Descubriendo la Ciudad Ardiente, Lieja
Lieja es una de las ciudades más desconocidas de Bélgica, lejos de las famosas Gante, Brujas o Bruselas. Raramente visitada por turistas y, sin embargo, es una de las más animadas y vibrantes, repleta de ambiente joven, con abundantes festivales y mercados que la convierten en "la Ciudad Ardiente".
BÉLGICA






No destaca por su belleza a primera vista, pero a medida que uno se va familiarizando con ella, la ciudad atrapa. Después de vivir varios meses en Lieja, me di cuenta de que tiene un alma inquieta y libre. Sus mejores secretos pasan desapercibidos a simple vista, por lo que es necesario entregarnos y sumergirnos en su ambiente para descubrirla de verdad. Dejarse llevar.
Eso es lo principal, pues si lo hacemos, Lieja nos sorprenderá con su encanto y su personalidad única. Lo cierto es que probar sus deliciosos gofres, las mejores frites y sus fiestas por la peculiar zona de Le Carré, repleta de bares y discotecas, hacen de Lieja una ciudad diferente. Una ciudad de culto.
Si tenéis la oportunidad de acercaros, aquí van algunas de mis mejores recomendaciones, y que, con el paso del tiempo, no os negaré que echo bastante de menos:
La estación de tren Liège-Guillemins
Bélgica es un país ideal para recorrer en tren. Lo más probable si visitáis Lieja es que lleguéis a la estación central, diseñada por el arquitecto Santiago Calatrava, y que se ha convertido durante los últimos años en símbolo de la capital de Valonia (Wallonie). Se trata de una construcción futurista y majestuosa que os dejará con la boca abierta nada más llegar a Lieja.




Si tomáis el camino más rápido hacia el centro, atravesaréis el Boulevard D'Avroy, la gran arteria de la ciudad. Es el escenario habitual en el que podréis disfrutar durante todos los meses de octubre de la famosa Foire d'Octobre, una inmensa feria con cientos de puestos de comida, luces y atracciones de todo tipo, incluso una noria gigante. Este es, sin duda, uno de los mayores atractivos de la ciudad.
Después, pasando por delante de la Catedral, llegaréis a la céntrica Place Saint Lambert, un espacio abierto gigante que combina antigüedad e historia con modernidad. La plaza es el corazón del precioso Marché de Noël (Mercado de Navidad) que llena de vida el centro durante el mes de diciembre. Entorno a la zona, también se encuentra la Ópera de Lieja y el mayor conjunto de calles comerciales de la ciudad.
Les Escaliers
Pese a la modernidad de la estación de tren Guillemins o al trajín de las ferias y mercados, el verdadero símbolo de Lieja es Les Escaliers; 374 escalones de piedra que ascienden hasta la montaña de Bueren, el punto más alto de la ciudad y para muchos, el más especial. Unos escalones que suben con tal inclinación y durante tantos metros que es necesario prepararse a conciencia antes de subir. Eso sí, las vistas desde arriba son increíbles, perfectas para sacar las mejores fotos de Lieja, sobre todo si tenéis la suerte de visitarla un día sin lluvia.
Les Escaliers y la montaña de Bueren sirven de escenario para celebrar La nuit des Coteaux, una festividad que se celebra cada primer sábado de octubre. En la misma zona se encuentra Les Coteaux de la Citadelle, el lugar más antiguo de la ciudad, en el que se conserva parte de la vieja ciudadela. Esta prendió y quedó arrasada por el fuego, en el año 1468, y de ahí el nombre de la ciudad de Lieja, Cité Ardente.


Parque de la Boverie
Continuando por el río Meuse, llegamos al parque de la Boverie, un lugar en el que se respira la mayor tranquilidad de la urbe. Situado a orillas del río, el parque está presidido por el Palacio de la Boverie, restaurado recientemente. Es un lugar perfecto para desconectar, mientras se observan conejos, patos y ardillas, entre otros animales. No seréis los únicos en el parque, pues muchos liejenses van ahí a hacer deporte, leer un libro o simplemente, si el tiempo lo permite, tomar el sol en la hierba.
Justo al otro lado del río, si da la casualidad de que coincidís en domingo, ¡estáis de suerte!
Marché de la Batte
Si Lieja ya es una ciudad animada y festiva de por sí, imaginaos cómo está cada domingo al desplegar el Mercado de la Batte. Dispuesto a lo largo de un extenso paseo, en sus incontables puestos podréis encontrar cualquier cosa. Comenzó a celebrarse en el año 1561 y, hoy en día, es uno de los más grandes y visitados de Europa.
Disfrutar de la gastronomía de Lieja
Después del paseo de más de dos kilómetros por el mercado, es difícil que os hayáis quedado con hambre, ya que seguramente habréis sucumbido a alguno de los puestos que ofrecen todo tipo de aperitivos, tanto dulces como salados. Nuestra recomendación es que degustéis varios platillos, pero dejéis sitio para probar el plato insignia de Lieja: las Boulets à la Liègoise, las típicas albóndigas caseras con una salsa que os harán tocar el cielo.
El mejor lugar para comerlas es, sin duda, es el Café Lequet, un restaurante familiar situado no muy lejos del mercado. Vienen acompañadas de las típicas frites-maison y la secreta sauce lapin, una salsa para chuparse los dedos.
Si alguna vez tenéis la suerte de acercaros a Lieja, no dudéis en poner en práctica algunas de las recomendaciones de este post. Si conseguís tomarle el pulso a la ciudad y entenderla, será una visita que jamás olvidaréis.


Les Escaliers son un lugar mágico, no sólo por lo impresionantes que resultan sus vistas, sino también por las preciosas casas que rodean ambos lados de la escalera. Desde la parte alta se vislumbra el cauce del río La Meuse, el cual atraviesa toda la ciudad, y es un lugar perfecto para pasear o recorrer en bicicleta. Si continuáis por la orilla del río, llegaréis cerca de una de las paradas obligadas en Lieja: Mediacité, el mayor centro comercial de Bélgica.




Le Pot au Lait
Hasta aquí todo bien (o muy bien), pero aún queda la mejor parte: una visita al delirante y genial bar Pot au Lait. Este lugar hace replantearse la cordura, mientras se prueban algunas de las más de cien variedades de cerveza que sirven. Seguramente, se trate del bar más loco que vayáis a conocer nunca y uno al que querréis volver, una y otra vez, a tomarnos una Chouffe, un par de Chimays o lo que se tercie...



