Chipre, historia de una isla dividida
Aunque no pertenezca ni a Grecia ni a Turquía, Chipre es sin duda uno de los países europeos más influenciados por sus culturas vecinas. Encrucijada de grandes civilizaciones, la isla alberga maravillas y tesoros propios, además de algunos de los paisajes más bellos del Mediterráneo. Según la leyenda, Afrodita emergió del mar que choca contra las rocas de la costa de Pafos. No es casualidad que la diosa de la belleza y el amor naciera en Chipre.
CHIPRE
Debido a su situación estratégica entre Europa, Asia y África, Chipre ha sido invadida en numerosas ocasiones por imperios y ejércitos muy diversos a lo largo de los siglos.
Los primeros humanos que habitaron en Chipre fueron agricultores en la edad de piedra, alrededor del año 8.000 a.C. Hacia el año 2.500 a.C. el pueblo de Chipre había aprendido a fabricar bronce y la sociedad se fue sofisticando progresivamente, a partir del año 1.600 a.C. Se inventó una forma de escritura propia en la isla y el comercio con otras civilizaciones del Mediterráneo floreció.


En el año 545 a.C., Chipre se vio obligado a someterse al gobierno de los persas que, un par de siglos después, fueron derrocados por los griegos dirigidos por Alejandro Magno. Cuando este murió en 323, su imperio estaba dividido entre sus generales y uno de ellos, llamado Ptolomeo, continuó gobernando el territorio. La cultura griega se hizo dominante en la isla hasta que los romanos tomaron Chipre en el 58 a.C. y se integró en el Imperio Romano.
Tras de la caída del Imperio Romano en el siglo IV, la isla fue administrada conjuntamente por los bizantinos y los omeyas hasta el siglo XII, y durante ese tiempo, Chipre fue víctima de múltiples ataques del Emir de Siria y de otros grupos musulmanes.
En el año 1190, durante la Tercera Cruzada, Ricardo I de Inglaterra conquistó el dominio tras tener que buscar refugio por una tormenta en el mar. Ricardo I “Corazón de León” no mantuvo durante mucho tiempo la posesión de la isla, pues su intención era llegar a Tierra Santa para reconquistar Jerusalén. Así pues, la vendió a los Caballeros Templarios que, al no poder pagar el precio de la isla, se dedicaron a subir los impuestos y provocaron una revuelta general. Esta terminó con la donación de Ricardo I al caballero francés Guy de Lusignan, Rey consorte de Jerusalén. Durante tres siglos, los lusignanos gobernaron Chipre y se convirtió en un reino feudal donde la élite católica gobernaba sobre una mayoría de población ortodoxa.
En 1426, los mamelucos, que habían tenido un papel fundamental en la protección de Siria, Egipto y Palestina del poderoso Imperio Mongol, así como en la expulsión de los cruzados cristianos, llegaron a conquistar la isla de Chipre. Un rey de esta dinastía se casó con una mujer veneciana y, en el año 1489, Chipre pasó a estar bajo control del Imperio Veneciano.
Más de un siglo después, en 1571, la isla fue invadida por los turcos otomanos que la dominaron durante los siguientes 300 años. La mayoría de los chipriotas aceptaron bien el régimen turco (lo preferían al opresivo régimen veneciano); el sistema feudal fue abolido, respetaron a la Iglesia Ortodoxa y se continuó utilizando el griego como idioma oficial.
Cuando cayó el Imperio Otomano, entre 1878 y 1960, Chipre pasó a estar en manos del Imperio Británico. Al principio, cuando se construyó el Canal de Suez en 1875 y Gran Bretaña era una superpotencia mundial, se les permitió a los británicos ocupar y administrar Chipre. Pero no fue hasta después de la Primera Guerra Mundial, con el Tratado de Lausana de 1923 que estableció las fronteras de la Turquía moderna, cuando Chipre se convirtió oficialmente en colonia británica.




Sin embargo, tras la Segunda Guerra Mundial, se intensificaron los conflictos internos, ya que los greco-chipriotas ortodoxos exigían la enosis (movimiento que busca la unión de la isla con Grecia), mientras que los turcochipriotas pedían continuar bajo el gobierno británico. A partir de este momento, comenzó un periodo difícil para la Chipre, lleno de tensiones entre la mayoría de etnia griega y la minoría turca. Finalmente, en 1960, Chipre obtuvo la independencia del Reino Unido y el Arzobispo Makarios fue elegido presidente.
Lejos de haberse convertido en una nación estable, las revueltas entre griegos y turcos continuaron hasta que, en 1974, se produjo el golpe de estado a manos de la Guardia Nacional chipriota y la extrema derecha griega. Makarios fue derrocado y tuvo que huir al exilio, mientras que Turquía, creyendo que esta maniobra amenazaba a la comunidad turca, invadió el norte de la isla. El territorio quedó dividido y los refugiados de ambos lados tuvieron que cruzar la frontera entre las dos partes de Chipre; los grecochipriotas al sur y los turcochipriotas al norte. Poco después entraron la ONU y la OTAN a disolver el autoproclamado nuevo gobierno y, en el mismo año 1974, Makarios regresó al poder en la parte sur de la isla.




Al año siguiente, el lado turco se denominó a sí misma Estado Federado Turco de Chipre y parecía que sería posible algún tipo de acuerdo entre las dos partes. Sin embargo, en 1983, la misma sección declaró su independencia total, autoproclamándose República Turca de Chipre del Norte.
Hoy en día, la situación se mantiene muy similar. La zona norte que es, aproximadamente, el 30% de la isla es reconocida como independiente solo por Turquía; mientras que, en la parte sur, la República de Chipre es uno de los países de la Unión Europea desde 2004. Nicosia, situada en el centro insular, es la capital de ambas repúblicas y está dividida por una frontera denominada “línea verde”, administrada por la ONU, y que fragmenta las calles de la ciudad. Existen siete puntos fronterizos para cruzar de norte a sur de la isla y viceversa. Por otro lado (y por si fuera poco), los británicos aún tienen dos importantes bases aéreas en la isla.
Actualmente, la idea de reunificación de Chipre no es fácil y sigue siendo un “conflicto” activo. Los turcochipriotas que ven el desarrollo económico del sur (el PIB es tres veces mayor), están a favor de la unificación. No obstante, los grecochipriotas guardan un cierto rencor contra los turcos, que saquearon muchas de sus tierras durante siglos. Aunque el principal problema en este conflicto es que Turquía ha invadido un país miembro de la Unión Europea y la República de Chipre del sur no está dispuesta a negociar la reunificación hasta que el ejército turco abandone el norte isla.