Recorriendo el Lago Atitlán, un viaje al corazón del altiplano guatemalteco
El Lago Atitlán es uno de los lugares más visitados del país. Rodeado por imponentes volcanes y pueblos llenos de historia y tradición, este rincón del altiplano guatemalteco nos ofreció algunas de las mejores experiencias de nuestro viaje. Si queréis disfrutar al máximo de esta joya natural, aquí os contamos todo lo que debéis saber para organizar vuestra visita.
GUATEMALA


El alma del lago: la cultura maya viva
Más allá de sus paisajes de ensueño, lo que hace especial al Lago Atitlán es la riqueza cultural de sus comunidades. A lo largo de sus orillas se encuentran varios pueblos indígenas, cada uno con su propio carácter y tradiciones. En muchos de ellos, el idioma predominante sigue siendo el kaqchikel o el tz’utujil, y la vestimenta tradicional todavía es parte del día a día, es por eso que se trata de una visita obligada en Guatemala.
Cada pueblo tiene su encanto, pero si buscáis una experiencia auténtica, no podéis dejar de visitar San Juan La Laguna, conocido por sus cooperativas de arte y tejidos naturales, o Santiago Atitlán, donde descubriréis una mezcla inesperada de cultura maya y costumbres judías. También recomendamos perderse por las calles de Santa Catarina Palopó y San Antonio Palopó, dos joyas a orillas del lago a las que se puede llegar de una forma original y económica: subiéndoos a las camionetas locales como hicimos nosotros. A continuación nos adentramos un poquito más en el lago y os enseñamos todo lo que ofrece.
Y desde Panajachel, podéis lanzaros a descubrir algunos de los lugares más icónicos del Lago Atitlán:
San Juan La Laguna, arte y tradición
Este es, sin duda, uno de nuestros pueblos favoritos del lago. San Juan es famoso por su comunidad de artistas y tejedores, quienes han convertido el pueblo en un museo al aire libre con murales coloridos y tiendas de artesanías de gran calidad. Podéis visitar alguna de las cooperativas de mujeres tejedoras, donde os explicarán cómo trabajan con tintes naturales, o pasaros por alguna galería de arte local.
Cómo llegar: desde Panajachel, podéis tomar una lancha pública desde aquí indicando que vais a San Juan para que os dejen en su muelle.
Cómo llegar al Lago Atitlán y dónde alojarse
La mejor manera de llegar es desde la Ciudad de Guatemala o Antigua, que suele ser la vía de llegada al país. Allí podéis tomar un shuttle o un bus a Panajachel, que es la puerta de entrada al lago. Desde allí, las lanchas públicas os llevarán a los diferentes pueblos, y también podéis alquilar una moto o subiros al transporte público de camionetas que recorren el lago para sentiros un local más. Nosotros lo hicimos y fue una de las mejores experiencias.
Para explorar el lago, Panajachel es la mejor base, y nosotros nos alojamos en el Hotel Regis, donde estuvimos de maravilla. Lo podéis reservar sin problemas en Booking a través del siguiente enlace. Este alojamiento es céntrico, cómodo y tiene aguas termales, lo que lo hace perfecto para relajarse después de un día explorando. Además, su ubicación en plena calle Santander permite estar cerca de restaurantes, tiendas y del muelle para tomar las lanchas a otros pueblos.
La Nariz del Indio, la mejor vista panorámica del lago
Si hay una actividad que no podéis dejar de hacer en el Lago Atitlán, es la subida a la Nariz del Indio para ver el amanecer, aunque como nosotros estábamos alojados en Panajachel, realizamos la subida a media mañana. La caminata comienza en San Juan La Laguna y, tras un ascenso de aproximadamente 1h30, llegaréis a un mirador espectacular desde el que veréis cómo el sol ilumina poco a poco el lago y los volcanes circundantes. La vista es simplemente mágica y la experiencia, inolvidable.
Consejo: es mejor hacerlo con guía local, o eso es lo que recomiendan en todas partes, pero en nuestro caso lo hicimos solos. Para que tengáis una referencia, la subida comienza en el Mirador Kaqasiiwaan, y desde allí existen diferentes paradas en las que ir admirando las vistas y disfrutar del entorno mientras aprovecháis para tomar oxígeno y beber un poco de agua (el calor y la humedad pueden apretar bastante). Leímos que los robos por el camino son bastante frecuentes pero no tuvimos ningún tipo de problema. Está bien saberlo por si acaso e ir con cuidado.
Santiago Atitlán, falafel y cultura maya
Santiago Atitlán es una mezcla fascinante de tradición maya y cultura judía. Sí, como leéis. Aquí encontraréis tiendas de falafel y kebab, restaurantes kosher y una comunidad judía sorprendentemente presente, sobre todo de turistas y gente que se ha quedado a teletrabajar en el pueblo. Pero además de todo esto, es un pueblo con un fuerte arraigo cultural, donde podréis visitar la iglesia de Santiago Apóstol y conocer la figura de Maximón, un santo popular venerado por los habitantes del pueblo.
No os perdáis el mercado local y la visita a la casa donde se encuentra Maximón (la ubicación cambia cada año, lo mejor es preguntar allí mismo). Podéis llegar en barco público o en alguna excursión organizada que pare en el pueblo; cualquiera de las opciones es buena, aunque nosotros optamos por recorrerlo por nuestra cuenta, acordando con un lanchero tanto la ida como la vuelta a Panajachel.


















Santa Catarina y San Antonio Palopó, autenticidad a orillas del lago
Si queréis descubrir pueblos menos turísticos, os recomendamos Santa Catarina y San Antonio Palopó. En Santa Catarina, las casas pintadas de azul crean un paisaje único, mientras que en San Antonio encontraréis artesanías y cerámica de gran calidad. Lo mejor de todo es que se puede llegar a estos pueblos de una manera diferente: subiendo a las camionetas locales. Nosotros lo hicimos así, y fue una experiencia divertida, auténtica y muy económica.
Cómo llegar: desde Panajachel, podéis tomar una camioneta local o incluso hacer el recorrido en tuk-tuk, aunque esta última opción suele ser más cara.




Mejor época para visitar
El Lago Atitlán se puede visitar en cualquier época del año, pero la temporada seca es ideal para hacer senderismo por los alrededores y disfrutar de las vistas sin preocuparse por la lluvia. En la temporada de lluvias, el paisaje es aún más verde, aunque las tardes suelen ser lluviosas y se hace más complicado cuadrar planes sin depender del clima.
Temporada seca, de noviembre a abril: perfecta para caminatas y excursiones cercanas.
Temporada de lluvias, de mayo a octubre: todo está más verde, pero hay lluvias por las tardes.
Os prometemos que el Lago Atitlán, pese a lo turístico que se ha vuelto los últimos años, es un destino que enamora con su mezcla de paisajes espectaculares y cultura viva. No importa cuántos días paséis aquí, siempre os quedarán rincones por descubrir. ¡Esperamos que disfrutéis de esta joya de Guatemala tanto como nosotros!



