Budapest, la perla del Danubio
Budapest es la unión perfecta de las dos caras del Danubio: por un lado Buda, coronada por un precioso castillo y rodeada de naturaleza; y por el otro Pest, más habitada y extensa, repleta de lugares históricos y que compite de igual a igual con las capitales más cosmopolitas y alternativas de Europa. ¡Acompañadnos en su descubrimiento!
HUNGRÍA
Cada lado de la ciudad, tanto Buda como Pest, tienen su encanto propio y una serie de atracciones que valen muchísimo la pena explorar. No nos ha resultados fácil elegir, pero hemos logrado hacer una lista con nuestros lugares favoritos de la perla del Danubio:
1. Castillo de Buda y Bastión de los Pescadores
Budai Vár y Halászbástya, como se les conoce en húngaro, son los principales atractivos de Buda. El castillo fue construido en el siglo XIII, y al haber sufrido numerosas remodelaciones, es un fiel reflejo de la mezcla de diversos estilos arquitectónicos. De hecho, se parece más a un parlamento gigante que a un castillo. Es posibles acceder a través de un antiguo funicular que aparece en la mayoría de fotos de Buda, o ascender a pie después de cruzar el precioso Puente de las Cadenas. Desde su colina podréis disfrutar de las impresionantes vistas panorámicas de Budapest y del Danubio. Es un lugar muy popular para sacar fotos y admirar la indiscutible belleza de la ciudad.
Y aún mejores vistas son las que ofrece el Bastión de los Pescadores, símbolo de la ciudad junto con el majestuoso Parlamento de Hungría. Se trata de una estructura neogótica ubicada poco antes de llegar al castillo. Fue construido a fines del siglo XIX, y parece sacado de un cuento de hadas, con sus torres blancas y las terrazas escalonadas. Es el lugar más visitado de la ciudad y es perfecto para adentraros en el Barrio del Castillo y visitar los innumerables balcones, puertas antiguas y iglesias preciosas de Buda, como la Iglesia de Matías, nuestra preferida de toda la ciudad.
Si continuáis paseando hacia la zona sur de Buda, llegaréis a la preciosa colina de Gellért y la antigua Ciudadela. Os recomendamos hacerlo, pues aunque este lugar no sea tan pintoresco, podréis seguir disfrutando de unas vistas alucinantes rodeados de naturaleza y, sobre todo, muchos menos turistas. El gigantesco parque está coronado por la Estatua de Libertad, un monumento construido en 1947 en memoria de la liberación de Hungría por parte de la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial.8
2. Puente de las Cadenas y plaza de Stephen Széchenyi
Este puente se ha convertido en uno de los más visitados en Europa y símbolo de la capital magiar. Fue inaugurado en 1849 y es el primer puente permanente que conectó las ciudades de Buda y Pest sobre el río Danubio, por lo que continúa siendo el símbolo de unificación de las dos ciudades hoy en día.
Os recomendamos que lo visitéis tanto de día como de noche, pues ofrece un espectáculo de iluminación maravilloso. Además, desde la contigua plaza de Stephen Széchenyi podréis sacar buenas fotografías del tranvía de Budapest atravesando la avenida. Desde este punto, podéis continuar hacia el norte por la orilla del Danubio y llegaréis a la atracción más espectacular de la ciudad: el parlamento de Budapest.
3. Parlamento de Hungría y Plaza Kossuth Lajos
Országház es el símbolo de la capital. Situado a orillas del río Danubio, su arquitectura gótica-neogótica es impresionante, especialmente cuando se ilumina por las noches. Este es uno de los edificios parlamentarios más grandes del mundo y un símbolo de la soberanía y la independencia de Hungría. Construido entre 1885 y 1902, la parte exterior se ha modernizado recientemente y se ha vuelto más accesible para locales y turistas.
El ejemplo de esta remodelación lo encontraréis en la Plaza Kossuth Lajos. Lajos fue un influyente político húngaro del siglo XIX que desempeñó un papel crucial en la lucha por la independencia y la democracia en Hungría. En esta plaza se llevan a cabo importantes eventos y manifestaciones políticas, y se ha convertido en un símbolo de la democracia y la participación ciudadana del país.
5. Barrio judío y Gran Sinagoga
También llamado el Distrito VII, este barrio fue en el pasado el centro neurálgico de los judíos de la ciudad, que contaba con una población muy numerosa y una cultura vibrante.
La Gran Sinagoga de Budapest, también conocida como la Sinagoga de la Calle Dohány, es una de sus máximas expresiones. Construida en la segunda mitad del siglo XIX, es la sinagoga más grande de Europa y la segunda más grande del mundo. La historia judía de Budapest es rica y compleja, pues durante siglos, Budapest fue el hogar de una enorme comunidad muy diversa, que contribuyó activamente a la cultura, la economía y la sociedad de la ciudad. Sin embargo, su historia ha estado marcada por varios períodos de discriminación, persecución y tragedia. Durante la Segunda Guerra Mundial, Budapest fue víctima de la ocupación Nazi y el Holocausto, que dio como resultado la deportación y el asesinato de decenas de miles de judíos húngaros.
Después de la gran guerra, la comunidad judía de Budapest se esforzó por reconstruir el barrio y mantener viva la herencia cultural. Hoy en día, veréis que el Barrio Judío de Budapest sigue siendo un importante centro cultural y religioso para esta comunidad, con múltiples sinagogas, museos, numerosos restaurantes kosher y otras instituciones que celebran y preservan la historia y la identidad judía de la ciudad.
6. Bares en ruinas
Cerca de la Gran Sinagoga, caminando por la calle Dohány, llegaréis a la calle Kazinczy en la que os toparéis con amplios edificios en estado de semi-abandono. Estos van desde casas de apartamentos abandonadas, fábricas antiguas, patios traseros o incluso ruinas al aire libre. Los bares en ruinas se caracteriza por tener un ambiente alternativo, su peculiar decoración y contar con una vibrante atmósfera, de las más animadas de Budapest. La estética es bohemia y antigua, pero estos garitos se han convertido en un reclamo tanto para locales como turistas, por lo que es probable que os los encontréis bastante concurridos.
Os encontraréis con música en vivo, espectáculos de artistas locales, proyecciones de películas al aire libre, juegos de mesa e incluso mercadillos de arte. Además, algunos de estos bares en ruinas también sirven rica comida y bebida, a precios muy asequibles.
El que más os recomendamos nosotros es el Szimpla Kert, uno de los pioneros en este concepto y considerado un icono de la vida nocturna de la ciudad.
7. Baños termales de Széchenyi
Se trata de los baños termales más grandes de Europa, y sin duda, fue uno de los lugares que más disfrutamos en Budapest. Cuentan con una variedad de piscinas termales interiores y exteriores, abastecidas con agua mineral caliente que proviene de manantiales naturales subterráneos. Pese a que suelen estar bastante concurridos (se trata de uno de los lugares más turísticos del país), la experiencia es única y no os la podéis perder. Lo que más nos gustó fue el entorno de las piscinas exteriores, rodeadas por una arquitectura grandiosa, y situadas en medio de la naturaleza en plena ciudad.
Además de las piscinas termales, en Széchenyi también hay varios opciones de saunas, baños de vapor, cabinas de masaje y demás servicios de spa. Podéis adquirir los tickets online aquí.
8. Parque de la Ciudad y Castillo de Vajdahunyad
Si os gustan la naturaleza y los castillos antiguos, este es vuestro lugar en Budapest. El Parque de la Ciudad es uno de los parques urbanos más grandes y populares para los aquincenses, y es precisamente esta la ubicación de los famosos baños termales Széchenyi. La principal atracción del parque es el Castillo de Vajdahunyad, otra de las joyas arquitectónicas de la ciudad. Fue originalmente construido en 1896 como parte de la Exposición Milenaria para celebrar los 1.000 años de la fundación de Hungría, y es una réplica de la fortaleza original en Hunyad, Transilvania (en la actual Rumanía). Es un lugar perfecto para desconectar del bullicio de la ciudad, sacar buenas fotos y disfrutar de agradables paseos por el lago.
4. Basílica de San Esteban y calle peatonal de Zrínyi
Se trata del templo católico romano más importante de Budapest, con una cúpula imponente que ofrece vistas panorámicas de la ciudad desde el mirador. Si no queréis gastar los 15€ que cuesta la entrada (que también incluye un tour por el interior de la basílica), es posible disfrutar de su imponente exterior. Lo mejor es caminar desde la plaza de Stephen Széchenyi y luego atravesar la ajetreada calle peatonal Zrínyi, llena de elegantes edificios de estilo austrohúngaro e incontables cafeterías y restaurantes. Rápidamente os percataréis de que esta es una de las calles que mejor representa la elegancia y majestuosidad de Budapest.