, en particular, el pueblo Ushguli (conocido por ser el más alto de Europa) es caminando a través de los espectaculares Valles del Cáucaso, y hospedarse en diferentes sitios durante 3 o 4 noches. Es una ruta inolvidable que nos dejó con las ganas de estar más tiempo en las montañas de Georgia. Además, nos cruzamos con muy pocos senderistas, lo que hizo que la experiencia fuera aún más y nos dio la sensación de descubrir un sitio al que muy pocos han llegado.

Cuándo ir al Cáucaso

Para hacer las rutas de senderismo más populares de la región de Svanetia, lo mejor es ir durante el verano. El pronóstico meteorológico es muy importante para disfrutar del camino y en Svanetia las tormentas son bastante frecuentes, particularmente en primavera. Sin embargo, julio y agosto puede estar bastante más concurrido (aunque tampoco es una zona exageradamente turística), por lo que los momento ideales son finales de junio y principios de septiembre.

En otoño comienza a hacer frío muy pronto, pero si se tiene suerte con el tiempo, es cuando los bosques están más coloridos. Pronto empieza a nevar y queda todo completamente cubierto. En invierno se puede esquiar en algunas de las estaciones de la zona.

Cómo llegar al inicio de la ruta

Para llegar a Ushguli, primero hay que pasar por Mestia, el pueblo más grande de la región Svanetia. Existen distintos medios de transporte: el más rápido y cómodo con diferencia es el avión de Tbilisi a Mestia. Los únicos vuelos son con la compañía Vanilla Sky y salen desde el aeropuerto Natakhtari Airfield, solo en temporada de verano (si el tiempo es aceptable) y algunos días de la semana (las plazas se agotan rápido y para reservar hay que contactar mediante su página de Facebook).

Otra forma de llegar es coger un tren de Tbilisi a Zugdidi de 6 horas, y desde allí una furgoneta compartida o Marshrutka hasta Mestia. También hay Marshrutkas directamente desde la capital hasta Mestia, pero son 9 horas de carretera (las principales están en mejores condiciones de lo que nos esperábamos). Os dejamos el link de la página de trenes de Georgia donde aparecen los horarios. A veces también hay trenes nocturnos.

En cuanto a las Marshrutkas, no hay manera de reservar por internet y se cogen directamente en la estación de autobuses de Tbilisi. Habitualmente salen temprano una vez se llenan de pasajeros, pero sin un horario establecido (aunque por lo general, no suele haber que esperar demasiado). 

Dormir y comer en Mestia

Antes de comenzar, decidimos pasar una noche en Mestia para empezar por la mañana y poder dejar las mochilas en el alojamiento y cargar con menos peso los 3 días de ruta. Como curiosidad, Mestia cuenta con estaciones de esquí conocidas por ser las más baratas de Europa. Mientras que en verano, es se celebran varios festivales folclóricos y las terrazas de los bares y restaurantes suelen estar llenas. Os recomendamos el Café Laila, que sirven deliciosos platos georgianos tradicionales y muy abundantes. Os dejamos nuestro artículo sobre la gastronomía de Georgia.

A pesar de lo rural que es la región, los tres alojamientos de nuestra ruta los reservamos mediante Booking.

Etapa 1: de Mestia a Adishi

Para las 8:30 nos habíamos puesto en marcha, ya que teníamos planeado completar la ruta en 3 días, en lugar de los 4 que suelen recomendar. El primer día fue el más duro porque eran dos etapas, con un total de 26 kilómetros y 1.500 metros de desnivel. Por suerte, los días tan largos de junio dan el tiempo suficiente y llegamos a Adishi sin problemas. En ningún momento nos faltó agua, ya que se puede beber de los arroyos que directamente vienen del deshielo. Aunque no parezca buena idea, en realidad, es el agua que beben los habitantes del Cáucaso y sirven en las guesthouses a los turistas.

El primer tramo de la ruta atraviesa enormes prados y decenas de torreones del siglo XV, característicos de la región.

La segunda parte comienza ascendiendo por una pista de esquí para cruzar el valle y se continua a través de un denso bosque hasta Adishi. Este fue para nosotros el pueblo con más encanto de Svanetia. Nos quedamos en Guesthouse Old house, un alojamiento con todo lo necesario: habitaciones equipadas con sábanas, mantas y toallas, y el baño en buenas condiciones. Al poco de llegar, nos prepararon la cena que estuvo espectacular. Nos la sirvieron en un salón con cocina, dispuesto con un antiguo hornillo, una chimenea y un montón de artículos de ganadería. Fue la más sabrosa de todo el viaje.

Nos despedimos de Adishi con la sensación de quien ha descubierto un lugar secreto, al que muy pocos turistas llegan. Comenzamos la ruta de 15 kilómetros que nos esperaba aquel segundo día, bajo un cielo completamente despejado. Tras caminar los primeros 5 kilómetros, se llega al cruce de un río glaciar que bajaba con mucho fuerza, y hay que atravesarlo descalzo o a caballo (pagando una pequeña cantidad de dinero). Escogimos cruzar a pie, pero menospreciamos la fuerza con la que bajan los ríos georgianos.

Después de secarnos, continuamos la ruta que asciende 1.000 metros, desde donde se obtienen las mejores vistas del Valle de Ushguli, con las montañas nevadas y el impresionante glaciar de fondo. Después, se comienza a descender hasta el segundo pueblo de nuestra ruta: Iprari. Nos hospedamos en Raul Lushnu Darbaz, un sitio muy rústico que, junto a otros pocos caseríos, está a 15 minutos andando desde Iprari. Fueron muy hospitalarios y nos sirvieron la cena en un cobertizo adornado con objetos familiares antiguos. Éramos los únicos extranjeros.

Día 3: de Iprari a Ushguli

Era el último día y el cansancio se empezaba a notar. Las vistas durante el camino no son tan espectaculares como los días anteriores; sin embargo, la llegada a Ushguli es lo más emocionante del viaje a Georgia. Se trata de un pueblo antiguo de piedra, con varias torres medievales y rodeado por los prados más verdes que hemos visto jamás y por las imponentes montañas del Cáucaso. Pocos pueblos de montaña tienen tanta magia como Ushguli.

Recorrimos los alrededores; entramos en la capilla ortodoxa custodiada por un monje y pasamos un buen rato contemplando las maravillosas vistas. Si la experiencia no había sido lo suficientemente auténtica, tuvimos la oportunidad de ordeñar una vaca con un par de señoras del pueblo, que nos miraban como si fuéramos marcianos.

En Ushguli, nos alojamos en Guesthouse Mshvidoba, donde nos acogió nuevamente una familia local encantadora y pudimos disfrutar de otra excelente cena. Nos sirvieron el típico guiso de carne georgiano, acompañado con un khachapuri imeruli, y unas berenjenas asadas con pasta de nueces.

Día 4: regreso desde Ushguli

Antes de ir, según la escasa información en internet, pensábamos que todos los coches salen de Ushguli a las 10 de la mañana; sin embargo, vimos que sí había opción de bajar por la tarde, de modo que no es necesario quedarse a dormir en Ushguli al terminar la ruta. De todas formas, os lo recomendamos encarecidamente. En nuestro caso, quedamos con la familia de la guesthouse en volver a Mestia por 10$ cada uno en 4x4 (es una hora de camino por barrancos y pistas embarradas). Un vez llegamos a Mestia, recogimos las mochilas, y cogimos una Marshrutka hasta la ciudad de Zugdidi. Desde Zugdidi se puede llegar en tren o Marshrutka  a Tbilisi.

**Desafortunadamente, no hay transporte público por la tarde, así que es necesario dormir una noche en Ushguli o Mestia, antes de regresar salir del valle. Si tenéis coche de alquiler, evidentemente, sí se puede volver el mismo día. Si habéis conseguido un vuelo de Vanilla Sky, también es posible que os cuadren los horarios.

Día 2: de Adishi a Iprari

Nos sirvieron el desayuno en la misma curiosa estancia. Como anécdota, pedimos leche (por supuesto mediante señas porque no saben inglés), la señora de la casa trajo una marmita de leche tibia recién ordeñada. Resulta increíble que sigan existiendo estos lugares en Europa. ¡Esto es Georgia!