Problemas en Maldivas. ¿Es tan paradisíaco?
En este precioso archipiélago, famoso por sus resorts de lujo y playas de ensueño, la vida no es sencilla y no todo es perfecto. Con este artículo queremos dar visibilidad a las dificultades con las que tiene que lidiar el país y la mayoría de sus habitantes.
MALDIVAS


Se está construyendo en exceso
Están ampliando muchas islas e islotes y creando artificiales, lo cual hace que tengan zonas sin vegetación, edificios a medio construir, y no encaja con la imagen de paraíso en el que estabais pensando. Y no solo es algo estético; en muchas islas locales hay una gran inversión de dinero extranjero para la futura construcción de hoteles y restaurantes. De hecho, prácticamente medio país está en obras y da la sensación de haberse vendido completamente: la mega-construcción china de un puente que conecta Malé con el aeropuerto en Hulhumalé, un aeropuerto enrome sin estrenar todavía (en enero de 2024), la permanente creación de islas artificiales para nuevos resorts y la ampliación del terreno en muchas de las islas ya existentes.
Es muy preocupante que probablemente dentro de pocos años se haya perdido la autenticidad maldiva por completo. Las islas son muy pequeñas (la mayoría no superarán un kilómetro), por lo que cuando se ponga en marcha toda la infraestructura que están construyendo, habrá muchísimos más turistas que gente local, y será un destino totalmente masificado.




No quedan corales vivos
Resulta alarmante y muy triste que casi todos los corales de Maldivas estén muertos, principalmente a causa del aumento de la temperatura del agua y del cambio climático. A pesar de que sí se puede disfrutar de mucha vida marina abundante con miles de peces tropicales, tiburones de varias clases, mantas gigantes y tortugas junto a la orilla; no os esperéis un fondo marino con colores vivos.
Maldivas se está hundiendo
En relación con el punto anterior y el efecto del cambio climático, no podemos olvidar que es un país que literalmente puede desaparecer en pocos años. Con sus escasos tres metros de altitud sobre el nivel del mar en sus puntos mas elevados, el futuro del archipiélago es incierto. Tan es así, que se está construyendo una isla artificial elevada y edificios flotantes con capacidad para los más de medio millón de habitantes.


¿Qué hacen con la basura?
Sin duda, la basura es el gran problema de Maldivas. No queda claro si por costumbre o dejadez, los habitantes de las islas arrojan todo tipo de desechos al mar, ya sea orgánico o no orgánico. Los aparatos más grandes como material de construcción, electrodomésticos, metales grandes o motos viejas, son abandonados en los márgenes de las propias islas, haciendo que muchas parezcan auténticos vertederos.
Para nuestra sorpresa, a pesar de este problema con la basura, Maldivas es un país bastante higiénico, donde los habitantes se pasan el día limpiando sus hogares, los mercados y los barcos públicos no tiene malos olores, y no hay ni gatos o perros callejeros. Es “curioso” como barren hasta las hojas que caen de los árboles delante de casa, mientras que a tres cientos metros tiran envases de huevos, latas, bolsas y todo lo que os podáis imaginar directamente al mar.
En Maldivas no es habitual enfermar o sufrir la temida diarrea del viajero. Incluso el agua de grifo suele ser desalinizada y filtrada, y no es estrictamente necesario pedirla en botella.
Es un país musulmán estricto
Ya hemos hablado de este tema en anteriores posts, pero nos parece importante recalcar que en la mayoría de playas de Maldivas es obligatorio respetar sus estrictas normas de vestimenta y no se pude estar en bikini o bañador. También se recomienda vestir de forma discreta para andar por las islas locales y no llamar mucho la atención. Además de esto, saber que es muy típico que las tiendas y algunos restaurantes cierren varias veces al día entorno a la llamada de la oración, y hay que tener previsto si se viaja a Maldivas en época de Ramadán, ya que muchos comercios pueden permanecer cerrados durante días.
Al ser un país conservador muy estricto, está regido por la ley islámica o sharía. El resto de religiones están prohibidas y las libertades del individuo, en general, muy limitadas. La mayoría de mujeres visten completamente tapadas y de negro, la homosexualidad está penada con la cárcel y no hay bebidas alcohólicas, salvo en los resorts.


Costumbres y estilo de vida
Aproximadamente, Maldivas está habitado por unos 500.000 autóctonos y otro tanto de extranjeros que van allí a trabajar, gran parte de ellos asiáticos. No está permitido comprar negocios ni terrenos a las personas de fuera del país, ni siquiera a maldivos que han nacido en una isla que quieran invertir en otra. En consecuencia, de todo ello, la mayoría de los trabajadores en hoteles y restaurantes de Maldivas son de Bangladesh, Sri Lanka, Bali o Nepal, mientras que los nativos pueden vivir digamos que “de rentas”.
Además, la impresión es que se trata de una cultura contemplativa, que va a su ritmo y sin grandes pretensiones. Es habitual verlos sentados en los chiringuitos tomando té y mascando betel o nuez de areca durante gran parte del día (el betel es una droga alucinógena muy extendida en el Sudeste y Sur de Asia). También se entretienen dando vueltas en moto por las pequeñas islas o yendo a la mezquita. Los escasos maldivos que trabajan se suelen dedicar a la navegación de barcos y a la pesca, por lo general.


Aislamiento del resto del mundo
Maldivas no mantiene relaciones especialmente estrechas con ningún otro país, pero tampoco es económicamente fuerte como para ser autosuficiente. De hecho, la mayoría de productos son importados de Emiratos Árabes, Tailandia y Malasia, lo cual hace que sean muy caros para su población. De los pocos productos locales que encontramos en las islas fueron atún enlatado (que se ha convertido en el desayuno nacional y es el ingrediente más utilizado de la gastronomía maldiva) y Coca-Cola, que es la única del mundo hecha a partir de agua de mar. Como resultado, Maldivas es un país con un nivel de vida bajo y una gran proporción de los habitantes de las islas locales se están mudando a la capital para poder ganarse la vida, aunque sorprendentemente, muy pocos emigran a otros países. Por fortuna, los servicios básicos de Maldivas están en condiciones bastante decentes, y no es habitual ver pobreza extrema ni miseria.











