Todo lo que hay que saber para visitar Abu Simbel por libre
Abu Simbel es uno de los destinos más mágicos en el mundo y supone una experiencia inolvidable en un viaje por Egipto. Aunque la mayoría de turistas optan por visitarlo en una excursión organizada desde Asuán que sale muy temprano y vuelve el mismo día, nosotros decidimos hacerlo por nuestra cuenta y quedarnos a dormir. En este post os contamos cómo organizarlo para que la experiencia sea redonda.
EGIPTO


Este imponente templo es uno de los lugares que más nos han marcado en nuestros viajes, tanto es así que seguimos recordando esta experiencia como el momento más especial de nuestro viaje por Egipto. Dormir en el pueblo, asistir al espectáculo nocturno de luces, madrugar para ver el amanecer iluminando los templos y disfrutar de la tranquilidad del lugar... Todo ello hizo que la visita fuera inolvidable.
Llegar a Abu Simbel desde Asuán
La forma más sencilla y económica de llegar a Abu Simbel desde Asuán es en autobús público, y os aseguramos que es una opción segura y cómoda. Los autobuses salen temprano por la mañana, normalmente entre las 7:00 y 8:00 desde la estación principal de Asuán, que se encuentra cerca del mercado, a unos 4 kilómetros al norte desde el centro. Dejamos por aquí la ubicación exacta y una foto de la taquilla donde comprar los billetes. Recomendamos llegar en Uber y, como no se pueden reservar los billetes, intentar estar temprano en la estación. También podéis pasaros el día anterior por la propia estación, aunque al estar algo lejos nosotros no lo hicimos. Aún y todo, preguntad en vuestro alojamiento de Asuán a qué hora sale el autobús para confirmarlo, pues estos horarios pueden ir cambiando dependiendo de la época en la que visitéis la zona.
El trayecto es de unas tres horas y media, y os lleva a través de un paisaje desértico impresionantemente bonito. Aunque las vistas son áridas, las primeras horas de sol en el desierto son un espectáculo que os hará disfrutar del camino. El precio del billete suele ser de unos es de unos 80-100 EGP (al rededor de 3 o 4 €), lo que lo convierte en una alternativa mucho más asequible que los tours organizados, además de ir con una mayor tranquilidad. Una vez lleguéis al pueblo, podréis ir andando a cualquier sitio ya que es pequeño y todo está muy cerca.
Para el regreso a Asuán al día siguiente, los autobuses suelen salir al mediodía desde el pueblo, sobre las 12:00 o las 13:00. Os recomendamos también confirmar los horarios al llegar a Abu Simbel para planificar bien vuestra visita.
Los templos de Abu Simbel: magia nocturna y amanecer único
La primera noche, nada más llegar, asistimos al famoso espectáculo de luz y sonido en los templos. Aunque ya habíamos visto fotos de las estatuas gigantes de Ramsés II, contemplarlas iluminadas en la oscuridad mientras se narra su historia en varios idiomas incluido en español, es algo que pone la piel de gallina. El juego de luces es bastante mejor de lo que pensábamos (nos gustó más que el de las pirámides, por ejemplo) y los detalles de la fachada resaltan muchísimo por la noche. La atmósfera que se crea es muy especial y os transportará directamente al Egipto faraónico.
El espectáculo cuesta unos 300 EGP (unos 9 €) y suele comenzar sobre las 19:00 o 20:00 de la noche, dependiendo de la temporada. Siempre recomiendan reservar las entradas con antelación, aunque cuando lo visitamos nosotros no había casi nadie. Pudimos comprarlas directamente en el alojamiento, así que preguntad; seguro que os pueden ayudar. Al terminar, podéis dar un bonito paseo nocturno por el pueblo o relajaros en vuestro alojamiento, disfrutando del silencio y la paz del lugar.
Haciendo noche en Abu Simbel
Pasar la noche en Abu Simbel fue una decisión clave para aprovechar al máximo nuestra visita. Nos alojamos en Eskaleh Nubian Ecolodge, un pequeño hotel gestionado por una familia nubia que combina sostenibilidad, tradición y un encanto muy especial. La decoración, las habitaciones cómodas y la comida casera basada en recetas tradicionales nubias nos hicieron sentir como en casa, la verdad. Además, queda a unos 2 kilómetros a pie de la entrada al templo, por lo que podréis ir explorando la zona a vuestro ritmo y sin prisas.
Este alojamiento tiene un ambiente tranquilo, ideal para relajarse después del viaje. Es verdad que para el estándar del país no es barato (el precio por noche ronda los 100-130 € para dos personas, con desayuno incluido), pero merece mucho la pena visitar Abu Simbel de esta manera. Si tenéis la oportunidad, no dudéis en quedaros a la noche y tomaros la visita con calma; merece mucho la pena.
Al día siguiente, nos levantamos antes del amanecer para estar en los templos a primera hora nada más abrir, normalmente entre las 5:00 y 6:00 a.m. según la época del año. Este fue, sin duda, el momento más mágico de toda la experiencia. Apenas había turistas y tuvimos la oportunidad de caminar entre las gigantescas estatuas en completo silencio, observando cómo los primeros rayos del sol las iluminaban poco a poco. Ver el amanecer en Abu Simbel es un privilegio que no se vive en las visitas rápidas de los tours organizados. Estos tours suelen llegar más tarde, justo cuando nosotros salíamos del templo.
La entrada a los templos durante el día cuesta unos 700 EGP (sobre los 13 €) aunque los precios van variando. Os recomendamos dedicar todo el tiempo que os apetezca a explorarlos sin ningún tipo de prisa y sin limitaros a las fachadas: el interior está lleno de detalles fascinantes, con relieves que narran las hazañas de Ramsés II y su devoción por los dioses. Además, no os perdáis el templo más pequeño dedicado a su esposa Nefertari, cuya belleza es igual de impresionante y suele estar aún menos concurrido.
Explorando el pueblo y sus alrededores
Aunque los templos son la razón principal para visitar Abu Simbel, os animamos a dedicar algo de tiempo a explorar el pueblo y sus alrededores. Es muy pequeño, tranquilo y muy acogedor, ideal para pasear y descubrir la cultura nubia en su esencia más auténtica. Encontraréis pequeñas tiendas donde los artesanos venden productos típicos como cerámicas, tejidos y joyas hechas a mano. Si buscáis un recuerdo especial, este es un buen lugar para encontrarlo.
También podéis probar la gastronomía local en los restaurantes del pueblo o en vuestro alojamiento. Platos como el ful medames (habas cocidas) o el tagen de pescado fresco del lago Nasser son deliciosos y os permitirán saborear la cocina tradicional de la región. Y es que en Egipto se come muy pero que muy bien...
Si tenéis tiempo, os recomendamos acercaros a las orillas del Lago Nasser, uno de los embalses más grandes del mundo. Es un lugar ideal para disfrutar de un paseo tranquilo al atardecer, con vistas impresionantes y un ambiente que invita a la calma.


















Una experiencia inolvidable
Para terminar, os queremos dejar algunos consejos imprescindibles para la visita:
Reservar alojamiento y entradas con antelación, sobre todo si viajáis en temporada alta, para evitar contratiempos.
Efectivo, siempre: en Abu Simbel no hay muchos cajeros automáticos, así que aseguraos de llevar dinero suficiente para las entradas, el transporte, el alojamiento (a menudo no se pueden pagar con tarjeta) y cualquier compra que queráis hacer.
Madrugad para el amanecer: este es nuestro mejor consejo, ya que estar en los templos al abrir os permitirá disfrutar de una experiencia íntima y mágica.
Visitar Abu Simbel por vuestra cuenta desde Asuán es mucho más que una simple excursión: es una experiencia inolvidable que os permitirá conectar con uno de los lugares más impresionantes de Egipto de una forma auténtica. Dormir en el pueblo, disfrutar del espectáculo nocturno, vivir el amanecer y explorar sus calles tranquilas hizo que esta aventura quedara para siempre en nuestra memoria.



