Un imperdible en Buenos Aires: cena gourmet y espectáculo de tango en El Viejo Almacén
Si tenéis pensado viajar a Buenos Aires, no podemos recomendaros lo suficiente reservar una noche en El Viejo Almacén. Este lugar histórico combina dos de los grandes símbolos argentinos: la buena comida y el tango. Y creednos, la experiencia que vivimos aquí fue de esas que se quedan grabadas para siempre en la memoria viajera.
BUENOS AIRES


Un lugar con historia que late al ritmo de Buenos Aires
Antes de empezar a hablaros de la cena y el espectáculo, tenéis que saber que El Viejo Almacén no es solo un restaurante o una tanguería, es una verdadera institución cultural en Buenos Aires. Ubicado en una esquina histórica del barrio de San Telmo, el edificio donde se encuentra data aproximadamente del año 1769, y en sus más de dos siglos ha sido de todo: almacén colonial, hospital británico, aduana, y desde 1969, casa del tango gracias al gran Edmundo Rivero, quien lo convirtió en el escenario emblemático que es hoy.
En 1982 fue declarado Sitio de Interés Cultural, y desde entonces ha sido cuna de innumerables artistas, orquestas y espectáculos que mantienen viva la esencia porteña. Visitar este lugar no es solo ver tango: es conectar con un pedazo auténtico de la historia y el alma de Argentina.
Una noche para recordar: cena + show en San Telmo
Imaginad una velada en el corazón de San Telmo, uno de los barrios más auténticos y con más magia de Buenos Aires. Adoquines, bares antiguos, murales, música en la calle… Y en medio de todo eso, El Viejo Almacén, que parece sacado de otra época. Allí nos esperaba una cena de tres pases que nos encantó, acompañada de vinos argentinos exquisitos y un ambiente que ya prometía una gran noche.




La cena: 3 pases llenos de sabor argentino
Fuimos invitados a la cena y nos prepararon un menú que os recomendamos sin dudar. Os contamos cómo fue:
Primer pase: entrantes clásicos argentinos, como empanadas caseras (que estaban de 10) o una provoleta fundida.
Segundo pase: carne argentina a la parrilla, jugosa y tierna. ¿Ojo de bife? ¿Bife de chorizo? Podéis elegir entre varias opciones. También suele haber platos de pescado como salmón en carta.
Tercer pase: el postre, porque los finales también importan: panqueques con dulce de leche, tarta de queso o la típica torta de El Viejo Almacén… Todos irresistibles. Este último el mejor.
Opciones y precios:
El menú cena + show suele rondar los 90-120 USD por persona (unos 70-100€), dependiendo de la temporada y la opción elegida. También hay posibilidad de ir solo al show, o de añadir traslados si lo necesitáis. Eso sí: reservad con antelación. Aquí hay alma, arte y mucha demanda. Os dejamos por aquí el enlace a su página web para que podáis elegir la opción que mejor os venga y podáis reservar directamente.




El show: tango en vivo que os pone la piel de gallina
Y después de cenar, llega el gran momento. Cruzáis la calle y entráis en la sala del espectáculo. Se hace el silencio, se bajan las luces… Y empieza el tango. No es un simple show: es una experiencia sensorial. Orquesta en vivo con un pianista sobresaliente (sabemos de lo que hablamos), bailarines elegantísimos, coreografías llenas de energía, emoción y precisión. Hay faldas que giran, miradas intensas, taconeos… Y de repente aparece él, Hugo Marcel, una leyenda viva del tango, que con solo arrancar a cantar os eriza la piel. Su voz llena de historia y sentimiento llenó la sala. ¡Qué lujo poder escucharle en directo! La gente se va entregando y todo esto, como no, acompañado de 2 copas o bebidas que incluye la entrada. En nuestro caso fueron de champagne.
A eso se le suma uno de los momentos más potentes del show: el número con boleadoras, esas sogas con bolas en los extremos que los artistas hacen girar y golpear contra el suelo produciendo un ritmo que retumba por toda la sala. Juego de luces, movimiento, fuerza… Y vuelta al tango más puro para terminar por todo lo alto. Dos horas que se nos pasaron volando. Aplausos, risas, emoción. Una fiesta para los sentidos, sin exagerar. Si visitáis Buenos Aires y os pasáis por el Viejo Almacén, seréis parte de ese viaje, abiertos de ojos y corazón, cóctel en mano. Una visita imperdible.
Detalles y consejos para vivirlo al máximo
Además de la cena y el show, todo lo que rodea la experiencia se siente especial. El equipo que nos atendió, encabezado por Gimena, se tomó su tiempo en explicarnos cada detalle de la historia del lugar, recomendarnos vinos y platos, y en definitiva, contarnos todas las curiosidades posibles del local. Nada impostado, todo desde el cariño y la profesionalidad. Y eso suma, porque cuando te cuidan bien, disfrutas el doble.
Reservad con tiempo, sobre todo si queréis cena + show (¡y os lo recomendamos al 100%!).
Llegad con margen para disfrutar del ambiente del local antes de empezar.
Vestíos con un toque elegante: no hace falta ir de gala, pero la ocasión lo merece.
Pedid mesa cerca del escenario si es posible, aunque desde cualquier lugar de disfruta mucho.
Aprovechad para pasear por San Telmo antes o después del show: hay fotos, cafés y callejuelas que os fliparán.
Dejad que os sorprendan. La magia viene sola. Se va creando en ese lugar y ese momento.
¿Por qué lo recomendamos tanto?
Porque El Viejo Almacén es mucho más que una tanguería. Es una ventana abierta a la historia, al arte y a la esencia de Buenos Aires. Es una experiencia total, de esas que merece la pena vivir al menos una vez en la vida.
Así que si estáis planeando qué hacer en la ciudad, haced un hueco bien grande en la agenda para esta experiencia. Después nos contáis… Pero ya os decimos nosotros: os va a flipar.
👉Más información, reservas y contacto directo desde su web, que os dejamos en el siguiente enlace.
Aquí tenéis un pequeño vídeo que resume a la perfección la experiencia. Nos vemos en San Telmo, viajer@s... ¡Y que viva el tango!












