Todo sobre Carcassonne: historia viva entre murallas y leyendas
Visitar Carcassonne es como abrir un libro de historia medieval pero caminando entre sus páginas. Esta ciudad fortificada no solo es una de las más impresionantes del país, sino también una de las mejor conservadas de toda Europa. Sus murallas, torres y calles empedradas os harán sentir siglos atrás. Y lo mejor de todo: está viva, llena de cultura, gastronomía y rincones que no dejarán de sorprenderos.
FRANCIA


Un paseo por la historia
Carcassonne lleva más de 2.500 años habitada, y su historia es tan rica como fascinante. Los primeros en instalarse en esta colina estratégica sobre el río Aude fueron los galos, hacia el siglo VI a.C. Más tarde, los romanos fortificaron el lugar y construyeron la primera muralla, parte de la cual aún se conserva.
En la Edad Media, la ciudad alcanzó su máximo esplendor bajo el dominio de la familia Trencavel, que mandó construir el castillo condal en el siglo XII. Carcassonne se convirtió en un bastión clave durante las luchas contra los cátaros, una corriente religiosa más liberal y tremendamente perseguida por la Iglesia católica. En 1209, fue tomada por las tropas de Simón de Montfort durante la Cruzada Albigense, y pasó a manos del rey de Francia.
Durante siglos, la ciudad fue un puesto fronterizo estratégico entre Francia y la Corona de Aragón. Pero con el Tratado de los Pirineos de 1659 perdió su importancia militar y cayó en el olvido. A finales del siglo XIX, el arquitecto Viollet-le-Duc la restauró por completo, devolviéndole su imagen de ciudadela medieval perfecta, que ha fascinado a generaciones desde entonces y de la que seguro os enamoraréis si la visitáis.
Qué ver en Carcassonne: La Cité Médiévale
Es el corazón y alma de la ciudad. Entrar por la imponente Porte Narbonnaise, con su puente levadizo y sus torres gemelas, es una experiencia que os transportará directamente a la Edad Media. Las callecitas estrechas, las casas de piedra, las tiendecitas artesanales y el ambiente animado lo convierten en un paseo inolvidable que sí o sí debéis probar si visitáis la capital de Aude.






El Castillo Condal y las murallas
La visita al Château Comtal es imprescindible. Se puede recorrer su interior, ver exposiciones sobre la historia cátara y subir a las murallas para disfrutar de unas vistas espectaculares.
Consejo práctico: reservad las entradas con antelación en internet, sobre todo en temporada alta. Si no lo hacéis, puede que os encontréis con una larga fila o que no tengáis sitio a la hora que queráis entrar. Os dejamos aquí el enlace para poder comprar los tickets. La visita completa vale al rededor de 20€ pero merece mucho la pena.




La Rue Trivalle y la Iglesia Saint-Gimer
La Rue Trivalle, que conecta el Pont Vieux con la entrada principal a la ciudadela, es una calle con muchísimo encanto y varios bares, restaurantes y terrazas donde podéis parar a tomar algo, comer o cenar. Ideal para un descanso antes o después de visitar la Cité. Auténtico ambiente local y precios más amigables que dentro de la muralla. Además, si buscáis un momento de paz lejos del bullicio turístico, acercaos a la parte trasera de la pequeña Iglesia Saint-Gimer en esta ubicación. Hay unos banquitos con vistas directas a la Cité que son perfectos para descansar, sacar unas buenas fotos y disfrutar del silencio al atardecer.




¿Dónde alojarse?
Es evidente que dado lo turística que es la ciudad, la oferta de alojamiento es muy variada pero, sobre todo, cara. Para vivir una experiencia única, os recomendamos Maison Face à la Cité. Esta casa tiene una ubicación inmejorable y unas vistas de postal a la ciudadela iluminada por la noche. Ideal tanto para parejas como para familias. Cómoda, tranquila y con ese toque especial que hace que el viaje sea aún más memorable.


¿Dónde comer el mejor cassoulet?
El plato estrella de Carcassonne es el cassoulet, un guiso a base de alubias blancas, confit de pato y embutidos varios. Si vais a probarlo, y ya os decimos nosotros que tenéis que hacerlo, el sitio estrella es La Demeure du Cassoulet, considerado por muchos como el mejor restaurante de cassoulet del mundo. Sabores intensos, cocina tradicional y ambiente acogedor. Es un poco más caro de lo habitual pero ya os adelantamos que es un 10. Eso sí, os recomendamos que llaméis la víspera para reservar mesa, pues es bastante popular y suele haber mucha gente, sobre todo en temporada alta. Y si no queréis gastar tanto dinero, existen multitud de restaurantes por toda la ciudad que lo ofrecen, incluso dentro de los menús del día que podéis encontrar sobre los 20€.




La Basílica de Saint-Nazaire y el Pont Vieux
Construida entre los siglos XI y XIV, esta basílica mezcla el románico y el gótico con gran elegancia. Sus vidrieras del siglo XIII están entre las más bellas del sur de Francia. Además, cruzar el Puente Viejo que conecta la ciudad moderna con la Cité es una de esas pequeñas cosas que no podéis dejar pasar. Es uno de los mejores miradores de la ciudadela, sobre todo al atardecer o cuando la muralla está iluminada de noche.










Festival de Carcassonne
Si tenéis la suerte de visitar la ciudad entre finales de junio y finales de julio, coincidiréis con el Festival de Carcassonne, uno de los eventos culturales más vibrantes del sur de Francia. Hay conciertos, teatro, ópera, danza, monólogos y todas las actividades al aire libre que os podáis imaginar, muchas de ellas gratuitas.
El punto culminante son los conciertos en el anfiteatro al aire libre dentro de la Cité. Nosotros tuvimos la suerte de ver allí a GIMS, uno de los artistas francófonos más importantes del momento y la combinación de música y el entorno histórico es simplemente mágica.








Excursiones y alrededores
Carcassonne es el punto de partida perfecto para descubrir algunas joyas escondidas del sur de Francia. Aquí van nuestras recomendaciones para excursiones de medio día o día completo:
Montolieu, el pueblo de los libros, lleno de librerías de segunda mano, artistas y talleres creativos.
Castillos de Lastours, cuatro fortalezas cátaras en lo alto de unas colinas, con rutas de senderismo y vistas espectaculares.
Limoux, conocido por su vino espumoso blanquette y su ambiente auténtico.
Puivert, Quéribus, Puilaurens, Peyrepertuse… La región está llena de castillos cátaros espectaculares, perfectos para amantes de la historia y la naturaleza.
La Pasarela de Mazamet, un puente colgante sobre un desfiladero a más de 70 metros de altura. ¡Ideal para los que buscáis un poco de aventura y vistas únicas!
Narbonne, la segunda ciudad romana con mayor patrimonio en el departamento, y muy cerca…
Les Grands Buffets, el buffet más famoso de Francia. Foie gras, quesos, marisco, postres de lujo... todo en formato libre. Ojo: hay que reservar con meses de antelación. Nosotros no pudimos ir por eso, así que si queréis vivir la experiencia, no lo dejéis para última hora.
Os traeremos próximamente un artículo más completo con todo lo que se puede visitar en los alrededores y cómo hacerlo.