8 cosas que hacen de Bulgaria un destino TOP

Bulgaria es uno de los países menos visitados de Europa y, de momento, tampoco es uno de esos que se estén poniendo de moda, como sí ha ocurrido en Croacia o Albania. Aún y todo, es un destino ideal para los amantes de la buena comida, la cultura y un turismo tan desconocido como agradable.

BULGARIA

Queremos transmitiros un poco de su encanto y por eso hemos decidido escribir este artículo sobre 8 razones por las que Bulgaria es genial para viajar.

1. Se come de lujo

La comida búlgara es, sencillamente, deliciosa. Cuenta con grandes influencias de la comida balcánica, griega y mediterránea, y se pueden encontrar una gran variedad de platos por todo el país. Desde la bastante conocida ensalada Shopska (de pepino, tomate, queso Sirene, pimientos y perejil aderezado con aceite de oliva), pasando por las riquísimas Banitsas (pasteles de pasta filo, muy parecidos a los Burek balcánicos rellenos de espinacas y queso, carne y otros ingredientes), hasta el Tarator (sopa fría a base de yogur, nueces, pepino y ajo, que también se toma en otros países cercanos). También abundan otros platos como la Musaka o los Kebapches, de orígenes griego y balcánico, que están igualmente extendidos en Bulgaria. Nuestra recomendación es que intentéis probar todo tipo de elaboraciones ¡no os arrepentiréis! Además de restaurantes tradicionales, hay una infinidad de cafeterías modernas y sitios con encanto, sobre todo en ciudades animadas como Plovdiv o Varna. Os dejamos más información sobre la gastronomía de Bulgaria.

2. Es increíblemente económico

Bulgaria es un país muy barato. Alojarse en cualquier hostal o incluso en un hotel, en una habitación doble, no os saldrá por mucho más de 20€ por persona. Recomendamos Booking.com para hacer las reservas, ya que la mayoría de alojamientos están publicados en la web. A modo de ejemplo, nuestro gasto en alojamiento no llegó a los 13€ por persona cada noche. Asimismo, encontraréis opciones muy económicas para comer bien en lugares preciosos como Nesebar, Veliko Tarnovo, Varna o Plovdiv sin tener que buscar demasiado. Como no podía ser de otra manera, el transporte público funciona especialmente bien y… ¡Sorpresa! También es muy barato. Nota: queremos recalcar que cuando hablamos de “barato”, no nos referimos a que sea simplemente de bajo costo. Para nosotros, significa que lo que estáis recibiendo por esa cantidad de dinero es muy superior a lo esperado. Y en Bulgaria tuvimos esa sensación constantemente.

3. La gente es muy maja

Los búlgaros no tienen especialmente buena fama, al menos en España. ¡Pero nada más lejos de la realidad! Son muy amables y acogedores, y estarán encantados de que visitéis su país. A menudo, tras preguntarnos de dónde éramos o qué hacíamos en Bulgaria, sonreían encantados y nos agradecían la visita. Esto hace que el viaje, además de muy auténtico, os deje una sensación y un recuerdo inmejorables.

4. No es muy turístico

A nosotros nos encantan los lugares poco masificados y que siguen conservando gran parte de su identidad. ¡Bulgaria es, sin duda, uno de ellos! Su autenticidad se siente casi en cualquier lugar del país, especialmente alejándose un poco del centro de las ciudades más turísticas y si se visitan pueblos o zonas rurales. En general, no encontraréis un gran número de viajeros pese a la cantidad de lugares maravillosos con los que cuenta. El único lugar en el que sí encontraréis algo más de afluencia es en la costa del Mar Negro, en ciudades como Burgas, Nesebar o Varna, ya que son destinos típicamente frecuentados por turistas rusos que buscan sol, playa y una amplia oferta hotelera.

5. Los monasterios son únicos

Si de algo se enorgullecen los búlgaros, aparte de su comida, es de su patrimonio cultural e histórico. En Bulgaria visitamos dos de los monasterios más increíbles que hemos visto en nuestra vida; el de Rila y el de Bachkovo, que se encuentran en un enclave natural asombroso, rodeados de espesos bosques y montañas. Nos transportaron al pleno siglo XI con sus alucinantes colores y formas, mientras veíamos a los monjes ortodoxos pasear por los patios y asistir a ceremonias religiosas. Por otro lado, no debéis dejar de visitar la catedral de Alexander Nevsky en Sofía, uno de los templos más emblemáticos de la Iglesia Ortodoxa.

6. Alucinaréis con los pueblos y ciudades de Bulgaria

Además de preciosos monasterios, como el de Rila, centros históricos con mucho encanto como el de Nesebar y parques nacionales espectaculares como el de Pirin (inscrito en el Patrimonio Mundial de la UNESCO), Bulgaria alberga lugares de gran importancia histórica y cultural. A modo de ejemplo, son imperdibles el casco histórico de Plovdiv, el interesantísimo centro de Sofía, la capital, las rutas de alta montaña en el Parque Nacional de Rila, cercanas al monasterio de mismo nombre, la fotogénica ciudad medieval de Veliko Tarnovo, con la fortaleza Tsarevets casi intacta, y las animadas ciudades de la costa del Mar Negro como Varna o Burgas. Bulgaria ofrece un sinfín de posibilidades a todos los viajeros y estamos seguros de que no os arrepentiréis si le dais una oportunidad a este país tan completo.

7. Las cervezas son buenísimas

Y sí. Una de las cosas que más nos gusta de Bulgaria es que la cerveza está a la orden del día. Nosotros las probamos prácticamente todas; la Kamenitza y la Shumensko son las más típicas pero encontraréis una gran cantidad de “lagers” diferentes. Os recomendamos que os toméis una cerveza bien fresquita contemplando el atardecer desde Nebet Tepe (en Plovdiv), también en alguno de los restaurantes frente al Mar Negro en Nesebar, o en el curioso bar “The Gallery” en Veliko Tarnovo, justo delante del monumento a la Dinastía Assen.

8. La historia de Bulgaria es muy interesante

Como buen país del este de Europa, se trata de un país con una historia bastante truculenta. Para que os hagáis una idea, los Protobúlgaros eran un pueblo nómada proveniente de Asia Central que estaba emparentado con los Hunos. Poco a poco, se fueron desplazando hasta los territorios que hoy conocemos como Bulgaria y formaron el primer Imperio Búlgaro allá por el siglo IX. Además, siempre han tenido que enfrentarse a amenazas exteriores como la Otomana, de la que se independizó en 1908, o la soviética. También pasaron de puntillas por la guerra de los Balcanes. Os recomendamos que hagáis un freetour en Sofía y en Plovdiv para familiarizaros un poco con la historia de Bulgaria y entender mejor su situación en la actualidad.