Rovinj, la joya más auténtica de Croacia

Si hay un rincón del Adriático que captura la esencia del romanticismo, ese es Rovinj. Situada en la península de Istria, esta ciudad de origen veneciano es un verdadero laberinto de calles adoquinadas, casas de colores vibrantes y vistas que quitan el aliento. En este artículo os explicamos cómo os vais a enamorar de este lugar tan especial.

CROACIA

Rovinj perteneció a la República de Venecia durante siglos, tal y como ocurre con su vecina Piran, en Eslovenia, lo que ha dejado una huella imborrable en su arquitectura y cultura. Posteriormente, pasó a formar parte del Imperio Austrohúngaro y, tras la Segunda Guerra Mundial, estuvo bajo dominio yugoslavo hasta que Croacia obtuvo su independencia en 1991. Esta mezcla de influencias ha convertido a la ciudad en un destino único, con una atmósfera cautivadora que os enamorará como a nosotros.

Llegar es sencillo y hay varias opciones. Lo mejor si estáis viajando por Croacia es hacerlo desde la costa: ciudades como Pula, Poreč, Umag o Rijeka están bien conectadas en transporte público. También es posible llegar en ferry desde Venecia, lo que añade un toque aún más especial a la experiencia. Esto lo dejaremos para la siguiente vez que la visitemos...

Perderse por el casco antiguo

El alma de Rovinj está en su casco antiguo, un entramado de calles estrechas y empinadas que os llevarán hasta pequeñas plazas escondidas, talleres de artistas y rincones llenos de historia. Aquí cada fachada desgastada por el tiempo y cada balcón con flores cuentan su propia historia. Perderse por estas calles sin un rumbo fijo es la mejor manera de sentir la esencia de Rovinj..

La iglesia de Santa Eufemia: la mejor vista de Rovinj

Dominando la ciudad desde lo alto, la Iglesia de Santa Eufemia es el punto de referencia de Rovinj. Su campanario está inspirado en el de San Marcos de Venecia, al igual que ocurre en las localidades costeras cercanas que mantienen este tipo de arquitectura veneciana (ya lo comentamos con su vecina Piran) y ofrece una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad y el mar. Si os animáis a subir sus escaleras de madera algo empinadas, la recompensa será una panorámica inolvidable de los tejados rojos de Rovinj y las islas del archipiélago cercano. Las fotos del istmo con la iglesia en lo alto son algunas de las mejores que sacamos de todo el país.

El puerto, la magia del mar y los delfines

El puerto de Rovinj cuenta gran parte de la historia de la ciudad, con barcas de pescadores que traen la captura del día y restaurantes que sirven pescado fresco con vistas al Adriático. Pasear por el paseo marítimo al atardecer es una de las experiencias más bonitas que podréis vivir aquí, con los tonos anaranjados reflejándose en el agua y la silueta de Rovinj recortada contra el cielo.

Uno de las cosas más mágicas que hicimos en Rovinj y que os recomendamos al 100% fue hacer una excursión en barco para avistar delfines mientras el sol se ponía. Navegar por el Adriático mientras el cielo se tiñe de tonos rojizos y dorados, con la silueta de la ciudad reflejada en el agua, es una experiencia difícil de describir con palabras. Los delfines suelen aparecer en estas aguas al atardecer, y verlos saltar al lado del barco con este telón de fondo es simplemente inolvidable.

Playas de ensueño y sabores de Istria

Si queréis relajaros junto al mar, Rovinj cuenta con algunas de las mejores playas de Istria en sus alrededores. La playa Lone Bay, dentro del Parque Forestal Zlatni Rt, es una opción perfecta para un baño en aguas cristalinas rodeados de una naturaleza preciosa. También podéis acercaros a Cuvi Beach, con su arena blanca y su ambiente más tranquilo. Nos sorprendió lo maravilloso del entorno y de la tranquilidad que se respiraba pese a que la ciudad no es muy grande y se ha vuelto bastante turística.

En cuanto a su gastronomía, como ocurre en casi toda Croacia, no defrauda y es una delicia, con influencias italianas y croatas. No podéis dejar de probar la trufa blanca de Istria, un buen risotto negro de sepia o los langostinos a la parrilla. Para una cena romántica junto al mar lugares como La Puntulina son una opción espectacular, con mesas en una terraza sobre las rocas, aunque no es económico. Si buscáis un sitio más barato pero igual de bueno, Balbi ofrece excelente comida local en un ambiente acogedor a precios mucho más razonables. De todas maneras, ya os adelantamos que prácticamente en cualquier lugar comeréis y cenaréis bien.

Arte y cultura

Otra de las cosas que nos sorprendió de Rovinj fue la importancia de las galerías y los talleres, hasta tal punto de haberse convertido en un paraíso para los amantes del arte. La calle Grisia es una de las más bonitas de la ciudad y está repleta de galerías y estudios de artistas locales; es el lugar ideal para descubrir el talento istriano. Además, la ciudad alberga el Museo del Patrimonio de Rovinj, donde podréis conocer más sobre su fascinante historia y su pasado veneciano.

Rovinj es un lugar que hace sentir y es complicado expresar con palabras y fotos un anochecer de verano en su costa. Hay lugares que desprenden una magia especial, y este rincón de Croacia es uno de los que recordamos con más cariño. Perderse por sus calles empedradas, ver el mar fundirse con el cielo al atardecer, compartir una copa de vino istriano con vistas a la costa… Es un lugar al que tenemos muchas ganas de volver. Así que si estáis buscando un destino especial en Croacia, tened cuidado porque Rovinj os robará el corazón.