Nuestro itinerario alternativo por Londres
En este post os presentamos un recorrido de 4 días por lugares que se salen del circuito clásico por la capital británica y que os puede servir de inspiración para una próxima visita a Londres. ¡Allá vamos!
REINO UNIDO
Día 1: Regent's Canal, Canary Wharf y Greenwich
Llegamos al aeropuerto de Gatwick sobre las 9 de la mañana y lo primero que hicimos fue coger un tren hasta la estación de Farringdon, ubicada a media hora andando desde donde nos íbamos a alojar. Es una zona muy animada, en la que no hay tantos turistas como en pleno centro de la capital, y que merece la pena aunque sea visitar. Tiene muchos restaurantes y bares, comercio local, varios museos, parques y mercados al aire libre, como el de Leather Lane y el mercado de Exmouth, en el barrio de Clerkenwell, principalmente, de comida de todo el mundo.
Nuestro alojamiento en Londres fue el Prime Backpackers, situado en el barrio Angel, junto al Regent's Canal, por donde salimos a pasear. Es un lugar tranquilo que nos sorprendió gratamente; de hecho, es uno de nuestros planes favoritos de Londres. A lo largo del canal, hay cientos de barcos en los que vive gente y las casas a los márgenes están muy bien puestas, muchas de ellas recién construidas. Caminamos varios kilómetros por el canal hasta Victoria Park, un lugar agradable y poco turístico que cuenta con una pagoda china y varios lagos y jardines. Después, continuamos hasta Poplar, un barrio más apartado y a medio camino del moderno Canary Wharf, donde probamos la famosa receta Pie & Mash, en el restaurante Maureen's. Este es un lugar muy tradicional, frecuentado casi exclusivamente por londinenses y con unos precios increíbles (menos de 5 libras cada uno). Cerca de allí, visitamos el concurrido mercado de Poplar que estaba repleto de musulmanes y otras comunidades de inmigrantes, y tras cruzar una amplia zona en obras, llegamos a los muelles de Canary Wharf.
Canary Wharf es el comienzo de la Isla de los Perros, un barrio extenso repleto de embarcaderos industriales reconvertidos en oficinas, viviendas y todo tipo de establecimientos. Alberga algunos de los rascacielos más altos de Londres y es la versión más nueva de la City, pues se ha vuelto un importante barrio financiero de la capital. Continuamos recorriendo los muelles de Canary Wharf, hasta llegar al parque de Millwall. Es evidente que esta zona fue de la clase más baja en el pasado, pero ha mejorado de una forma increíble. Esa sensación la hemos tenido a menudo y en muchos de los barrios que hemos visitado en Londres: se nota que ha avanzado y se ha modernizado asombrosamente en los últimos años (nosotros estuvimos hace ocho años). Continuamos por la Isla de lo Perros hasta las orillas del Támesis, frente al distrito Greenwich, a donde cruzamos por el curioso túnel para viandantes bajo el río.
Antaño, Greenwich era un municipio aparte, pero hoy en día, pertenece a Londres. Hay bastantes lugares interesante para visitar, como el Cutty Sark (un antiguo navío de la armada inglesa), varias iglesias como la de St. Peter y St. Paul, y el enorme complejo de la Universidad de Greenwich. También está el Museo de Marítimo Nacional (gratuito, pero que no tuvimos tiempo de entrar). A pesar del cansancio del primer día, hicimos un último esfuerzo para subir al Observatorio de Greenwich, por donde trascurre el famoso meridiano y que tiene unas vistas espectaculares de la universidad y del Canary Wharf. ¡Es una visita muy recomendable!
Bajamos por el parque de Greenwich y tomamos el metro elevado en Cutty Sark, hasta la última estación de Bank (en la City de Londres). Allí cambiamos al metro que nos dejó en la estación de Angel, cerca de nuestro alojamiento.
Nos volvimos a adentrar en el Soho y recorrimos la famosa y alternativa Carnaby Street. Desde allí se accede a una de las avenidas más míticas de la ciudad: Regent Street, la cual siempre está decorada con banderas y abundan las tiendas de lujo. Tras entrar a la famosa juguetería Hamley's, llegamos a Picadilly Circus, y después, continuamos hasta Trafalgar Square, donde paramos a descansar y estirar las piernas. A poca distancia se encuentra Downing Street que casualmente estaba en pleno cambio de Primer Ministro. Esta es la zona de la típica foto londinense con cabinas telefónicas, autobuses rojos de dos pisos, Westminster Abbey y el Big Ben.
Cruzamos por el magnífico Puente de Westminster y rodeamos el London Eye, hasta llegar a la estación de Waterloo. Aquí se puede visitar un lugar bastante alternativo que nos encantó; el túnel decorado con grafitis de Leake Street. Incluso había un par de grafiteros dibujando y completando la obra de arte. El barrio Waterloo nos pareció auténtico y muy animado, lleno de gente joven y de pequeños negocios locales.
Por último, cogimos el metro para regresar al barrio Angel, en el distrito de Islington, donde recorrimos gran parte de la Upper Street. Nos pareció una zona genial (probablemente una de las mejores para pasar una temporada más larga en Londres), bien conectada pero lo suficientemente alejada del centro como para no sentirse un eterno turista.
Día 4: domingo de mercados en Londres
Para no perder costumbre, amaneció nublado y tuvimos que coger paraguas y chubasquero. En Londres el tiempo cambia unas diez veces el día y es impredecible. Salimos entorno a las nueve y atravesamos el barrio Shoreditch, otra zona bastante autentica en la que apenas hay turistas. El plan era llegar al Columbia Road Flower Market, que a pesar de la cantidad de gente, fue todo un acierto. Aún es un mercado bastante auténtico, nada que ver con el de Notting Hill, situado en una calle pintoresca de casas bajitas de ladrillo y llena de puestos de flores y plantas de todo tipo. Desde allí, nos dirigimos a Brick Lane, en el barrio Spitalfields. Esta zona es realmente alternativa (quizá como lo era Candem hace años), y está repleta de grafitis pintados en los muros de ladrillo de antiguas fabricas que hoy en día son casas. La presencia de inmigrantes es notable, especialmente del sur de la India y de Bangladesh, por lo que se puede aprovechar para comer en uno de sus restaurantes. La mayoría de tiendas venden ropa de segunda mano, discos y otras formas de arte urbano, y uno de los lugares destables es el Upmarket Brick Lane Food Hall, un mercado con puestos de comida de todo el mundo. En definitiva, el barrio Spitalfields se ha puesto bastante de moda en los últimos años, y en nuestra opinión, ir a conocerlo es uno de los mejores planes que se pueden hacer en Londres un domingo.
La City de Londres no está muy lejos de Spitalfields. Esta famosa zona financiera ya no se ve tan moderna como hace un tiempo, aunque sigue siendo recomendable su visita, sobre todo para ver el ir y venir de los trabajadores un día entre semana. Ocultas entre rascacielos, se pueden encontrar antiguas iglesias de piedra y el elegante Leadenhall Market, un bonito callejón con varios restaurantes y bares gourmet. Los rascacielos más emblemáticos de la City son el Horizon 22 y el Sky Garden, a los que es posible subir de forma gratuita, pero hay que reservar con varios días de antelación. Otro de los barrios por los que pasamos fue Whitechapel, donde hay una amplia oferta gastronómica. Nosotros comimos en un asiático llamado DanDan, que fue delicioso y barato.
Por la tarde, visitamos los Muelles de St. Katharine, otra zona muy exclusiva que cuenta con un paseo por unos embarcaderos junto al Támesis. Sinceramente, no parece que sea parte de la gran ciudad, tan tranquila y apartada del trafico. Están ubicados junto a la Torre de Londres y el Puente de la Torre, el más famoso y representativo, el cual merece la pena cruzarlo con calma para apreciar su belleza. Además, las vistas del puente desde ambas orillas del río son espectaculares.
Al cruzar el puente, se llega al otro lado de Londres, ese en el que “no hay nada”, pero que cada vez tiene más atractivos y está más de moda. A esa altura, el barrio Bermondsey es una zona tranquila y residencial, con varios muelles (o wharfs) recién rehabilitados. Adentrándose un poco, las vías de tren dividen el barrio y han aprovechado los bajos del puente para abrir cervecerías, bares y restaurantes vanguardistas. También hay un pequeño mercado de puestos de comida que abre a diario llamado Maltby Street Market.
Regresar paseando por el Southwalk es uno de los mejores planes en Londres y una zona muy animada, particularmente los domingos, cuando la gente sale a pasear a orillas del Támesis. Antes de llegar al paseo por el río, atravesamos una zona muy moderna de oficinas y tiendas conocida como The Scoop. Es desde aquí de donde se obtienen las mejores vistas del rascacielos The Shard, y mirando en sentido contrario hacia el el Puente de la Torre, se alcanza a divisar el barco de guerra HMS Belfast y el skyline de la City.
A lo largo del Southwalk, en dirección al Puente de Londres y el Parlamento, se pasa por la preciosa Galería Hay's Wharf, y un poco más adelante está el famoso Borough Market. Hace uno años era lugar bastante alternativo, pero actualmente, siempre está lleno de turistas y se ha convertido en uno de los mercados más visitados de la ciudad. En general, los productos que venden son gourmet y los puestos de comida son bastante caros, en comparación con otros mercados; sin embargo, lo cierto es que es muy pintoresco y bien merece una visita. Para ir desde Borough Market hasta el paseo Southwalk se cruza por unos antiguos almacenes en edificios de ladrillo, donde hay nuevísimas tiendas y bares increíblemente bien reacondicionados. El resto del paseo junto al Támesis es precioso, pasando por el Puente Millenium y el Museo Tate Modern, construido en una antigua fabrica enorme. Al otro lado del Millenium se encuentra la Catedral de San Pablo, cuya entrada es gratuita, y a diferencia de la de Westminster, es más bonita por dentro.
Para terminar el día y conocer prácticamente todo Londres, cogimos un autobús de casi una hora hasta el barrio Hampstead Heath. Este es un buen plan para huir del agobio de la ciudad y es lo más parecido al monte que se puede encontrar en la capital. Desde Parliament Hill Viewpoint se alcanzan a ver algunos rascacielos, aunque lo vista no es tan espectacular debido a la vegetación que ha crecido. Mirando hacia atrás, hay algunas urbanizaciones y barrios inmersos en la naturaleza. Bajamos por las praderas de Hampstead Heath, y en media hora, llegamos a Camden. Dimos otra vuelta por el mercado, mucho más tranquilo por la tarde, y buscamos un sitio para cenar. Encontramos una pizzería buenísima llamada DeGusto, súper recomendable. Desde allí cogimos un autobús hasta el hostal y dimos por finalizada una intensa pero espectacular visita a Londres. ¡Nos volveremos a ver pronto!
Día 3: Notting Hill, Mayfair, Marylebone y Regent's Park
Este día batimos el récord en kilómetros andados, a pesar de la lluvia que nos acompañaba a ratos. Por la mañana, salimos dirección al centro con intención de entrar en el British Museum, pero volvió a ser imposible por la cantidad de gente (como ya mencionamos, es mejor reservar una hora concreta). De camino, nos asomamos al curioso lugar The Butterfly Trail at Outernet y, al lado, el espectacular local de Nesspreso con pantallas gigantes.
Continuamos por la avenida Shaftesbury y el Soho, donde entramos a Liberty, un antiguo centro comercial de madera que merece la pena visitar. También en el centro de la capital, se encuentra el barrio Mayfair, el de la clase londinense más alta y uno de los más bonitos. Es muy espectacular con sus imponentes edificios rojizos y decenas de hoteles y establecimientos de lujo.
Rodeamos Hyde Park bajo la lluvia, hasta llegar a la Avenida Constitution Hill, en la que se celebró el multitudinario funeral de Diana de Gales. Llegamos al frente del Palacio de Buckingham veinte minutos después del cambio de guardia de las doce. Después, nos adentramos en el barrio Westminster que no destaca por su belleza, pero cuenta con la impresionante Catedral de Westminster, más bonita por fuera que por dentro.
Cogimos el metro para ir a Notting Hill, concretamente al mercado de los sábados Portobello Road Market. Estaba abarrotado y no se dejaba disfrutar ni sacar buenas fotos. Sin embargo, es un barrio muy pintoresco y agradable para pasear, seguramente mejor en un día que no haya mercado. Logramos atravesar la calle con un montón de puestos de antigüedades, suvenires y de comida internacional. Nos decantamos por una cafetería local para probar unos pasteis de nata, y después, volvimos a cruzar el barrio por una zona residencial más tranquila.
Notting Hill no queda lejos del Parque de Kensington, la que fue residencia de Lady Di. Paseamos por los jardines y entramos en el colindante Hyde Park, hasta llegar al frente del Royal Albert Hall, un edificio impresionante donde se celebran conciertos. Nos hubiera gustado adentrarnos en el barrio Chelsea y visitar el Museo de Historia Natural, pero, lamentablemente, no nos dio tiempo. Ha sido una de las pocas zonas de Londres que hemos dejado para la próxima vez.
Cruzamos el extenso Hyde Park y rodeamos el recinto donde en un par de horas actuaría Robbie Williams. Llegamos a la avenida Oxford, una de las más transitadas de la ciudad, llena de tiendas, tráfico y turistas. No es de nuestras preferidas, y nos desviamos por las calles del precioso barrio Mayfair. Entramos en Mercato Mayfair, un curioso mercado gastronómico situado en el interior de una iglesia con precios bastante elevados. A la misma altura, justo en el lado opuesto de Oxford Street, se encuentra el barrio Marylebone, que no es tan lujoso, pero también vive la clase alta londinense. Este barrio tranquilo es uno de nuestros favoritos, ideal para pasear y tomar algo en uno de sus tentadores bares y restaurantes. Nos llamó la atención que, a pesar de su proximidad con el centro, el ambiente en Marylebone fuera totalmente local y apenas hubiera turistas.
Al final del barrio, se encuentra Regent’s Park, uno de los parques más populares de Londres, después de Hyde Park. Es realmente bonito y muy agradable para pasar la tarde. Atravesándolo se llega a la zona de Euston, donde cenamos en un hindú bastante auténtico. Desde allí regresamos al alojamiento en Angel, caminando por la avenida que pasa delante de la estación St. Pancras. En total fueron 33 kilómetro, eso sí, ¡todo lo que visitamos fue muy recomendable!
Dia 2: Camden, Soho, Waterloo e Islington
A pesar de que el pronóstico meteorológico no estuviera de nuestro lado, salimos temprano a recorrer otra parte de la inmensa ciudad. A media hora andando del alojamiento está la famosa estación de tren King's Cross y St. Pancrass, donde aprovechamos para desayunar en el Food Market, un mercado que se instala allí los viernes. Entramos en la estación de King's Cross y tratamos de llegar al andén 9 3/4, pero estaba a rebosar de turistas sacándose fotos. Decidimos continuar, y la idea era ir bordeando el Regent´s Canal hacia el lado opuesto del día anterior, hacia el barrio de Camden. De camino, se encuentra el Coal Drops Yard, un centro comercial al aire libre con numerosas tiendas y restaurantes en el interior de hangares renovados, junto a Canalside Green Steps. Aquí se instala una pantalla gigante donde proyectan películas a diario y se organizan eventos de todo tipo. Tras cruzar este barrio moderno, lleno de parques y edificios futuristas, llegamos a Camden Lock, el embarcadero del barrio de Camden.
Visitamos el súper turístico Camden Lock Market, donde sacamos mil fotos y compramos algún souvenir, y comimos en una pizzería napolitana en la calle principal del barrio: O'Furn Pizzeria. Nos dio la sensación de que el mercado de Camden estaba demasiado moderno y cambiado respecto a lo que era hace unos años, lejos de lo hipster o alternativo y un poco "tirado".
Por la tarde, atravesamos el barrio Euston (que está completamente en obras), y por la pintoresca Tottenham Road, cerca de la Universidad de Londres, llegamos al British Museum. Fue imposible acceder debido a la cantidad ingente de turistas que hacían fila para entrar (recomendamos reservar una hora en concreto para no tener que esperar, y además, es gratuito). Finalmente, llegamos al centro de Londres, a la preciosa y abarrotada zona de Covent Garden. También pasamos por la colorida callejuela Neal's Yard, un lugar muy fotogénico pero que suele estar lleno de turistas, y recorrimos varias calles del Soho. Este es un barrio con establecimientos modernos, muchos restaurantes y un ambiente bastante curioso, en general. Muy cerca de allí está la céntrica Leicester Square, donde no hay mayor atractivo que la increíble tienda de M&M´s. En la calle paralela se encuentra Chinatown, que sí merece una visita y, si es posible, comer en alguno de sus restaurantes especializados en pato.